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5 consejos para perder el miedo a estar sola

Si cuando te quedás sola la mente te juega una mala pasada y te hace vivir situaciones incómodas, que te generan malestar y ansiedad, esta nota es para vos. Te compartimos 5 consejos para que puedas poner en acción y hackear a tu propia mente.


5 consejos para perder el miedo a estar sola.

5 consejos para perder el miedo a estar sola. - Créditos: Getty



La soledad tiene mala fama, sin embargo, es una gran aliada para fortalecer tu autoestima y ayudarte a progresar. Agarrá lápiz y papel y anotá estas acciones para poner en práctica y aprender a disfrutar de la paz de estar con vos misma.

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    Identificá la emoción

    ¿Sabías que el miedo es una emoción básica y primaria que experimentamos todos? ¿Y que una vez que lo logramos reconocer es más fácil superarlo y trabajarlo para poder generar un plan de acción?

    Es muy probable que lo primero que te suceda cuando te quedás sola es que sientas miedo y rápidamente te preguntes por qué, de dónde viene. Puede ser que hayas atravesado una situación traumática recientemente y necesites estar rodeada de gente o también puede ser que ese sentimiento desemboque de algún abandono en alguna otra etapa de la vida (un duelo que no pudimos atravesar, por ejemplo). En este caso es muy importante pedir ayuda profesional, para poder analizar a qué te remonta esa sensación displacentera. 

    Cuando este temor aparece la solución no es encontrar la forma de estar con alguien, sino identificar el miedo y poder armar una base sobre la cual construir. Una vez que le ponemos nombre, todo es mucho más fácil, porque le das un sentido, lo revestís de lógica y eso te va a ayudar a entender lo que significa.

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    Aprendé a disfrutar de los momentos con vos

    Son tan buenos y necesarios los momentos en los que estamos solas, como en los momentos en los que estamos socializando. ¿Por qué? Porque son los que te ayudan a nutrir el vínculo con vos misma y con los demás.

    Aprovechá ese tiempo sola para priorizarte y conectar con lo que te gusta: hacé tareas que te resulten gratificantes. Si bien suelen ser actividades conocidas, que hacemos seguido, tené en cuenta que a veces tenemos que romper con las cosas que ya sabemos manejar para ayudar a que la mente no se enrosque. Porque si te gusta pintar, pero cuando lo hacés tu cabeza no para, quizás es necesario que hagas algo a lo que no estás acostumbrada, algo que te exija una mayor concentración, como puede ser andar en bicicleta. Si dejás la mente más en stand by o en automático, te va a volver a invadir este pensamiento. Es ahí cuando tenés que correrte y cambiar esa situación. Quizás encontrás la solución saliendo a correr, pintando una pared o aprendiendo una receta nueva. Ponete creativa y animate a descubrir.

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    Aumentá tu autoestima

    Parece difícil, ¿no? Sin embargo, es más sencillo de lo que pensamos. Se logra mediante la valoración, la apreciación del esfuerzo que estás poniendo en cada una de las actividades que encarás. Un consejito: establecé pequeños retos o metas alcanzables. Por ejemplo, si sabés que hoy te vas a quedar sola, leé esa novela que tenés colgada hace mil u ordená ese mueble que tenés patas para arriba y ponete la meta de terminarlo en el día: ese reto cumplido va a generar una percepción de avance y de logros. Te lo proponés y lo lográs estando sola, así que cuando lo termines te colgás una medalla imaginaria y te pedís ese heladito que tanto te gusta para recomenzarte. Así, vas a enfocar la atención en lo positivo y te vas a sentir poderosa.

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    Mejorá la seguridad y la confianza

    Vos sos perfectamente capaz de cuidarte a vos misma. Si te cuesta recordarlo, anótalo en un post-it y pégalo en la heladera, para tenerlo siempre presente. Obvio que el cuidado del otro siempre nos va a reconfortar y nos va a ayudar, como cuando nos sentimos mal y queremos ir un ratito a lo de mamá. Es normal sentirlo así, pero también tenés que ser consciente de que tenés todo lo necesario para cuidarte a vos misma.

    Si te sentís bien, segura, y estás a gusto con vos te va a resultar mucho más sencillo crear vínculos sanos de crecimiento con otros, evitando estar con una persona solo para sentirte acompañada. ¿Te acordás del primer punto? El miedo es una emoción básica, que todos atravesamos, así que no tomes la decisión de salir o pasar un rato con alguien solo por temor a que aparezca esta sensación. Recordá que es algo natural y que lo podés sortear.

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    Pedí ayuda

    El miedo surge de una alerta ante una situación. Si esto es excesivo, te limita en el día a día o te hace tomar decisiones por el miedo y no por la seguridad que te genera determinado vínculo, cuidado. Ahí es cuando empieza a ser desadaptativo y juega en contra. Por supuesto que te podés poner mal porque quisieras salir y no arreglaste nada, pero no por eso tenés que empezar a buscar por cielo y tierra algo para hacer. El temor a estar sola puede generar otro tipo de reacción, por ejemplo, una dependencia. En este caso es importante buscar una ayuda profesional que te pueda brindar herramientas para entender la situación, trabajarla y superarla.

Un consejo más: que la madrugada no te gane

¿Alguna vez te agarró este miedo antes de dormir? ¿O te despertaste con esta sensación a las 3 de la mañana? Obviamente en este momento nos vas a poder salir a caminar, llamar a una amiga o poner música fuerte. Sin embargo, hay muchas cosas que podés hacer. Primero, entendé la situación, tratá de apelar a la lógica y saber que es algo que viviste y que va a pasar. Después, podés ponerte una serie en otro idioma y tratar de entender: ¡poné a la mente a trabajar! También podés escribir (o mandarte un audio) sobre las emociones que estás teniendo. Y cuando pase, felicitate. Lo lograste.

Pero ojo, si te pasa seguido, no luches cada noche: agendá una cita con un profesional para entender, en un proceso terapéutico, de dónde surge esto.

Tené en cuenta que estos consejos son generales, que cada persona atraviesa distintas situaciones, tiene una historia de vida particular y está atravesando una determinada etapa vital. Cada una sabe cuáles son las acciones que la ayudan, qué cosas la hacen feliz y cómo puede surfear la ola. Por eso es tan importante conocerte y, por esto también, son fundamentales los momentos en soledad. Aprovechalos para conectar con vos y convertirte en tu propia heroína.

 

Experta consultada: Julieta Cillo. Licenciada en Psicología. MN: 62966.

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