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 • Opinión

Oppenheimer: Emma Thomas, quién es la mujer detrás del éxito de la película de Christopher Nolan

Oppenheimer es uno de los grandes éxitos de taquilla que nos dejó 2023 y arrasó en la última entrega de los Oscar. Muchos conocen el nombre de su director, pero no de la mujer que hizo posible semejante hazaña.


Christopher Nolan y Emma Thomas, una de  las parejas más poderosas de Hollywood.

Christopher Nolan y Emma Thomas, una de las parejas más poderosas de Hollywood.  - Créditos: AFI



Los titulares y epígrafes más despistados la presentan como “la esposa de”, un mote bastante desacertado para una de las productoras más exitosas del Hollywood actual. Hasta la fecha, las 16 películas producidas por Emma Thomas llevan acumuladas 11 estatuillas doradas (una cifra que aumentó considerablemente después de la ceremonia de los Premios Oscar de ayer) y más de 7600 millones de dólares recaudados a nivel mundial, convirtiéndola en una de las cineastas más taquilleras de todos los tiempos. Y acá puede venir la confusión ya que doce de esas cintas están dirigidas por Christopher Nolan, su marido desde 1997.

“Nada sucede sin Emma”, declaró el realizador en una entrevista reciente, admitiendo sin ningún problema que cada logro de su carrera está íntimamente ligado al trabajo conjunto: “Estas no son mis películas. Son sus películas, nuestras películas”, volvió a señalar unos meses atrás durante un discurso de aceptación en el Festival de Cine de Sundance, dirigiéndose a su compañera de arte y de vida.

Desde julio del año pasado, todos los ojos cinéfilos están puestos sobre Nolan y la posibilidad de que, finalmente, reciba su merecido primer Oscar a Mejor Director y Mejor Película por Oppenheimer. Los que lo seguimos desde hace más de dos décadas sabemos que este triunfo será doble, porque al momento de alzar el premio mayor, los aplausos también serán para Thomas y la culminación de 25 años de trabajo en una industria dominada en mayor medida por los hombres. Así, una de las parejas más poderosas de la meca cinematográfica se prepara para su noche de coronación, pero antes te contamos el recorrido de una mujer que es mucho más que “la esposa de”: es la responsable, entre otras cosas, de ‘la película del año’.           

Del servicio público a la cinefilia

Una dupla colaborativa desde el primer día.

Una dupla colaborativa desde el primer día.

Emma Thomas es tan británica como el té de la cinco. Nacida en Londres en 1971, de madre ama de casa y padre funcionario público, la joven Emma estaba destinada a seguir los pasos de su progenitor, pero sus años universitarios en UCL (University College London) –donde estudió historia antigua– la desviaron del rumbo y sumaron una fábula de ‘amor a primera vista’, que bien podría haber sido la trama de una cursi película romántica. Una vez le preguntaron: “¿Qué te hizo cambiar de idea, abandonar tus aspiraciones al servicio civil y dedicarte a la cinematografía?”. La respuesta fue simple y directa: “Lo que pasó fue Christopher Nolan”.

Thomas y Nolan se conocieron en UCL a principios de 1990, cuando ella tenía 18 años y él 19. Era el primer día de clases para los dos y los separaba un piso de distancia en la residencia universitaria. Ese día, recuerdan, no cruzaron palabra, pero sí varias miradas que, al parecer, hicieron toda una diferencia: “Con el tiempo llegué a creer en el concepto de amor a primera vista porque hoy me doy cuenta de que, realmente, me pasó a mí”, confesó el director y guionista, acusado (más de una vez) de no saber retratar a sus personajes femeninos.

Desde el principio, los unió su amor por el séptimo arte. A pesar de estudiar literatura inglesa, él tenía muy en claro que quería convertirse en cineasta. Pronto se puso a la cabeza de la Film Society de la UCL y la invitó a participar de este espacio extracurricular, donde juntos organizaron proyecciones de clásicos en 35 mm y utilizaron las ganancias recaudadas para realizar sus primeros cortometrajes amateurs, siempre con las ayuda de sus compañeros. Fue en la Film Society donde a Emma le terminó de picar el bichito cinéfilo y, sin saber muy bien lo que estaba haciendo, se transformó en la “facilitadora” oficial de esas producciones, el germen de una de las carreras más notables y prolíficas del cine moderno: “Simplemente pensé que estaba ayudando”, comentó más de una vez, sobre sus comienzos como productora.

Sin vuelta atrás

Thomas en el set de El truco final, conjugando el trabajo con la maternidad.

Thomas en el set de El truco final, conjugando el trabajo con la maternidad. - Créditos: The Walt Disney Company

Con el título universitario en la mano, Thomas decidió que el servicio público no era lo suyo y, muy a pesar de la insistencia de su papá –“Tuvimos una conversación muy incómoda después de la graduación”–, se metió de lleno en la industria trabajando como supervisora de guiones hasta que consiguió una pasantía ad honorem en el estudio británico Working Title Films Limited. Como recepcionista no vio mucha acción cinematográfica, pero absorbió todo lo que pudo aprender y pronto fue sumando más responsabilidades, experiencia y un puesto pagado como coordinadora de producción.

Después de varios cortos en 16 mm, la dupla Nolan-Thomas estaba lista para encarar su primer largometraje. Sin ningún tipo de financiamiento local y recursos limitados –solo invirtieron en los rollos de película, el proceso de revelado y el catering–, en 1998 lograron estrenar Following, la ópera prima de Chris producida por Emma y pagada con tres mil libras de sus bolsillos. El éxito fue muy moderado, pero el triunfo de la cinta en varios festivales de Europa y Estados Unidos les abrió las puertas para todo lo que vino.   

Después de siete años juntos, en 1997 Thomas y Nolan se casaron y decidieron instalarse en Los Ángeles para impulsar su carrera profesional. Más de tres décadas después de ese primer encuentro en UCL, cuatro hijos (que nacieron entre película y película) y doce cintas exitosas que llevan recaudados seis mil millones de dólares en todo el mundo, la dinámica laboral parece estar más afilada que nunca, y la industria que los rodea no deja de estar al pendiente de lo que vayan a pergeñar a continuación.

Hoy siguen trabajando con la misma filosofía de aquella primera producción mega independiente, sin importar el presupuesto o el tamaño de los proyectos que encaran: lo más importante es retener el control creativo y evitar la interferencia de los grandes estudios –por eso fundaron su propia productora, Syncopy Inc., en 2001–, no desperdiciar recursos (Thomas sabe con exprimir cada dólar) y formar grupos de colaboradores que lo dan todo y siempre están dispuestos a volver.

“Mi trabajo [como productora] es ayudarlo a cumplir su visión y que esa visión llegue a la pantalla. En muchos sentidos, filtro para que él no tenga que preocuparse por cosas que puedan distraerlo de la búsqueda de esa película particular. Claramente, son roles muy diferenciados, pero eso no significa que no escuche mis opiniones creativas”, describe Thomas sobre su proceso, el que comienza en el mismísimo momento en que Chris le muestra la primera versión terminada de un guion: “Lo que me encanta de mi trabajo es que estoy involucrada en prácticamente todos los aspectos de la realización de una película, desde el desarrollo hasta el rodaje y todo el marketing. Son los procesos creativos y administrativos los que se fusionan y me encanta poder ejercitar ambos músculos”.

Una noche para recordar

Emma recibiendo el Globo de Oro a Mejor Película Dramática por Oppenheimer.

Emma recibiendo el Globo de Oro a Mejor Película Dramática por Oppenheimer. - Créditos: Getty

El pasado domingo 10 de marzo se celebró la 96° entrega de los premios Oscar. Con 13 nominaciones, Oppenheimer era la gran favorita para llevarse la estatuilla a Mejor Película, entre otras tantas categorías; “la primera vez” para Thomas y Nolan, que ya pasaron por esta experiencia (pero se fueron con las manos vacías) con títulos como El origen y Dunkerque. Desde el comienzo de la temporada de premios y las ceremonias televisadas, la biopic protagonizada por Cillian Murphy arrasó con todo –Golden Globes, Critics' Choice, BAFTA, SAG– y en los Premios Oscar no fue la excepción.

Como productor, a Nolan también le tocó subir al escenario para recibir el galardón principal, pero en cada ocasión decidió dar un paso al costado, dejando que Emma se luzca con el discurso de agradecimiento y tome todo el crédito que le corresponde por llevar a buen puerto este drama histórico de tres horas de duración, solo apto para mayores de 16 años y con un tema bastante oscuro, que se transformó en todo un hit cinematográfico. A la pantalla grande llegó la visión del director, la que conectó con el público, pero todo se hizo posible gracias al trabajo inmaculado –y no siempre celebrado como es debido– de su productora, y compañera de vida, Emma Thomas.

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