Los 7 patrones de una pareja duradera y real
Una psicóloga norteamericana se animó a dar la fórmula para que una pareja se prolongue en el tiempo con un deseo genuino y un amor real
16 de marzo de 2024
Los hábitos que harán que un vínculo amoroso se extienda en el tiempo - Créditos: Getty
En los tiempos que corren, que una pareja perdure en el tiempo con amor y deseo a pesar de todos los conflictos pareciera un verdadero acto de heroísmo. Dicen que no hay recetas mágicas para lograrlo, que cada pareja es un mundo y que cada uno resuelve a su manera siempre íntima y ajena a los ojos del resto.
Sin embargo, una psicóloga estadounidense, autora de numerosos libros de psicología de pareja, se animó a determinar siete patrones de las parejas que realmente logran un vínculo duradero y real. A partir de la experiencia en su trabajo, la doctora Nicole LePera hizo una lista de las siete variables que podrían hacer que un proyecto navegue por un largo tiempo atravesando mareas altas, vientos y tormentas.
El secreto para tener un amor feliz y duradero - Créditos: Getty
Los 7 patrones de las parejas que “lo hicieron”
1
Eran amigos. Realmente disfrutaban pasar tiempo juntos. Se entusiasmaban con volver a casa y ponerse al día después del trabajo. Les gustaba hacer pequeñas cosas juntos. La amistad era la base de su relación.
2
Habían pasado por momentos oscuros en su relación. Todos habían pasado por períodos realmente difíciles en los que se encontraron en una encrucijada e incluso lo pensaron mejor. Pero eligieron permanecer juntos y superarlo. Así, lograron establecer una mayor confianza.
3
Se tomaban a la ligera las peculiaridades del otro. Apreciaban y reconocían los defectos y las peculiaridades del otro. Incluso si a veces eran molestos, los tomaban a la ligera y nunca eran demasiado críticos.
4
Se permitieron ser ellos mismos. Tenían un nivel básico de respeto y de admiración en lugar de un deseo de cambiarse mutuamente. Esta libertad sacó a relucir las mejores partes de cada uno de ellos.
5
Peleaban. En ocasiones, los nervios ganaban, discutían fuerte y se sentían frustrados con el otro. Pero, luego, sabían cómo manejar el conflicto, balancearse hacia atrás y seguir adelante.
6
Tuvieron conversaciones difíciles. Se comunicaban regularmente y estaban abiertos a escuchar otras perspectivas. No se las arreglaron evitando o negando. La costumbre de conversar les permitía tener una regulación emocional positiva por lo que las charlas rara vez se convertían en explosiones.
7
Ponían límites con sus respectivas familias. Colocaban a la pareja primero y mantenían fuertes límites con sus familias. No contaban los problemas que podían estar atravesando y los dejaban sólo para ellos. Tampoco tomaban decisiones sobre lo que las familias pudieran querer. Querían lo mejor para la pareja, juntos.