
De un chat de WhatsApp a una megafiesta: cómo dos mujeres están cambiando la forma de vivir la maternidad
Hablan de carga mental, culpa y autocuidado sin filtros. Victoria Pardo y Johanna Gambardella crearon @mami.tasking y hoy convocan a miles de mujeres que buscan volver a ser ellas sin dejar de ser madres, incluso a través de encuentros reales como la Detox Party.
17 de diciembre de 2025 • 10:33

De un chat de WhatsApp a una megafiesta: cómo dos mujeres están cambiando la forma de vivir la maternidad - Créditos: Prensa
Cansadas de una maternidad atravesada por la exigencia, la culpa y una demanda que parece no tener pausa, Victoria Pardo (35) y Johanna Gambardella (39) decidieron decir en voz alta eso que muchas mujeres sienten pero pocas se animan a contar. Lo hicieron primero desde Instagram y, casi sin proponérselo, crearon una de las comunidades de madres más grandes de Latinoamérica, con cerca de medio millón de seguidoras.
Se conocieron en marzo de 2020, en plena pandemia. La amistad nació en la virtualidad, pero la conexión fue inmediata: aunque tenían personalidades opuestas, vivían la maternidad con la misma intensidad y las mismas preguntas. De ese intercambio cotidiano surgió @mami.tasking, un espacio donde poner palabras a lo que nadie les había contado sobre tener hijos.
“No se trata de cualquier comunidad. La mujer no necesita hablar de sus hijos, eso lo puede hacer con cualquiera. Lo que necesita es hablar de lo que le pasa a ella cuando llegan los hijos a su vida. Construimos una comunidad de mujeres que buscan no ser solo madres y eso es lo que nos hace especiales”, explica Johanna.

Victoria Pardo y Johana Gambardella están cambiando el modo de vivir la maternidad. - Créditos: Prensa
Desde reflexiones profundas hasta catarsis cargadas de humor, la cuenta se volvió un lugar de identificación inmediata. Hablan de carga mental, de autocuidado, de la pérdida de identidad y de la culpa que muchas mujeres sienten cuando intentan priorizarse. Sin juicios ni fórmulas mágicas, lograron generar un sentido de pertenencia que crece todos los días.
“La repartición de tareas y la presencia de las paternidades vienen mejorando, pero mientras el 95% de la carga mental siga concentrada en las mujeres y nos siga dando culpa priorizarnos, todavía hay mucho para visibilizar”, suma Victoria.
Con el tiempo, entendieron que el problema no era solo lo que les pasaba, sino la sensación de estar solas. “Nos dimos cuenta de que muchas creían que lo que sentían les pasaba solo a ellas. Ahí entendimos la importancia de ponerlo en palabras y hacerlo visible”, agrega Victoria.
Detox maternal: frenar para volver a encontrarse
El crecimiento de la comunidad dio paso a una nueva necesidad: salir de la pantalla. Así nació el concepto de Detox Maternal, una propuesta que habilita la pausa y la reconexión con la identidad más allá del rol de madre.
“Cuando te convertís en madre no solo cambia tu vida, también se desarma tu identidad. Volver a encontrarte es un desafío enorme si no estás en el entorno correcto”, cuenta Johanna.
De esa búsqueda surgieron espacios de encuentro que hoy son furor, entre ellos la Detox Party, una fiesta pensada para que las mujeres puedan correrse, aunque sea por unas horas, de la demanda cotidiana y conectar con ellas mismas.

El último evento se realizó el sábado 13 de diciembre en Sitio Buenos Aires. Fueron seis horas, 400 mujeres y una consigna clara: brillar. - Créditos: Prensa
El último evento se realizó el sábado 13 de diciembre en Sitio Buenos Aires. Fueron seis horas, 400 mujeres y una consigna clara: brillar. Hubo baile, música, cambios de look, masajes, tarot y tatuajes. Un espacio seguro y cuidado donde, por un rato, la maternidad quedó en pausa.
“La Detox Party nació como un espacio real para vincularse con otras mujeres que viven la maternidad de la misma forma, pero sobre todo para volver a mirarse a una misma lejos del ruido diario. La respuesta fue inmediata y confirmó que era por acá”, dice Victoria.
Una fiesta con impacto social
Lejos de quedarse solo en la celebración, sumaron un gesto solidario. A pesar de ser conocidas —con ironía— como “malas madres”, invitaron a todas las asistentes a llevar un juguete nuevo. El resultado superó cualquier expectativa: recolectaron 790 juguetes que fueron donados a ocho organizaciones que trabajan con infancias en situación de vulnerabilidad.
“Era imposible no aprovechar la energía de 400 mujeres felices para hacer algo que deje huella. La respuesta fue increíble y confirmó, una vez más, el poder que tenemos cuando nos unimos”, agrega Victoria.
Lo que empezó como un intercambio entre dos amigas se transformó en un fenómeno que está cambiando la forma de hablar y vivir la maternidad. Una revolución silenciosa, sin manuales ni exigencias, que invita a las mujeres a no perderse en el camino y a recordar que, además de madres, siguen siendo ellas.
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