Niños narcisistas: señales de alerta para reconocerlos

El primer paso es identificar si el narcisimo del niño es estructurante o patológico. La personalidad narcisista debe diferenciarse del narcisismo normal de los chicos, que es tratable, enfrentable y hasta esperable en los más pequeños. Entre los tres y los cuatro años, niños y niñas tienen necesidad de ser el centro de atención, de estar concentrados en sí mismos, de tener ideas grandiosas. Pero, al mismo tiempo, pueden seguir funcionando bastante bien en los momentos en los que no están todos los ojos encima y tampoco necesitan desvalorizar y envidiar a quienes están a su alrededor.

En cambio, un chico con personalidad narcisista requiere atención constantemente, cree que merece un trato especial por parte de los demás, y tiene baja tolerancia a la frustración. Incluso, puede llegar a ponerse agresivo o maltratar a otros cuando las cosas no salen como él quiere. "La valoración propia está ligada a la libidinización que los padres hayan depositado sobre el hijo, el amor que le hayan dado. Ahora bien, cuando esa posición se cristaliza y el niño conforma un yo duro, rígido decimos que es narcisista", señala nuestra experta consultada.

Y esto, en gran parte, tiene que ver con la crianza que le damos. "A lo largo de la infancia los padres trasmiten y enseñan. La enseñanza tiene que ver con la educación y es necesaria. Pero la transmisión presenta un valor más remarcable. Se trata de lo que se ve y se incorpora. Si el niño ve en los padres posiciones no autoritarias, pero de firmeza eso se incorpora. También se absorbe si ve que lo tratan despóticamente a él u a otras personas", agrega.

Entonces, ¿qué podemos hacer para criar niños de forma sana y amorosa, y no fomentar que se conviertan en futuros narcisistas? Eliminar los comentarios repetitivos sobre lo especial que son tus hijos es el principal consejo de crianza para padres si se quiere prevenir una personalidad narcisista. Y es fundamental, no hacerles creer que son mejores a los demás. 

Pero lo más importantes es establecer y mantener límites claros y empáticos con nuestros hijos e hijas. "Es importante referirse al hijo con ternura y sin autoritarismo. Al mismo tiempo cuando se requiere un límite, este debe llevarse adelante con decisión. Por ejemplo, 'Hoy comiste bastante chocolate, entonces ahora lo guardamos hasta mañana'", afirma Tomas. "No decimos que esto sea fácil y que no conlleve un trabajo, pero es algo que si se entabla de buen modo, permite la aceptación del límite de manera lo más amable posible. Mientras que si nos embarcamos en una pelea para ver quién tiene el poder, con un discurso autoritario, llegamos muchas veces a que el chico se encarnice en su posición adusta e inamovible. Las limitación, los topes se trabajan para su incorporación y para esto es necesario contar con un margen de paciencia, considerar a esa situación como un trabajo en sí, porque el niño tiene todo por aprender, no lo sabe de antemano".

Sabemos que la crianza no es fácil. Por eso, muchas veces, podemos perdernos en la marea de consejos, opiniones y comentarios. Pero lo más importante es saber que nosotros no somos el centro. Salir de nuestro propio narcisismo para acercarnos a la mirada de los chicos. Si notamos algo que nos preocupa en nuestros hijos e hijas, es importante consultar con un especialista. 

"Es necesario deponer el propio narcisismo, el de los padres, para hacer lugar a alguien que se está formando y que requiere del cuidado del otro en un ámbito que le sea favorable. Se trata de contar con un marco de contención con amabilidad y, sobre todo, paciencia. Dirigirse al niño amorosamente teniendo en cuenta que tiene todo por aprender. Es alguien que en su infancia depende casi totalmente de sus padres que son quienes, sin darse cuenta le transmitirán sus formas, sus modos de actuar, junto con la enseñanza que le donan. Los niños nos refleja, el modo en cómo actuamos y cómo nos dirigimos a ellos y a otros. Nuestras rigideces o nuestra flexibilidad, en ese sentido son como un espejo", concluye la psicoanalista Silvia Tomas.