5 playas de Brasil muy poco conocidas que no te podés perder
Salir del circuito habitual tiene un riesgo, pero también recompensas: si estás pensando en ir a una playa en Brasil, jugate con estas opciones menos obvias y muy recomendables.
2 de octubre de 2024
Barra de Ibiraquera es una de las playas tranquilas de Brasil por fuera del circuito más conocido. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES
No son las playas de Brasil con más alto perfil, carecen de fama y de glamour, aunque su puesto debajo del podio es muy injusto. Porque son paradisíacas y tienen todo lo necesario para convertirse en un destino turístico de los más codiciados. Así que, antes de que se llenen de gente, tomá nota de estas recomendaciones que nos da LUGARES para hacer un viaje original y de disfrute garantizado.
Estos lugares son joyitas si querés desconectar, relajarte y disfrutar de la naturaleza sin tanto turista alrededor. ¡Perfectos para unas vacaciones bien tranquilas y en contacto con lo natural!
1. Taipu de Fora
El color turquesa del mar en Taipú de Fora es insuperable. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES
Es un paraíso medio escondido en la Península de Maraú, y la verdad es que llegar no es tan fácil, solo podés en barco o en 4x4. Pero vale la pena todo.
Tiene una energía súper tranquila. Podés visitar una pequeña iglesia y hay una plaza donde se arma capoeira al atardecer. Ojo que no hay cajeros. Desde ahí podés tomar una "jardineira" o camioneta para ir a las piscinas naturales.
El mar es transparente, ideal para hacer snorkeling y hacer “avistaje de corales”, ¡llegás a ver hasta 20 metros abajo!
2. Boipeba
Una vez que llegás a Biopeda entendés que el sinuoso camino que tuviste que hacer valió la pena. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES
Llegar a esta isla es una aventura en sí misma, y es imperdible. No hay autos, solo motos (y cada vez más moto taxis), pero lo mejor es caminar.
La playa más popular es Boca da Barra, donde llegan las lanchas y está lleno de lugares para comer, pero si te alejás un poco, vas a encontrar playas desiertas como Tassimirim y Moreré.
Si te agarra la marea baja, podés caminar por la arena hasta Moreré en un par de horas. También hay un tractor que te lleva desde el pueblito de Velha Boipeba, que es súper pintoresco con su iglesia del 1600.
3. Caraíva
Caraíva es súper tranquilo y además de mar tiene un lindísimo río. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Soledad Gil
Es un pueblo, también peatonal, a unos 35 km de Trancoso. Caraíva juega en una liga distinta: tiene solamente 700 habitantes estables. Es algo así como fue Cabo Polonio a La Pedrera en la costa de Rocha, Uruguay. Una donde todo es tendencia y la otra más relajada, casi hippie. Y ahí está la clave de su encanto.
Tenés que dejar el auto antes de cruzar el río en bote y después caminar por las calles de arena. Si vas con valijas, conseguís una carreta tirada por caballos que te lleva a la posada. Cada vez más gente va a Caraíva para relajarse entre la playa y el río, es un lugar con mucho encanto.
Si bien en el verano se multiplica la cantidad de gente, es un pueblo con muy pocos habitantes y la calma no se altera. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Soledad Gil
4. Carneiros
El palmar de Carneiros es uno de los más impactantes. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES
A 8 km de Tamandaré, Carneiros parece una postal de playa perfecta: millones de palmeras, 6 km de arena finita, agua cristalina y tranquila, dos ríos, manglares, y piscinas naturales que aparecen según la marea.
No es un pueblito propiamente dicho, hay algunos paradores, posadas y restaurantes. Todo lo organizás ahí mismo: paseos en catamarán, manglares, piscinas naturales y hasta baños de arcilla.
5. Barra de Ibiraquera
Barra de Ibiraquera cuenta con amplias playas aunque depende mucho de la marea. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Guillermo Llamos
Es como una versión más rústica y tranquila de Praia do Rosa. Tiene una playa larguísima, con dunas enormes por un lado y una laguna gigante atrás, rodeada de morros llenos de verde. Lo más increíble es cuando la laguna se encuentra con el mar, que según cómo esté la marea puede cambiar todo el paisaje. Siempre te sorprende.
Cuando el mar entra y trae peces y crustáceos, y otras veces se aleja, dejando la laguna cerrada, perfecta para nadar, hacer kayak, stand-up paddle o incluso pescar.
Barra de Ibiraquera es de esos lugares que intenta mantenerse fuera del radar, pero es imposible de dejar de percibir su magia. Está a media hora al sur de Praia do Rosa, y su naturaleza es espectacular. Si subís a lo alto del morro, la vista te deja sin palabras.
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