"Oro blanco": el chucrut, el probiótico natural perfecto para cuidarse durante la menopausia

Tal como explica la médica ginecóloga y sexóloga Sandra Magirena, en su libro Regreso a mi, vivir una menopausia consciente (El Ateneo), el intestino delgado desempeña un papel crucial en la salud debido a dos funciones clave: la microbiota intestinal y su conexión con el sistema nervioso.  

La microbiota está formada por bacterias beneficiosas que ayudan en la digestión, producen vitaminas y protegen contra patógenos. Su desarrollo comienza en el útero y se ve influenciado por el parto y la lactancia. Además, el intestino produce serotonina, un neurotransmisor esencial para el bienestar emocional, lo que explica la relación entre las emociones y los problemas digestivos. Alteraciones en la microbiota o en la neurotransmisión pueden desencadenar diversas enfermedades intestinales. 

¿Por qué es tan importante cuidar de nuestro intestino, especialmente durante la menopausia? La microbióloga Cecilia Belgoff, especializada en las fases y ciclos de las mujeres, coincide con Magirena: “El intestino alberga microorganismos que realizan funciones vitales en nuestro organismo, desde la síntesis de enzimas y vitaminas hasta la fabricación de neurotransmisores como la serotonina. Además, estas bacterias liberan sustancias que regulan nuestro metabolismo y la función inmune, y ayudan a controlar los niveles hormonales, como los estrógenos”. 

Magirena, que se ocupa del cuidado holístico de la salud y hace años estudia la etapa de la vida de las mujeres tan poco abordada, como la menopausia, suma que la llegada de la menopausia implica modificaciones importantes de la microbiota intestinal en parte por la actividad hormonal que ocurre antes y después de la menopausia (caída de los estrógenos), pero también puede ser que la microbiota se vea debilitada por una vida de mala alimentación, por ejemplo, el consumo de alimentos ultraprocesados.

“Cuando se consumen ultraprocesados, se puede producir una 'disbiosis', es decir, se instalan bacterias patógenas que comienzan a interferir en el proceso de la digestión. Entonces aparecen síntomas como distensión abdominal, gases, materia fecal maloliente, constipación, divertículos, colon irritable, pólipos, enfermedades inflamatorias intestinales como la de Crohn y hasta cáncer de colon”, explica en su libro Regreso a mí, que consultamos para esta nota.   

Para constrarrestar esto, la médica considera importante una alimentación saludable, que incorpore probióticos naturales o en comprimidos para mantener la microbiota intestinal en condiciones.

Belgoff retoma la importancia de cuidar el intestino con probióticos en particular durante la menopausia. “Consumir alimentos fermentados, como el chucrut, puede modificar positivamente la microbiota intestinal, ya que puede proporcionar hasta 1000 veces más microorganismos vivos que una dieta no fermentada", informa. "Esto mejora la diversidad bacteriana y su equilibrio, lo que favorece el bienestar general”.

Y suma: "El chucrut, al ser una preparación lactofermentada, conserva el repollo durante largos periodos, lo que permite aprovechar sus beneficios en cualquier momento". Aclara que, sin embargo, es crucial que el chucrut sea sin pasteurizar para que mantenga sus propiedades probióticas, por lo que se recomienda adquirirlo en tiendas especializadas o prepararlo en casa. 

Belgoff agrega que, además del chucrut, hay otro alimento fermentado que fue ganando popularidad y que recomiena: el kimchi, un plato tradicional coreano hecho a base de repollo y otras verduras con un toque de ají picante. Según dice, esta combinación no solo aporta una mayor diversidad de microorganismos, sino que también maximiza sus beneficios para la salud. 

Incorporar alimentos fermentados en nuestra dieta, especialmente durante la menopausia, puede ser un cambio significativo para mejorar nuestra salud intestinal y, en consecuencia, nuestro bienestar hormonal y general. El chucrut, también llamado "oro blanco", es una opción accesible y poderosa para lograrlo.