
Juliana López May: se inició en la gastronomía con Francis Mallmann y hoy es una marca registrada
Juliana López May ya es un nombre registrado en la gastronomía argentina. Este es el universo de Juliana, que se abre a contar sus secretos: "Con mi cocina me gusta honrar las recetas heredadas".
4 de enero de 2024

Juliana López May: una cocinera que ya es una marca registrada.
Desde muy chica, Juli López May está atravesada por la cocina. Creció en un hogar donde la experiencia en torno a la comida lo abarcaba todo, al punto de que ella y sus tres hermanos compartieron siempre esa pasión, primero de chiquitos, peleando por ver quién limpiaba el bowl con el que había cocinado su madre, y luego de grandes, compartiendo recetas y experiencias culinarias. Por eso, la impronta de “Juliana cocinera” siempre tuvo en primerísimo plano el tema de la herencia, las recetas con historia, esas que son genuinas y generan una emoción en quien las prueba.
Es una gran amiga ohlalera que nos acompañó con sus recetas durante muchos años y hoy es una marca registrada de la gastronomía argentina, con un gran haber de libros publicados, su propio estudio de cocina donde se dedica a dar clases, sus líneas de productos listos para comer y hasta un club de membresía con contenido exclusivo todos los meses.
Acaba de publicar su último libro, Tragos y Panes (Ed. Sudamericana), que recopila sus mejores recetas de tragos y mocktails, ideales para disfrutar este verano.
¿Por qué te decidiste por un libro de tragos y panes?
Es el primero de una serie de libros donde quiero abordar las comidas desde el principio hasta el final, una especie de recorrido. Los tragos y los panes me parecen ideales para recibir a los comensales, como una bienvenida. La idea es seguir con entradas, platos principales y postres.
¿Sos fan declarada de los tragos?
Sí, me encantan. Desde smoothies, licuados o jugos detox hasta tragos con alcohol. Me parece importante también tener la habilidad de poder hacer esas recetas una y disfrutarlas en cualquier momento.
¿Tenés algún trago favorito para el verano?
Sin dudas, el tinto de verano, es rico y fresco, está buenísimo.
Nombrabas recién los jugos detox, ¿es algo que solés consumir?
Sí, re. Me encantan. Los disfruto mucho. Cuando estoy en Buenos Aires, me organizo para que todas mis mañanas empiecen con un jugo de medio limón y un vaso de agua tibia y después un jugo verde. Después hago cuatro detox al año, que son procesos un poco más especiales.
La vida en la gastronomía debe estar repleta de viajes, eventos, cenas, ¿cómo te organizás con esa rutina?
Elijo comer sano todos los días. Empiezo mi día siempre pensando que me voy a cuidar todo el tiempo, y cuando me invitan a comer o tengo algún evento no me descontrolo al 100%. Pero claro que lo disfruto, porque para mí la comida es disfrute. Todo en su justa medida.
¿Esa es la filosofía que intentás transmitir en tus clases?
Sí, en todas mis recetas y en los consejos que doy, porque vivo así y no podría hacer algo distinto a lo que consumo y lo que yo disfruto. Desde toda la vida me gustaron mucho las ensaladas, las frutas y verduras y las tortas más frutales, entonces, naturalmente, mi cocina fue hacia eso.
También disfrutás mucho de viajar...
Viajar es una parte muy importante de mi vida y de mi profesión. Todos los años hago un viaje con mujeres a Italia, que el año que viene será por primera vez a Francia. También viajo muchísimo por Argentina y por países como Chile o Uruguay.
¿Sentís que seguís aprendiendo cosas nuevas de tus viajes?
Cada viaje es único y en cada uno aprendo algo. Trato de ir a nuevos restaurantes, de hacer nuevos circuitos, de recorrer distinto los barrios, de conocer cocineras nuevas y aprender recetas distintas. En el último viaje grupal a Italia, por ejemplo, estuve en Bolonia, que no conocía, y fue espectacular. De ese viaje vine con distintas recetas de biscottis y ahora voy a lanzar una línea propia de biscottis y crackers.
En tus clases y con tus recetas unís a las generaciones, convocás a abuelas, madres, hijas. ¿Por qué creés que se da eso?
Lo que más satisfacción me da es que las une la misma pasión, el mismo hobby, el mismo disfrute de transmitir las recetas de generación en generación a la mesa, el diálogo, un montón de cosas. Creo que cuando tu abuela te cocinó y a vos esa comida te dio una emoción, no lo cambiás por nada y eso es lo que a mí me gusta honrar, el legado de las recetas heredadas, el hecho de invitar, de ir y llevar una receta que aprendiste, de comer algo y que te traslade a otro momento. Mi cocina tiene un poco que ver con eso, con rescatar recetas de antes, y volver a hacerlas rindiéndole homenaje a la persona que te las enseñó.
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