Día Internacional del Malbec: ¿Por qué amamos tanto este vino?
Este domingo tenemos la excusa perfecta para descorchar: cada 17 de abril se festeja en todo el mundo el Día Internacional del Malbec, una cepa que nos enorgullece frente al mundo
17 de abril de 2022
El Malbec es la cepa preferida por varias razones, entre ellas, su versatilidad - Créditos: PATRICIO PIDAL/AFV
Los Malbec son los vinos más consumidos en el país y que más fans tienen, de todas las edades y de cada región del país. Entonces, la pregunta que nos surge es muy simple, ¿por qué amamos tanto al Malbec? Y creemos tener la respuesta.
En el Día Internacional del Malbec nos dedicamos a esta cepa. Lo primero de lo que tenemos que hablar es de su versatilidad: es una de las uvas que mejor se adaptó a lo largo de toda la Argentina, desde Salta hasta la misma Patagonia. Y en todo ese recorrido, cada región supo darle su impronta y expresar su lugar de origen en cada copa, pero sin perder su esencia: ser, siempre, Malbec.
Si hablamos de generalidades, vamos a descubrir que los Malbec salteños tienen mucho color y toda la fuerza del sol norteño, como por ejemplo el Cafayate Gran Linaje o el Bad Brothers de Agustín Lanús. Si “bajamos” a la Patagonia, muchos serán más ligeros (aunque los hay muy potentes) con la frescura como hilo conductor, como el Saurus Malbec de Familia Schroeder, que elabora Leonardo Puppato o el Primogénito de Patritti.
Y aunque su origen es francés, podríamos decir que fue en Mendoza donde renació nuestra querida cepa. En la provincia cuyana vamos a encontrar Malbec de todos los estilos, alternativas y colores. Sí: también, blancos.
Gran compañero a toda hora
El maridaje casi obligado es un Malbec más comida familiar. En esa mesa del domingo al mediodía siempre alguno de los invitados abrirá una botellita de Malbec. Eso nunca falla. Ahí siempre veremos los clásicos, desde el López Malbec hasta el Alaris de Trapiche, o un Norton Malbec D.O.C.
Pero también se hace presente en las picadas y cada vez con más fuerza entre los grupos de amigas, aunque en este caso convienen los de estilo más suave, como puede ser un Nave, de Dante Robino, un Altos del Plata de Terrazas de los Andes o un La Linda, de Luigi Bosca.
¿Y para el postre? ¡Por supuesto! Chocolate y vino son un matrimonio perfecto. Pero en este caso, el dulce lo vamos a combatir con más dulce, pero con elegancia y casi como si se tratase de un licorcito de fin de fiesta. Una propuesta diferente y original es el Malbec Dulce Fortificado de Domaine Bousquet. Ojo, es muy peligroso.
En clave rosé
Los rosados son el nuevo must del mundo del vino entre las más jóvenes: “Entre botellas de Rosé”, dice Karol G dice en su canción Ay Dios Mío. La tendencia nació en Europa y Estados Unidos y hoy ya llegó a nuestras tierras.
Este tipo de vinos es un gran compañero por su excesiva versatilidad: desde la “hora del vermut” hasta largas horas de la noche en algún bar/boliche. Para las siete de la tarde, Juan Pablo Solís, de Bodega Kaiken, elabora un rosado de Malbec con una frescura impecable, de esas que enamoran en cada copa. Y para ya entrada la noche, un gran compañero es el Jardin Enchanté de Ánimal Organic Vineyard con una etiqueta y botella preciosa para acodarse en cualquier barra.
¿Hay blancos también?
¿Hay blancos Malbec? ¡Claro que sí! El color del vino se lo da la piel de la uva, por eso suelen ser más que nada tintos o rosados. Sin embargo, cuando se vinifica el Malbec sin esas pieles se puede hacer perfectamente un vino blanco: los llamados Blanc de noir.
Entre estos ejemplares únicos y diferentes, vamos a encontrar el de Bodega Trivento o el Malbecino Acariciado de Familia Salas Organic Estate.
El Malbec es nuestra cepa amada y, como ya dijimos, creemos tener la respuesta: es como nosotras, los hay de todos los estilos y se adapta perfecto a cada momento. ¡Salud, Malbec!
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