Newsletter
Newsletter

¿Cómo conectarnos con esa niña que aún late en nosotras para vivir en sintonía con quienes somos?

La revolución es ser una misma. El secreto es cómo conectarnos con esa niña que aún late en nosotras para vivir una vida en sintonía con quienes somos.


¿Cómo conectamos con nuestro yo original?

¿Cómo conectamos con nuestro yo original? - Créditos: Getty



De chiquitas jugábamos e imaginábamos sin límites. Nos permitíamos ser, hacer y decir lo que estaba en nosotras. Éramos astronautas y disparábamos cohetes a la luna, sin tener en cuenta si la NASA quedaba lejos, si era de difícil acceso o si estaba bien visto ser mujer y astronauta. Existía cierta inmediatez entre nuestras pasiones y nuestro potencial, que ni siquiera se nos ocurría cuestionar.

Después, para ser parte del sistema, dejamos a esa niña guardadita. Y alrededor de ella moldeamos una identidad con creencias y condicionamientos. Muchos son necesarios para convivir y hasta sobrevivir, claro, pero hay otros que hoy podemos poner entre signos de pregunta. Estamos hablando de nuestra autenticidad. De darnos permiso de ser en el tiempo de vida que nos tocó. Porque hay dos únicas certezas: que nos vamos a morir y que somos 8 mil millones de personas distintas.

¡Es tiempo de sacar a brillar nuestra originalidad! 

Una intención valiosa

¿Cómo ser auténtica en un mundo con reglas, si tengo que levantarme para trabajar de 9 a 18, si lo que diga o haga puede molestar o, incluso, lastimar? Ser una misma 100% es un ideal inalcanzable. La autenticidad es una intención, una guía, una sugerencia muy valiosa que nos acompaña mientras vamos siendo.

El quid de esta cuestión es que esto, más que una búsqueda, sea un encuentro. No es tanto ir a la distancia a buscar algo sino darle lugar a lo que ya es.
El autoconocimiento es la gran llave hacia esa singularidad. La comparación, tal vez, su peor enemiga. “No seas el mejor, sé el único”, decía Kevin Kelly, fundador de la revista Wired. No se trata de una carrera hacia la excelencia, sino de que nos conectemos con el valor de nuestras particularidades 
–nuestra unicidad–, con las que nadie puede competir. 

Todas fuimos niñas, todas tuvimos o tenemos algo que nos mueve. El propósito de una persona no es algo grande, tallado en sánscrito en una piedra del Himalaya. Nuestro único y real propósito en esta vida es ser en la mayor sintonía posible con nuestra esencia.

Autenticidad femenina

En el “yo soy” patriarcal, el que aprendimos de los libros y las pelis, ser auténticas es cantarles las cuarenta a amigos y enemigos, imponer nuestro parecer sin negociaciones. Pero recordemos que el patriarcado es un sistema agonista, como esos juegos “suma cero”: para que alguien gane, otro pierde.  

Los feminismos proponen otra forma de ser únicas, que es integrando nuestra singularidad a una red. Desde el tiempo de las cavernas, mientras los hombres cazaban y defendían a sus tribus, las mujeres cuidábamos a propios y ajenos, recolectábamos con otras como nosotras y repartíamos el alimento. Nuestro juego siempre fue el “ganan todos”. 

Del mismo modo, nuestro modo de ser únicas suele tener mucho más en cuenta al otro. ¿De qué forma, lo más fiel posible conmigo misma, me integro a esta trama?, sería la pregunta guía. Podemos usar nuestra fuerza femenina para ser singulares de un modo consciente y que cuide el bien común, que no siempre es 100% nuestra verdad. Esas “concesiones” que a veces hacemos por el bien común son una valiosa forma de autenticidad.

Sacate eso que ya no tiene que ver con vos: ¿cómo estoy siendo?

Poder actuar en consonancia con nuestras necesidades y deseos requiere un trabajo de autoconocimiento. Es decir, un proceso continuo de descubrir quiénes somos por debajo de nuestros roles y ocupaciones. 

Se trata de descubrir nuestras emociones, pensamientos, creencias y motivaciones; aceptarlos e integrarlos en esa unicidad que somos. “¿Está bien sentir esto?”, nos preguntamos muchas veces. ¡Claro que sí! No hay sentimientos incorrectos. Validar lo que nos pasa mejora nuestra autoestima, fortalece la toma de decisiones, las hace cada vez más congruentes con quienes somos y aumenta nuestra resiliencia.

Para iniciar este viaje, está buenísimo practicar la introspección, ya sea con terapia, meditación, escritura o cualquier actividad que nos ayude a contactarnos con nosotras mismas.

Algunas claves para pensar(nos):

  • Tus valores: ¿qué es lo que realmente importa en tu vida hoy? ¿Qué sentís que te motiva? 

  • Tus emociones: ¿qué cosas te angustian? ¿Cuáles te hacen reír? ¿Cuáles te conmueven? No las reprimas, observalas, dales expresión.

  • Tus pasiones: ¿qué te hace olvidar del tiempo? 

  • Tu intuición: es tu mayor brújula interna y te puede guiar hacia lo que es correcto para vos. ¿La escuchás? ¿Le hacés caso o la dejás pasar?

  • Tus ídolos: ¿a quién admirás mucho? ¿Con qué características definirías a esa persona? 

  • Ser auténticas no es un proceso fácil ni lineal. Habrá momentos en los que nos sentiremos inseguras o nos desviaremos del camino. Y eso está más que OK. No hay un resultado al que llegar. Como dice nuestra experta Shumi Gauto: hay entrega o resistencia a vivir la experiencia. 

Un tour mágico y misterioso

A veces tocamos a nuestro propio ritmo, otras nos acoplamos a la orquesta. Sin otro que nos ayude a encontrar la felicidad, lo valioso, ya no estamos frente a nuestra autenticidad, sino a una forma de individualismo. Cuando encontramos nuestro tono, sucede algo mágico: enseguida se nos hace evidente a qué orquesta pertenecemos, esa que potencia nuestro sonido y lo convierte en algo bello y poderoso.

También puede pasar que sonemos como Lisa Simpson, que desentona en esa orquesta escolar y se va tocando el saxo por ahí. Le es difícil encontrar sus lugares de pertenencia, ¡incluso en su propia familia! Alinearnos con nuestra autenticidad nos enfrenta al misterio de la vida. Y eso no siempre es un pasaje a un paraíso lleno de sol y pajaritos. Cuando nos conectamos con nuestro ser más genuino, lo que aparece es algo real; nuestras ideas y sentires encuentran expresión, sin filtros ni máscaras. Y si bien este camino es enriquecedor y liberador, también puede generar cierta incomodidad en nosotras mismas y en los otros. Veamos:

  1. 1

    Tener miedo al rechazo: vivimos en una sociedad que a veces valora la homogeneidad y el conformismo. Mostrar tu verdadera esencia te puede hacer vulnerable a la crítica. 

  2. 2

    Desafiar expectativas: ser auténtica implica desobedecer lo que los demás esperan y romper con roles preestablecidos.

  3. 3

    Sentir cierta desconexión: en ocasiones, ser auténtica puede ir en contra de la corriente y distanciarnos de personas que no comparten nuestros valores. Pero esto mismo nos acerca a otras que vibran en una frecuencia similar.

Contar la historia sobre quién sos

“La autenticidad es la clave de la felicidad”, dice la escritora e investigadora por la Universidad de Houston Brené Brown, que dedicó años de estudio a entender qué hacía sentir dichosas a las personas. Lo que tenían en común era un sentido del coraje, la compasión y la conexión. “Coraje” viene del latín cor, que significa “corazón”, y la definición original es “contar la historia sobre quién sos con todo tu corazón”.

“La vergüenza –dice ella– es el miedo a ser juzgado o rechazado por los demás. La autenticidad es el coraje de ser vulnerable y mostrarse tal como uno es”. 

Las personas más auténticas son las que tienen el coraje de ser imperfectas, las que abrazan su vulnerabilidad –entendiendo que la vulnerabilidad no es cómoda, pero sí necesaria– y pueden ser amables consigo mismas antes, y después con los demás. Por eso cabe preguntarnos:

¿Tenemos el coraje de ser perfectamente imperfectas?

¿Podemos aceptar lo brillante en nosotras? ¿Y lo oscuro?

¿Podemos ser honestas con nosotras y con los demás?

¿Podemos decir la verdad, incluso cuando es difícil?

¿Podemos vivir de acuerdo con nuestros valores?

Tener la voluntad de ignorar quiénes pensábamos que éramos para aceptar lo que somos es un camino sinuoso que requiere coraje, autocompasión y paciencia. 

La promesa: construir una vida sostenible, auténtica, basada en eso que somos. Alineándonos con nuestra esencia, vamos a estar más presentes para nosotras mismas y para quienes están al lado compartiendo el viaje. 

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

Terapia con gatos: ¿sí o no para personas con autismo?

Terapia con gatos: ¿sí o no para personas con autismo?


por Laura Gambale


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP