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 • HISTORICO

El alimento como medicina: 5 recetas para descubrir el poder sanador de una dieta natural


Elegir qué ingerimos es una tarea diaria.

Elegir qué ingerimos es una tarea diaria. - Créditos: Ramiro González. Producción de Sofia di Nunzio.



Sabemos que los alimentos son nuestros grandes aliados, nuestro combustible. Cada vez tenemos más conciencia de que "somos lo que comemos" y empezamos a prestarle atención a cada ingrediente y a sus combinaciones. Es que elegir qué ingerimos es una tarea diaria; es importante estar atentas a lo que el cuerpo nos pide y actuar en función de eso. La naturaleza nos regala todas las propiedades y nutrientes que necesitamos, solo tenemos que saber qué incorporar y cómo hacerlo para poder hacer magia en la cocina.
Basada en un plan libre de gluten, azúcar refinada y lácteos, Male Ramos Mejía (@the_food_alchimist), licenciada en Nutrición, nos enseña a hacer una alquimia de alimentos, a jugar con los ingredientes como si armáramos una poción, a lograr combinaciones súper tentadoras que, además de gustarnos, nos curan, nos protegen y nos elevan. Y así, como alquimistas healthy, logramos que la alimentación sea, también, nuestra medicina.

Leche de sésamo

La leche de sésamo tiene grasas y propiedades que ayudan a regular los niveles de colesterol sanguíneo.

La leche de sésamo tiene grasas y propiedades que ayudan a regular los niveles de colesterol sanguíneo.

Esta variable de leche vegetal aporta, en un vaso, 200 mg de calcio, dura 2 o 3 días en la heladera, tiene grasas y propiedades que ayudan a regular los niveles de colesterol sanguíneo y a reducir la inflamación celular y posee un gran poder antioxidante, entre otras virtudes.
  • ¿Qué lleva? 100 g de semillas de sésamo integrales / 1 litro de agua purificada
  • ¿Cómo se hace? Dejar las semillas en remojo durante 8 horas, luego enjuagar y colar (este proceso va a ayudar a que se pierdan muchos de los inhibidores de la absorción del calcio que tienen). Procesar las semillas junto con 0,5 l de agua. Agregar el resto del agua y volver a procesar. Colar y exprimir el líquido con una bolsa para leches vegetales.

Queso untable de semillas de girasol

Para acompañar las tostadas o usar en alguna picada. Este queso viene acompañado de muchos beneficios: ayuda a regular el sistema inmune, mejora el estado de ánimo, la concentración, la memoria, la circulación y es muy rico en ácido fólico.
  • ¿Qué lleva? 2 tazas de semillas de girasol previamente activadas / Jugo de 2 limones / 3 cucharadas soperas de aceite de oliva / 1 pizca de sal rosa
  • ¿Cómo se hace? Activá las semillas en un bowl con agua (3 veces el volumen de las semillas durante 8 hs. mínimo), descartá el agua y enjuagá las semillas. Procesalas con el aceite y la sal, todos los ingredientes juntos hasta que se forme una pasta homogénea (podés agregarle, si te gusta, ajo o ciboulette).

Leche de arroz

Leche de arroz de fácil digestión.

Leche de arroz de fácil digestión. - Créditos: Ramiro González. Producción de Sofia di Nunzio.

Esta una gran alternativa de leche vegetal: es más económica que las de frutos secos e ideal para bebés o personas alérgicas a ellos. Dura hasta 3 días en la heladera, es de muy fácil digestión y funciona perfecto en casos de diarrea y gastritis. Además, por sus propiedades, ayuda a equilibrar el sistema inmune, contiene grandes propiedades antioxidantes y es muy rica en flavonoides (ayudan al buen funcionamiento del corazón y el sistema circulatorio).
  • ¿Qué lleva? 2 cucharadas soperas de arroz / 1 litro de agua filtrada / 1 pizca de sal rosa (para que se conserve mejor) / 1 tapita de extracto de vainilla (opcional).
  • ¿Cómo se hace? Activar el arroz al menos 8 hs., colar y enjuagar. Colocar junto con el litro de agua de filtro en una olla y dejar que hierva 10 minutos o hasta que el arroz esté tierno. Dejar enfriar y procesar el arroz junto con el agua, la sal y el extracto de vainilla. Luego colar con un colador común. Si sela prefiere dulce, se puede agregar dos dátiles mientras se la procesa.

Dip de lentejas

Podés comerlo en ensalada, como dip, en picadas o con verduras. Las lentejas están llenas de vitaminas, minerales, ácido fólico, fibra y antioxidantes. Dato: siempre que combines una legumbre con algún cereal, vas a obtener proteínas de altísima calidad; para poder absorber el hierro de las lentejas, combinalas con algún alimento rico en vitamina C.
  • ¿Qué lleva? 50 g de almendras / 2 cucharadas soperas de semillas de sésamo / 40 cc de jugo de limón / 80 cc de aceite de oliva / 400 g de lentejas cocidas / 1 cdta. de postre de sal rosa.
  • ¿Cómo se hace? Procesá todos los ingredientes juntos hasta que se forme una pasta. ¡Y listo!

Relleno de los Bon o Bon

Relleno de Bon o Bon.

Relleno de Bon o Bon.  - Créditos: Ramiro González. Producción de Sofia di Nunzio.

Con esta receta te podés llenar de nutrientes: las almendras regulan el azúcar en sangre y el tránsito intestinal, tienen poder antioxidante, vitaminas, minerales y grasas que regulan el colesterol; el aceite de coco trae beneficios para el corazón y la digestión; la miel está repleta de antioxidantes y propiedades antibióticas.
  • ¿Qué lleva? 1 taza de manteca de almendras o de maní / ½ taza de aceite de coco / ¼ de taza de almendras, nueces, castañas, avellanas picadas / ¼ de taza de miel / ½ cda. de extracto de vainilla / 1 pizca de sal
  • ¿Cómo se hace? Mezclar todos los ingredientes y colocarlos en moldes. Llevar al freezer y dejarlos media hora.

"Decidí sanar a través de la alimentación"

Por Male Ramos Mejía, licenciada en nutrición.
Male Ramos Mejía decidió dejar de comer todo lo que tuviera gluten, azúcar refinada, lácteos, conservantes y aditivos.

Male Ramos Mejía decidió dejar de comer todo lo que tuviera gluten, azúcar refinada, lácteos, conservantes y aditivos.  - Créditos: Ramiro González. Producción de Sofia di Nunzio.

Mi camino comenzó cuando, embarazada de 37,5 semanas, fui a parir a Violeta, mi segunda hija, y descubrimos que estaba sin vida. Durante el tercer trimestre del embarazo había estado muy hinchada, cansada, y después del parto empecé a sentirme peor: me despertaba de noche con dolor de espalda y mi cuerpo empezó a endurecerse. Se inmovilizaron mis hombros y no podía levantar los brazos, doblar las piernas ni ponerme en cuclillas. Una noche, mis manos se pusieron moradas hasta los nudillos y grises, sin vida. Me diagnosticaron esclerodermia sistémica difusa y polimiositis y me recetaron una larga lista de remedios.
Sacar esta enfermedad de mi cuerpo dependía de mí, así que comencé a investigar la alimentación para enfermedades autoinmunes. Mi primer objetivo fue sanar mi intestino, dado que el 70% de nuestras células inmunitarias se encuentran ahí. Decidí, entonces, dejar de comer todo lo que tuviera gluten, azúcar refinada, lácteos, conservantes y aditivos.
Fue el comienzo del fin de mi enfermedad. Cada día me sentía menos cansada y mis estudios mejoraban. 7 meses después del diagnóstico, entré en remisión y pude empezar a reducir la cantidad de remedios que estaba tomando. Había decidido sanar a través de la alimentación.

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