Así se prepara la leche dorada, la bebida originaria de la India con múltiples beneficios para la salud

La cúrcuma es la estrella de la cocina india y de la medicina ayurveda. Una especia que inmediatamente recuerda el sabor del curry y que convirtió en el ingrediente más buscado por los que quieren llevar una alimentación sana. 

La leche dorada es una bebida no muy conocida en nuestro país pero, de a poco, fue ganando adeptos por sus propiedades antioxidantes, analgésicas y anticancerígenas, además de ser una aliada para combatir las consecuencias del estrés por sus efectos contundentes sobre el sistema inmunológico. Además, funciona como una suerte de ibuprofeno natural y su acción antiinflamatoria y analgésica es tan potente que los médicos suelen recetar suplementos de cúrcuma para tratar la artritis.

Además, alivia problemas gástricos, disminuye la glucemia y tiene efectos saludables sobre el sistema cardiovascular. Y sí, es la superbebida de moda y ya muchas celebrities como Beyoncé, Gwyneth Paltrow y la modelo Rachel Hunter se subieron a esta ola dorada, hace ya un buen tiempo.

- Alivia dolores musculares y migrañas

- Fortalece el sistema inmunológico

- Controla los niveles de colesterol y previene la obstrucción arterial

- Desintoxica el hígado

- Fortalece la salud mental y previene el Alzheimer

- Previene la caída del pelo

- Mejora la calidad del sueño

Poné ¼ de taza de polvo de cúrcuma, ½ cucharadita de pimienta molida y ½ taza de agua a calentar a fuego medio y revolvé en círculos hasta lograr una pasta. Cuando la pasta ya esté fría (si le das un golpe en la heladera, mejor), servite una cucharada y ponela en un jarrito.

Sumale una cucharadita de aceite de coco y una taza de leche. Calentá la preparación revolviendo hasta el primer hervor. Por último, apagá el fuego, endulzá con miel (si querés, agregale un toque de canela o chocolate amargo) y cuando se entibie ya podés probar el primer sorbo de la bebida milenaria.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) brinda las siguientes restricciones y recomendaciones.

• En mujeres embarazadas o durante la lactancia.
• Personas propensas a los cálculos renales.
• Personas con trastornos hemorrágicos.
• Ante enfermedades de la vesícula biliar.