Newsletter
Newsletter

3 lecciones de liderazgo de El Eternauta, la serie de Netflix con impacto mundial

El coach y formador en liderazgo Martín Daulerio compartió en sus redes 3 claves para resignificar el liderazgo actual a través de El Eternauta. Estos son los principales aprendizajes de una serie con impacto internacional.


El récord de audiencia de El Eternauta

Las lecciones que nos deja El Eternauta - Créditos: Netflix.



Es un tiempo de hablar de El Eternauta en todo el mundo y desde diferentes aristas. Esta vez, el coach y formador en liderazgo Martín Daulerio (MCC por ICF) compartió en sus redes 3 claves para resignificar el liderazgo actual a través de esta historieta emblemática.

El experto comenta que vivimos tiempos de transformación profunda. Señaa que los modelos de liderazgo tradicionales —basados en el control, la jerarquía y la experticia como valor absoluto— comienzan a mostrar fisuras. "Hoy se imponen formas más horizontales, sensibles al contexto y enfocadas en la inteligencia colectiva. Y si bien podemos acudir a bibliografía especializada en management, a veces una obra de ficción ilumina más que cualquier manual", dice.

El Eternauta, ese clásico fundacional de la historieta argentina, es una de esas obras que destaca Dauleiro. Su historia —una nevada mortal, una ciudad colapsada, un grupo que resiste— no solo es una metáfora vigente del caos contemporáneo, sino también una invitación a repensar los modos de liderar, propone.

3 claves para resignificar el liderazgo actual a partir de El Eternauta, por Daulerio

El Eternauta, protagonizada por Ricardo Darín:

El Eternauta da cuenta de la salida colectiva frente a la catástrofe. - Créditos: Netflix

1. El héroe relacional

El liderazgo basado en figuras heroicas que lo deciden todo está en crisis. En El Eternauta, Juan Salvo narra la historia, pero no lidera en soledad: su destino está entrelazado con el de los demás. "Sobrevive el que se articula. Muere el que se aísla”, resume Daulerio.

Esta visión conecta con el concepto de liderazgo distribuido, desarrollado por autores como James Spillane y Peter Gronn, que plantea que la autoridad no reside en una figura única, sino que se reparte entre las personas, los contextos y las situaciones. En este modelo, no hay jefes omnipresentes, sino nodos que coordinan sin imponer.

Pero lo colectivo no es sinónimo de anarquía. “El líder relacional escucha, integra, pero también orienta y delimita”, señala Daulerio. Para que un grupo funcione, hace falta una centralidad ética y estratégica.

2. Lo esencial permanece

En la reciente versión de El Eternauta producida por Netflix, un apagón general deja fuera de juego toda tecnología digital. Solo lo electromecánico sigue funcionando. La metáfora es potente: en tiempos de colapso, lo complejo falla primero. Lo simple resiste.

En el ámbito organizacional, esto lleva a una pregunta clave: “¿Qué pasa si se apaga todo? ¿Qué queda?”, plantea Daulerio. Automatismos, métricas vacías y herramientas que usamos sin sentido quedan en jaque. En esos momentos, liderar requiere volver a lo esencial.

Aquí cobra relevancia la teoría U, de Otto Scharmer, que propone que en contextos de disrupción real, el liderazgo no se basa en lo ya sabido, sino en la capacidad de presenciar el presente, escuchar sin juicio y actuar desde la conexión con lo fundamental.

Porque lo esencial —dice Daulerio— es lo que permite avanzar cuando todo se tambalea: confianza, vínculos genuinos, juicio ético. Como en Fundación, de Isaac Asimov, donde lo importante no es prever cada escenario, sino sostener principios que sobrevivan al caos.

3. Liderar es equilibrar (y hacerse cargo)

La sensibilidad emocional se ha convertido en una habilidad central del liderazgo actual. Y con razón: sin espacio para el sentir, ningún equipo puede transformarse ni sostener procesos creativos. Pero hay un límite. “La empatía no puede ser un escudo para evitar lo incómodo”, advierte Daulerio.

Escuchar es clave, sí. Pero también hay que saber confrontar, decidir, corregir. “El auténtico liderazgo sabe cuándo contener y cuándo confrontar. Sentir y actuar no se oponen, se calibran”, agrega.

En contraste, 1984 de George Orwell muestra un sistema donde la emocionalidad está completamente controlada y el disenso, anulado. El punto medio no es tibieza: es discernimiento activo, donde compasión y resolución conviven en tensión creativa.

Lo colectivo también tiene sus límites

Idealizar lo grupal también puede ser un error, reflexiona el experto. “Los grupos también reproducen exclusiones y mediocridades”, afirma Daulerio. La inteligencia colectiva —como señala James Surowiecki en La sabiduría de las multitudes— solo emerge bajo ciertas condiciones: diversidad, pensamiento independiente y mecanismos de integración eficaces. Sin eso, el grupo puede terminar arrastrándonos más que sosteniéndonos. Como en El señor de las moscas.

Entonces, ¿qué tipo de liderazgo necesitamos hoy? Para Daulerio, no se trata del salvador ni del facilitador ingenuo, sino del articulador consciente: alguien que reconoce tanto los límites del poder individual como del poder grupal, y trabaja para integrarlos sin que colapsen.

En definitiva, según reflexiona el experto, El Eternauta no es una guía de liderazgo, es una invitación a pensarnos. A recordar que nadie se salva solo, pero también que lo colectivo no se sostiene solo: necesita estructura, dirección y compromiso. Liderar, en última instancia, es gestionar esa construcción con lucidez, responsabilidad y humildad.

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

Esta es la serie sobre el creador de "El Eternauta" que podés ver gratis

Esta es la serie sobre el creador de "El Eternauta" que podés ver gratis


por Redacción OHLALÁ!

Tapa de revista OHLALA! de mayo 2025 con Lali

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP