Té de tilo: estas son las virtudes que destaca la ciencia y podés aprovechar

Hace unos días te contábamos de los beneficios del té de manzanilla y del té de albahaca y del té de romero.

Ahora nos enfocamos en el encanto de una taza de té de tilo: sus propiedades antiespasmódicas, somníferas y ansiolíticas se deben a una composición que incluye compuestos como farnesol, taninos, mucílagos, carotenos, glucósidos, suercitrósidos y vitamina C. Estos elementos se combinan para brindar un profundo efecto relajante, aliviar el insomnio, estimular el apetito y combatir los resfriados.

El efecto relajante del té de tilo también actúa sobre todo en el sistema cardiovascular, muy valioso en casos de hipertensión, ya que ayuda a bajar los valores de presión sanguinea. Así es muy bienvenido en enfermedades cardiovasculares como el infarto cardiaco, las trombosis o incluso en cuadros existentes de trombosis o várices. Incluso puede llegar a colaborar con la reparación de las paredes de los vasos sanguineos.

Su característico aroma proviene de las altas dosis de farnesol que posee y que generan el olor no solo en la infusión, sino también en el árbol mismo cuando se florece a mitad de la primavera.

Se puede sumergir en agua hirviendo, ya sea algún saquito comercial o bien las flores desecadas a granel. Se debe dejar reposar cinco minutos para que la infusión tome todas sus propiedas y sabor, ya que este es sutil.

Ante un entorno que gira cada vez más acelerado, la pausa de un té, sumando las propiedades de un cálido té de tilo, puede ser un oasis de diez minutos en la vorágine diaria.