
La moda "no kids", una tendencia que crece en hoteles y bares: por qué genera polémica
Cada vez más establecimientos en Europa y, de a poco, en Argentina, eligen prohibir el ingreso de menores. Buscan ofrecer una experiencia de lujo y relax sin interrupciones, pero la pregunta es si este "oasis de calma" se construye a costa de la exclusión familiar.
10 de junio de 2025 • 14:41

La moda "no kids", una tendencia que crece en hoteles y bares: por qué genera polémica - Créditos: Getty
La tendencia de los espacios "no kids" o "libres de niños" se afianza a nivel global, lo que genera debate sobre la búsqueda de tranquilidad versus la posible discriminación a los pequeños. Hoteles y restaurantes en Europa, y de forma incipiente en Argentina, adoptan esta política con el fin de ofrecer experiencias orientadas exclusivamente a adultos.
Esta moda, que según especialistas tuvo sus orígenes en Corea del Sur en 2011, busca garantizar la calma y satisfacer las expectativas de un segmento de turistas y clientes que prioriza la ausencia de menores. Si bien no existen carteles ostentosos en la vía pública, es cada vez más común encontrar esta restricción en los sitios web de establecimientos.
La situación en Europa: España a la vanguardia
En Europa, la tendencia "no-kids" se expande de forma notable, con España como uno de los países donde más se observa. Según Radio France Internationale, la práctica es cada vez más frecuente en los sitios web de hoteles, restaurantes y cafeterías. Un estudio reciente del diario El Economista reveló que el 8% de este tipo de comercios en España no admitía niños, específicamente menores de 18 años.
El fenómeno de las "zonas prohibidas" en España apareció en 2018 y 2019 en Murcia, y se replicó en Salamanca en restaurantes y bares. Incluso hubo casos polémicos, como el bar Venus en Vigo, que con un cartel humorístico generó controversia.
Las cadenas hoteleras de lujo "Adults Only" son un claro ejemplo de esta política, ya que refuerza propuestas exclusivas para turistas sin hijos en destinos como Granada, Ibiza o Canarias. Allí, proliferan los retiros espirituales, recorridos históricos y servicios premium donde la entrada de menores está prohibida.
Sin embargo, en España, el debate legal es palpable. El artículo 14 de la Constitución española, que prohíbe el trato desigual, podría entrar en conflicto con la exclusión infantil. A pesar de esto, hoteleros como Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), argumentan que la oferta hotelera es variada y que esta tendencia responde a una diferenciación y segmentación del mercado.
¿Y en Argentina? Un fenómeno en ascenso
Si bien en Argentina la tendencia "no-kids" no está tan consolidada como en Europa, empieza a ganar terreno, especialmente en ciertos segmentos.
En el ámbito hotelero, el concepto "Adults Only" empezó a instalarse, aunque de manera más gradual. Un ejemplo es el Hotel Arakur Ushuaia, que si bien es un hotel familiar que recibe niños, cuenta con un spa exclusivo para adultos (mayores de 15 años) donde se busca un ambiente de tranquilidad.
En el rubro gastronómico, es más difícil encontrar establecimientos que prohíban explícitamente la entrada a menores de edad. Sin embargo, algunos restaurantes o bares, sobre todo aquellos con una propuesta más orientada a la vida nocturna o con ambientes que no son considerados adecuados para niños (por ejemplo, bares de coctelería con música alta y horarios extendidos), suelen ser frecuentados casi exclusivamente por adultos, lo que implícitamente genera un ambiente "no-kids". Un ejemplo notorio es el caso de algunos bares de vinos o "speakeasies" en la Ciudad de Buenos Aires, que por su ambiente y propuesta, atraen mayormente a un público adulto en busca de una experiencia más sofisticada y tranquila.
Además, en el sector de la hostelería de lujo en Argentina, algunos hoteles boutique o lodges de alta gama en regiones como la Patagonia o Cuyo comienzan a enfocar sus propuestas en experiencias más exclusivas y orientadas al descanso, lo que a menudo se traduce en una preferencia tácita por huéspedes sin niños, o directamente en la adopción de políticas "Adults Only" para ciertos servicios o sectores del establecimiento.
El debate abierto: ¿bienestar o exclusión?
La moda "no-kids" plantea un interrogante fundamental: ¿es una legítima búsqueda de bienestar y tranquilidad para un sector de la población, o una forma de exclusión basada en la edad?
Quienes defienden esta tendencia argumentan el derecho a disfrutar de espacios libres de ruidos y responsabilidades ajenas, valorando la posibilidad de relajarse y desconectar en un ambiente diseñado para adultos. Por otro lado, los críticos advierten sobre los riesgos de normalizar una exclusión que podría ser considerada discriminatoria, basada únicamente en la edad y un adultocentrismo que margina a los niños de ciertos espacios sociales.
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