Work-life balance: 5 claves de bienestar laboral para disfrutar más en el trabajo

Primero hay que entender que las emociones no son malas ni buenas. Simplemente, hay algunas que las sentimos como displacenteras. Todas tienen una función y nos llevan a actuar y pensar de determinada forma. Como las emociones están muy ligadas a los pensamientos que vamos teniendo durante el día, la primera clave es que realices un registro de cuáles son y cómo te sentís en ese momento, cuando estás trabajando, llegando a tu espacio de trabajo o en momentos puntuales de tu jornada laboral. Por ejemplo, tener pensamientos negativos hacia vos mismo, seguramente te hagan sentir triste o enojado. La idea es que los reconozcas y empieces a reevaluarlos, ponerlos a prueba con la realidad y comenzar a modificarlos por otros más funcionales. Cuando lo logres, también cambiarán tus emociones.

Este equilibrio es esencial para mantener un estilo de vida productivo y disfrutar de cada día. Es importante hacer pausas a lo largo del día, recompensarte por los pequeños éxitos y crear tiempo para actividades que te cope hacer. Este equilibrio permite períodos de recarga y te ayuda a mantenerte motivado y en el buen camino para alcanzar objetivos a largo plazo. Por ejemplo, hacer una pausa en el trabajo cada pocas horas permite un restablecimiento mental, que a su vez puede mejorar la concentración, el enfoque y la productividad. Además, reconocer los pequeños éxitos puede ayudar a aumentar la motivación y la confianza.

¿Quién no se sintió frustrado porque algo no salió como esperaba en el ámbito laboral? Este sentimiento puede aparecer en muchas ocasiones y es bueno que tengamos técnicas para tolerarlo. Como cualquier emoción, no es mala por sí misma. El problema viene cuando nos afecta tanto que nos paraliza o interfiere en nuestro trabajo y en nuestros días. Antes que nada, tenemos que entender que no somos perfectos, que las cosas a veces pueden salir mal, que no tenemos el control de todo y que podemos equivocarnos.

Equivocarnos es parte del proceso de aprendizaje y nos da mucha información para seguir adelante. También es importante saber que cuanto más exigentes con nosotros mismos seamos, mayor será la frustración que sintamos. Tal vez es hora de trabajar en esa exigencia. Tratá de entender que es un proceso y que, como tal, en un momento se irá. Lo importante es utilizar este sentimiento como un trampolín para cambiar y buscar mejores alternativas a futuro. 

Somos seres sociales, y como tales, nos gusta relacionarnos con los otros. Esto genera bienestar y disfrute. Mantenerte abierta a aprender de cada interacción con tus compañeros de trabajo te va a permitir establecer conexiones más genuinas y disfrutar de tu día a día. Esforzate por ser una oyente activa y expresar siempre empatía y comprensión. Esto te va a ayudar a conectar con los demás de forma significativa y a fomentar relaciones basadas en el respeto mutuo, y asimismo en la diversión. Estas habilidades son esenciales para establecer relaciones significativas y crear un entorno de trabajo agradable.

La organización es clave para la productividad y empieza por tener un plan para cada día. Si dividís las tareas en partes más pequeñas, vas a poder controlar tu carga de trabajo, reducir el estrés y aumentar la eficacia. Vas a poder disfrutar cada pequeño paso y eso te va a dar una sensación de mayor confianza en vos mismo, que se traduce en bienestar. Al celebrar cada pequeño paso, no vas a tener que esperar tanto para sentirte contenta, sino que lo vas a sentir como un estado más estable.

Experta consultada 

Carolina Collia. Psicóloga (M.N. 69.656). CEO y Fundadora de talkit.

talkit.online / @talkit.terapiaonline.