
Madres de cracks: las historias de las mamás de Manu Ginóbili, la Peque Pareto y el Dibu Martínez
Un pequeño adelanto de "Madres de", el libro que recopila los testimonios de las mujeres que acompañaron a las figuras argentinas que amamos.
15 de octubre de 2025 • 16:50

RAQUEL MACCARI, mamá de Manu Ginóbili, junto a su hijo. - Créditos: Prensa
Detrás de cada deportista, artista o emprendedor que admiramos, hay una historia íntima que pocas veces conocemos: la de sus madres. Con esa premisa nació Madres de, el libro de Violeta Santamarina y Emilia Frigerio que reúne testimonios entrañables de mujeres que acompañaron, sostuvieron y alentaron a figuras como Manu Ginóbili, Lucha Aymar, Marcos Galperin, Paloma Herrera, el Dibu Martínez o los Miranda!, entre muchos otros.
Historias de esfuerzo, ternura y resiliencia que revelan que no hay una fórmula única para maternar, pero sí un denominador común: el amor incondicional que marcó la vida de sus hijos.
RAQUEL MACCARI: Ama de casa y mamá de Manu Ginóbili
“Creo que Manu es Manu por la paciencia, las ganas de entrenar, el sueño de triunfar y las ganas de superarse permanentemente. Él quería ser el mejor. Manu fue también obediente y respetuoso con los técnicos... y con estar en el banco. Creo que fue la suma de todas esas cosas. A mí lo que me preocupa de los padres que veo es que quieren que los hijos trasciendan, pero no por ellos, sino para que hagan lo que esos padres no pudieron hacer. Esos padres que exigen en la cancha no son conscientes del daño que ejercen en los chicos. Es malísimo, los presionan demasiado”.
Una anécdota: “Manu siempre estaba aburrido. Llegábamos del jardín y ya quería hacer algo, invitar a un amigo, ir a la casa de otro... Nunca estaba quieto, tenía que estar siempre en actividad, como ahora. Siempre me pedía una franela y el aerosol limpiamuebles, porque le gustaba el perfume”.
MIRTA MÉNDEZ: Médica pediatra y mamá de Paula “Peque” Pareto

MIRTA MÉNDEZ, mamá de Paula “Peque” Pareto, junto a su hija. - Créditos: Prensa
“Paula es demencialmente tenaz. No hay nadie tan perseverante. Y tampoco tan noble. Siempre fue buena y amorosa. De chiquita la veía como un ángel, a tal punto que temía que Dios me la llevara, y eso me angustiaba muchísimo. Sus triunfos deportivos son espectaculares, pero no me obnubilan. Paula para mí es Paula. No cuentan sus medallas; de hecho, en casa no hay ni trofeos ni recortes de diarios o revistas. Su éxito es su nobleza, su calidez humana. Es pura bondad y pura empatía. Y siempre con esfuerzos sostenidos. Todas las madres deberían dejarse llevar por el instinto: ese estímulo interno que actúa como una alerta y permite leer los deseos y sueños de los hijos”.
Una anécdota: “El día en que ganó su primera medalla olímpica, en Beijing 2008, la vi por televisión, con sus compañeras... Lloré de emoción mientras le hablaba como una loca a la pantalla. Ver a tu hija realizarse es indescriptible”.
SUSANA ROMERO: Empleada administrativa y mamá del Dibu Martínez

SUSANA ROMERO, mamá del Dibu Martínez, junto a su hijo - Créditos: Prensa
“Fui muy exigente con los horarios, con la escuela y hasta con mi propio trabajo, al que jamás llegué tarde. Mis hijos iban al colegio con la camisa impecable, la corbata bien puesta y los deberes hechos. Acompañar a mi hijo es todo. Y cuando puedo, le recuerdo que no tema, que la clave del éxito es pensar que está en el fondo de nuestra casa en Mar del Plata, jugando a la pelota con su hermano Alejandro”.
Una anécdota: “A los 12 años, Emi anunció que se quería ir a vivir a Buenos Aires, y yo se lo permití. Fui criada con mucha libertad, por eso lo pude respetar en su deseo. No era lo más común despachar a un niño tan chico, lo sé, pero lo veía tan ilusionado con ese plan que lo dejé probar. Hoy me río recordando cómo en cada llamado telefónico yo le decía: ‘Si te querés volver, mirá que en apenas cuatro horas puedo pasar a buscarte’. ‘No, mamá, yo estoy bien y voy a ser jugador de fútbol’. Eso me respondía Emi, una y otra vez”.
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Madres de, un libro que habla de las madres de los cracks. - Créditos: Prensa
Madres de, de Violeta Santamarina y Emilia Frigerio, es un libro que emociona y sorprende. A través de testimonios y anécdotas, hay mujeres que abrieron su corazón para contar cómo vivieron el camino de sus hijos hacia el éxito. Una lectura inspiradora para descubrir el poder transformador de la maternidad. Lo conseguís en las librerías del país y en www.catapulta.net.
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