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Nueva movida gastro en Rosario: crece el fine-dining en la ciudad santafesina

Algunas opciones nuevas de fine-dining en Rosario se suman a la tremenda oferta gastronómica que ya ostenta la ciudad santafesina.


Una chef preparando un plato

La chef Melina Ocampo, de Negre, se propone cambiar la cara de la noche en Rosario con una oferta poco convencional. - Créditos: Gentileza Prensa



Algo está pasando en Rosario y tiene que ver con un despertar foodie que en los últimos años viene tomando cuerpo y que hoy sorprende con una escena interesante y de gastronómicos jóvenes que suben la vara y que incluye desde nuevas ofertas de cocina de autor, cafeterías y tostaderos, vinotecas especializadas, helado artesanal y pastelería de calidad, vermuterías cancheras -honrando la tradición del vermut que tiene la ciudad con muchas marcas locales- y, también y ahora, opciones nuevas de fine dining.

En este último segmento se ubica la propuesta de Negre, el restaurante de alta gama de Fernando Santarelli (también dueño del histórico Comedor Balcarce) y Melina Ocampo, que con una reformulación y reapertura se propone cambiar la cara de la noche en Rosario con una oferta poco convencional para la ciudad que incluye carnes maduradas y poniendo en valor a través de distintas preparaciones la pesca de la zona (surubí, patí, etc).

Ubicado en el tradicional barrio rosarino de Pichincha, si bien anteriormente el local funcionaba ofreciendo una propuesta de carnes (tienen su propio campo y trabajan solo con carnes de pastura), el restaurante se renovó sumando al joven chef mendocino Diego Tapia y con reafirmando su premisa de una cocina honesta donde el producto local y la técnica se combinan en un entorno que respira cercanía y calidez.

Se luce el ciclo “Constelaciones” en Negre

Una chef preparando un plato

Negre, la nueva propuesta de fine-dining en Rosario. - Créditos: Gentileza Prensa

Asimismo, en el contexto de su reinauguración, Negre presentó la tercera edición de Constelaciones”, ciclo en el que se une a chefs referentes del país para ejecutar una carta especial por una noche. En esta oportunidad, los invitados fueron Sebastián Weigandt, de Azafrán, y Flavia Amad, de Osadía de Crear y La VidA, apuntando a consolidar el restaurante como espacio de cocina joven, inventiva y de autor de la escena rosarina. 

Fiel a su espíritu de intercambio Constelaciones” propuso una experiencia gastronómica que combinó técnica, producto y territorio, con platos diseñados colaborativamente por los tres cocineros, en un diálogo entre la montaña, el viñedo y el río, en el que cada chef imprimió su sello y su paisaje. La experiencia comenzó con macarrones de oliva creados por Flavia Amad, que dieron paso al profiterol de cordero de Sebastián Weigandt, condensando su trabajo con los productos mendocinos. Diego Tapia, anfitrión del ciclo, aportó su toque con ostra y mollejas, acompañadas por BenMarco Plata Chardonnay 2022.

Luego, el menú continuó con flor de rabanito y espuma de cebolla, zucchini y huevas de trucha de Amad, en armonía con BenMarco Sin Límites Malbec Orgánico 2020. Weigandt presentó un plato de cochinillo con nduja y boniato, seguido por el patí madurado con remolacha, papa y verdes de Tapia, ambos acompañados por BenMarco Expresivo 2021, en un tramo que celebró la estacionalidad y la madurez del territorio. El cierre llegó con el postre de Tapia: arroz con leche, crema catalana y cítricos, un final luminoso y evocador maridado con Susana Balbo Signature Late Harvest Torrontés 2021.

Para seguir de cerca esta invitación a mirar la gastronomía como un encuentro colectivo que es Constelaciones”, hay que estar atentos a las próximas ediciones, y la promesa de que cada plato sea una conversación entre cocineros, productos y regiones.

Ping-pong con Flavia Amad: con la sustentabilidad en la mira, y en la carta

Flavia Amad

Flavia Amad - Créditos: Gentileza Prensa

Considerada uno de los talentos emergentes más interesantes de la escena mendocina y más allá por su forma única de convertir ingredientes de temporada en paltos llenos de identidad y sabor, y tras haber recibido el reconocimiento Estrella Verde Michelín 2025 por su compromiso con la sustentabilidad, charlamos con Flavia Amad.

Estás a cargo de Osadía de Crear, el restaurante de la bodega de Susana Balbo, la primera mujer enóloga de Argentina. Siento que sobre todo hoy en día esto tiene una significancia particular. ¿Qué implica para vos y qué tipo de desafíos te plantea?

Estar al frente de Osadía de Crear La Vida representa un desafío y un privilegio. Trabajo junto a Ana Lovaglio, hija de Susana y directora de hospitalidad, en llevar adelante el legado de una mujer pionera como Susana Balbo, con una mirada contemporánea sobre la gastronomía y la hospitalidad. Mi objetivo es mantener la excelencia, la sensibilidad y el respeto por el territorio, creando experiencias que emocionen y hablen de una Mendoza actual y diversa. Soy muy exigente con los estándares de calidad y tengo claro el norte hacia donde queremos ir, pero esa exigencia siempre va acompañada de respeto, escucha y humanidad hacia los equipos, porque la excelencia solo se logra en entornos sanos y colaborativos.

A su vez, el restaurante fue reconocido hace muy poco con una estrella verde Michelín. ¿Cómo ves esto de que ahora rankings relevantes empiecen a prestarle más atención a estos temas (sostenibilidad, trazabilidad, impacto ambiental, etc)? ¿Cómo ves la sustentabilidad más allá del aspecto ambiental?

La obtención de la estrella verde Michelin por parte de Osadía de Crear es un reconocimiento inmenso y un testimonio del compromiso de Susana y Ana con la sostenibilidad. Celebro enormemente que rankings tan relevantes como la "Guía Michelin" comiencen a priorizar y valorar estos temas. Esto impulsa a toda la industria a adoptar prácticas más responsables y conscientes. La sustentabilidad, para mí, va mucho más allá del aspecto puramente ambiental. Implica un compromiso integral con la comunidad, el desarrollo social, el comercio justo, la valoración de los productores locales y la promoción de un entorno laboral equitativo y respetuoso. Se trata de construir un modelo de negocio que sea viable a largo plazo, generando un impacto positivo en todos los niveles. ¡Ser sostenible NO debe ser una estrategia, debe SER una filosofía del lugar!

 

Contame un poco sobre tu trabajo en Osadía, ¿por qué elegiste ser parte del proyecto? ¿Qué te motivó y desafió?

Mi trabajo en la bodega y el hotel es apasionante y multifacético; implica la gestión integral en ambos proyectos. Me motivó la posibilidad de trabajar en un entorno de excelencia y de contribuir a posicionar la gastronomía mendocina en el mapa mundial. El desafío constante es mantener la creatividad, la calidad y la coherencia en un sector tan dinámico y competitivo, siempre buscando superar las expectativas de nuestros comensales. Otro factor que me atrajo desde el inicio es la coherencia del proyecto: una bodega liderada por mujeres que apuestan por la calidad, la innovación y la autenticidad. Me motiva poder expresar una gastronomía con identidad, con arraigo al territorio, pero con una mirada moderna y sustentable. Cada plato es una oportunidad de contar quiénes somos, de poner en valor lo local y de trabajar en comunidad.

¿Qué valor creés que tiene la gastronomía hoy día como patrimonio nacional y cultural?

La gastronomía es una herramienta poderosa para contar nuestra historia. No es solo un acto culinario, es un acto cultural y de transmisión. Argentina, y Mendoza en particular, tienen un enorme patrimonio de saberes, productos y tradiciones que merecen ser contados y actualizados desde el respeto. Cocinar es una forma de identidad. A través de cada menú mostramos cómo una región puede dialogar con el mundo sin perder su esencia.

 

¿Cómo ves a los espacios de la hospitalidad en relación con cuestiones de maternidad, conciliación y trabajo?

La hospitalidad sigue siendo un ámbito de mucha exigencia, y lograr equilibrio entre la vida personal y profesional no es sencillo. Soy mamá de Franco, y llevar adelante dos proyectos como Osadía La Vida requiere mucha organización, equilibrio y, sobre todo, una red de apoyo fuerte. Creo profundamente en la necesidad de repensar los liderazgos. Liderar con exigencia y claridad no significa ser inflexible, sino acompañar a las personas, comprender sus realidades y construir entornos donde ser mujer, madre y profesional sea posible.

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Laura Marajofsky

Laura Marajofsky Periodista especializada en cultura, sociedad y género. Escribe actualmente en diversos diarios y revistas (La Nación, Forbes, OHLALÁ!, Volcánicas, Malvestida, Crisis, Anfibia, etc). Innovación en gastronomía & speaker.


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