
Dermatosis vulvar: causas y tratamiento
Las dermatosis son un grupo de patologías inflamatorias. Molesta durante la penetración vaginal. Te contamos las causas y cómo tratarlas.
7 de diciembre de 2022

Dermatosis vulvar. - Créditos: Eugenia Hernández
Las dermatosis son un grupo de patologías inflamatorias de orden dermatológico con predilección por la vulva, frecuentemente, subdiagnosticadas. De allí, la importancia de realizar la consulta con un profesional y no automedicarse ante episodios de prurito crónico o persistente, ardor o molestias durante la penetración vaginal.
La dermatosis vulvar más habitual
El liquen escleroso es la dermatosis vulvar más habitual, poco diagnosticada en sus etapas iniciales, ya que suele confundirse con otras patologías, como la infección por cándida o el síndrome genitourinario de la menopausia (atrofia vulvovaginal).
El liquen siempre fue considerado una enfermedad de mujeres menopáusicas, motivo que llevó a falta de diagnóstico de la enfermedad en mujeres jóvenes. Sin embargo, puede ocurrir a cualquier edad, pero tiene dos picos principales de incidencia: el primero ocurre antes de la pubertad, mientras que el segundo, después de la menopausia.
Dermatosis vulvar: ¿qué la causa?
¿Cuál es la causa de la dermatosis vulvar? Su etiología es multifactorial. Si bien se considera dentro de las enfermedades autoinmunes, se asocia con otras patologías autoinmunes como el hipotiroidismo (la más frecuente) y la tiroiditis de Hashimoto.
Diagnóstico
El principal desafío del ginecólogo es realizar su diagnóstico cuando es incipiente, es decir, antes de haber producido grandes cambios anatómicos en la vulva, borramiento de labios menores, desaparición del capuchón del clítoris, fusión de los labios en la línea media, entre otros.
Los hallazgos clínicos más característicos son la presencia de áreas blancas en la vulva con adelgazamiento de la epidermis (piel muy fina) y fibrosis de la dermis, lo que lleva a presentar dolor en las relaciones sexuales por falta de elasticidad; esto deja, a su vez, fisuras en la vulva luego de cada relación.
El liquen escleroso (LE) vulvar puede dar lugar a deterioro de la calidad de vida debido a las alteraciones de la anatomía de la vulva y a la disfunción sexual que genera. Por lo tanto, se sugiere el tratamiento de todas las mujeres con liquen escleroso vulvar, incluso a aquellas que son asintomáticas, para tratar de prevenir la progresión de la enfermedad.
El éxito del procedimiento se caracteriza por el alivio del prurito y el dolor y la resolución de erosiones y fisuras. La atrofia y la despigmentación a veces mejoran con la terapia; sin embargo, si los cambios anatómicos están presentes, se mantendrán.
Con el paso del tiempo y sin el tratamiento adecuado, se pueden generar los cambios anatómicos mencionados, que son irreversibles. De ahí, la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano.
Tratamiento quirúrgico
El liquen es quirúrgico solo ante imposibilidad de penetración vaginal durante el coito por la fibrosis que genera, lo que hace que el orificio de la vagina quede muy pequeño y poco elástico. También en pacientes con dificultad para la micción (por la adherencia que se produce de labios menores), con quistes clitoridianos secundarios a estas adherencias (solo si hay dolor) y, especialmente, ante sospecha de lesiones premalignas o malignas. Tras la cirugía, las pacientes deben continuar con el uso de corticoides locales de por vida.
El riesgo de progresión a un cáncer oscila entre 2,5 a 6 por ciento. A medida que pasan los años, el riesgo se acumula. Las pacientes que adhieren al tratamiento tienen mucho menos riesgo de progresión. De ahí, que se insiste con la detección y tratamiento precoz para evitar, en la mayoría de los casos, la posible progresión a lesiones precancerosas y al cáncer vulvar.
El tratamiento de primera línea es el uso tópico de corticoide de alta potencia. Se indica un ataque de tres meses con dosis decrecientes de corticoides y luego mantenimiento una o dos veces semanales de por vida. Está demostrado que el uso de corticoides en el largo plazo frena la evolución de la enfermedad.
Otros tratamientos
Otros tratamientos propuestos como el plasma rico en plaquetas (obtenido de la misma sangre de la paciente) y la lipotransferencia (grasa extraída del abdomen, muslos de la propia paciente), aún con poca evidencia científica, muestran resultados preliminares prometedores, sobre todo, en aquellas mujeres con falta de respuesta a los procedimientos convencionales y presencia de fisuras crónicas que imposibilitan las relaciones sexuales.
Se trata de terapias regenerativa que disminuyen la inflamación, reparan el daño tisular y recuperan la función al estimular la propia capacidad regenerativa. Según el tratamiento, pueden realizarse con anestesia local o sedación, pero siempre acompañado del corticoide, que deberá usarse de por vida 1 o 2 veces a la semana.
Experta consultada: Claudia Marchitelli, médica ginecóloga, jefa del sector Patología Vulvar y jefa del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano.
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