De Santa Fe a Marruecos: organiza viajes culturales por el mundo
A los dieciocho años, Francisca Bancalari dejó el país para ser ciudadana del mundo. Desde 2011 diseña y guía viajes a Japón, India, Nepal y Marruecos, que privilegian la calidad del tiempo y la apertura de sentidos.
30 de septiembre de 2022
Francisca Bancalari guía viajes poco convencionales por el mundo.
Hasta los doce años, Francisca Bancalari vivió en un campo, cerca del pueblo de Hughes, en Santa Fe. Su gran sueño era irse vivir a Hughes. "Para mí un pueblo de 6 mil habitantes era la gran ciudad. Con mi familia nos movíamos poco. Pero siempre mi viaje fue a través de la lectura", recuerda. A los doce años, se mudó con su mamá a Buenos Aires, donde estudió en una escuela secundaria inglesa. Allí encontró un destino al que apuntar: cuando terminó, les dijo a sus papás que quería vivir en Inglaterra.
"Me pareció una ciudad que estaba llena de referentes, de música, literatura, gente que inspiraba. En Londres había muchos de los artistas que me gustaban y me fui medio sin saber qué iba a hacer. Fue una decisión un poco extraña, porque era chica, pero mis papás me dieron la libertad para que yo eligiera lo que quisiera y, si no servía, bueno, me volvía", dice.
Durante un año, trabajó en un café, mientras hacía cursos en Central Saint Martins, una escuela de artes pública londinense. Allí encontró su pasión por la cultura y decidió estudiar Historia del Arte. "En realidad, cuando terminé el colegio yo quería ser geógrafa. Pero no me animé. Muchos de los proyectos que yo presentaba en la universidad eran de geografía, investigaciones sobre los cruces de fronteras, desde las artes", señala. Así, comenzó sus travesías. Volvió a la Argentina para filmar donde termina el continente, recorrió y escribió ensayos sobre India y Japón, y se fascinó con Marruecos, donde vive actualmente.
"La idea de viajar sale de mí, de esas ganas de estar más cerca de lo que a mí me gustaba y en ese estar más cerca me abrió el mundo y la forma de pensar sobre él. El hecho de que estuviera en Inglaterra hizo muy fácil para mí el empezar a viajar", afirma.
Francisca Bancalari promueve viajar de modo slow
Del arte a los viajes
Después de diez años en Inglaterra, volvió a Buenos Aires para estar más cerca de la familia y hacer una clínica de arte en la Universidad Di Tella. Francisca dedicaba toda su energía a ser artista plástica, pero los viajes le generaban una lucha interna que no lograba resolver. Hasta que en un momento hizo clic. "Uno puede ser muchos tipos de artista y hacer muchos tipos de arte, más allá del dibujo o una muestra. Me di cuenta que depende de uno en realidad cómo hace las cosas, si se las toma como un trabajo o como una obra de arte. Es la intención que se le ponga", asegura.
En ese mismo año su mamá le propuso ayudarla con un emprendimiento de viajes que había comenzado. Durante los siguientes 10 años diseñaron y guiaron juntas los viajes de Miramundo. "Así surgió esta especie de vocación que tengo ahora y que me encanta", confiesa. Esa vocación era tan grande que, cuando su mamá dejó la agencia, Francisca decidió armar su propio proyecto, al que le sumó su impronta. Eligió realizar viajes culturales, marcados por una actitud slow. Sus travesías proponen alejarse del turismo tradicional, de los tours multitudinarios y apurados, para ahondar, lentamente, en el corazón del mundo, ese que lejos late en las callecitas de una medina, en un pueblo budista del Himalaya o en una aldea rural de Japón.
"Fue una gran puesta a prueba hacer el primer viaje sola. De a poquito me fui animando y cambiando más cosas de que las que hacía con mi mamá. Son viajes largos, lentos, absolutamente culturales. Nos acercamos a todo lo espiritual a través de la cultura, ya sea su marco arquitectónico, filosófico, estético. Porque por un lado está la teoría, pero después está bueno poder mirarla con la práctica espiritual, sea la que fuera: en Japón, Tibet o India", explica.
Francisca Bancalari promueve la calidad de tiempo y la apertura de los sentidos en los viajes que organiza.
Viajar más lento
Paseos por medinas, souks, bazares, mercados, barrios y pueblos apartados del circuito de los tours y el turismo masivo, sus itinerarios se alejan de las rutas trilladas para entrar en contacto con lo genuino y lo auténtico. Además, comparte con los grupos datos de su propio diario de viaje personal sobre lo último del diseño local, dónde comprar lo nuevo y dónde encontrar lo antiguo, los mercados populares menos conocidos y los showrooms sólo con cita previa, datos que ha recopilado a través de años de experiencia.
"Lo que propongo es una base de conocimiento cultural, estético, filosófico, para poder contextualizar todo eso que vemos durante el viaje y cómo desglosarlo. El objetivo es abrir el panorama y hacer que se lo entienda, que no sea solamente un viaje visual. Siempre miro a la gente con la viajo, los observo y es como que viajo a través de ellos. Estoy constantemente pensando en cómo puedo sorprenderlos y dónde los puedo llevar o qué taller podemos hacer. Ahí mi chispa está siempre, feliz. Así es como no me canso", cuenta.
La pandemia la encontró en una ciudad que le fascina y en la que realizó muchos de sus viajes: Marrakech. Cuando abrieron las fronteras pasó un tiempo con su familia en Buenos Aires y luego se instaló en un monasterio budista tibetano en un pueblo al Norte de Italia. Pero finalmente volvió a Marruecos.
"Me resultan interesantes los cambios de escenario, porque son formas en las que una se redescubre, me hacen valorar muchísimo el acá, el ahora, el por qué, qué es lo quiero hacer. Cuando estoy en un lugar nuevo, todas esas cosas automáticas como, por ejemplo, cruzar una calle, todo es nuevo. Eso para mí es súper fresco, hay una cosas de bordes y fronteras dentro mío que está constantemente reconfigurándose. Que me esté moviendo constantemente no quiere decir que no tenga raíces. Justamente mi raíz es mi disponibilidad para el cambio y cambiar me reconecta conmigo misma. Al fin y al cabo estamos continuamente en cambio y se va reconectando, abriéndose, cambiando las perspectivas, las formas de estar con otro y de pensarse a uno mismo", concluye.