Cómo practicar el amor propio para crear la vida que soñás

 

Cuanto más amor nos damos, más sanamos nuestro propio merecimiento; un sentimiento interno fundamental a la hora de manifestar nuestros sueños. El motivo por el cual es fundamental es simple: por más que hagamos lo que hagamos, si en nuestro inconsciente no sentimos que merecemos lo que anhelamos, no lo vamos a conseguir. 

El merecimiento es clave. El merecimiento se sana con amor, con ternura, con comprensión, con poder y con auto\envalentonamiento. Soltando lo que duele y dándole foco a lo que expande. Diciéndonos que sí en todas las instancias. Apoyándonos y festejándonos para que nuestra niña interna se sienta floreciente y a salvo (ella es el responsable de todo; mimarla es mucho más poderoso de lo que te imaginas). 

Lo más delicioso de todo es que el cuidarnos no impacta únicamente en nuestra vida sino que, al encender nuestra luz, esa es la energía interna que vamos a proyectar en la mente universal que integramos todos. 

Cada vez más, el Universo nos precisa felices y plenos porque es una vibración elevada que sana la toxicidad del planeta. Inclusive por una cuestión colectiva, amarte es la más importante de tus metas.

 

Lamentablemente vivimos en una sociedad que fue menospreciando la inteligencia intuitiva. Se nos ha enseñado a auto\sacrificarnos, a creer que lo que precisamos está afuera cuando en verdad es un reflejo de nuestra interioridad profunda. 

Se nos ha enseñado a buscar la perfección cuando en verdad no somos perfectos sino completos. No se nos ha enseñado a tratarnos bonito, a festejar nuestros logros, a pedir ayuda cuando la precisamos. 

No se nos ha enseñado que la vida tiene una sabiduría abismal y que cuando anclamos en ella, las respuestas llegan solas: es nuestra voz intuitiva que nos muestra el camino. Es en la paz donde las mejores decisiones surgen. Es en saltar, con miedo inclusive, donde crecemos y nos expandimos. Hemos nacido para brillar, para darle al mundo nuestra mejor versión. 

Muchas veces yo misma me desvalorizaba y dejaba de expresar mis verdaderas necesidades porque temía que me tildasen de egoísta o de creída y la verdad es que cualquier cosa que hagas para quedar bien con tu externidad (sin tener en cuenta tus verdaderas necesidades) es fallarte. 

El amor propio no tiene nada que ver con el egoísmo:  es todo lo contrario. Es una filosofía de vida a partir de la cual tratarte con respeto y buscar tu propio bienestar es la principal meta. Ahora bien ¿cómo podemos practicarlo en una sociedad donde lo que nos han enseñado es todo lo contrario? 

 

La paciencia es poder. Soltar lo que no podés controlar y enfocarte en lo que sí te permite avanzando. Festejar cada pequeño logro, te abrirá a tu propia abundancia interior. Anclar en el presente: disfrutar del olor del café, de la caminata en el parque, del abrazo de las personas que amas; del sonido de la lluvia, de la calidez del sol. 

La vida no tiene ningún tipo de garantías. Vamos a aprendiendo a medida que caminamos: es en el disfrute del presente donde hallamos la felicidad verdadera. Para esto, la meditación es un ejercicio que recomiendo muchísimo porque te permitirá acallar a tu ego y conectar con la voz de tu alma (la cual posee una sabiduría tan antigua como sagrada). 

Otro modo de potenciar tu autoestima es recordando que tus propios pensamientos son mucho más poderosos de lo que creés: llevar un diario cotidiano de gratitud te conectará con las puertas abiertas.

También podés anotar en un cuaderno tus creencias limitantes y fijarte qué pasa si empezás a decirte lo mismo, aunque en positivo. Es importante que “te lo creas” sino, no tendrá efecto. Por ejemplo: “siempre tengo problemas con el amor, tengo mucha mala suerte”; fíjate qué ideas y sincronías llegan a tu vida diciéndote algo así como “estoy abierta a conocer a mi compañero ideal”. 

 

La visualización es otra de las maneras que tenemos de fortalecer nuestra creatividad luminosa: entrar en un estado calmo, mediante una meditación, e imaginar con lujo de detalle tu futuro soñado. 

Recordá que el verdadero creador de tu vida es tu inconsciente y cuando visualizas estás trabajando en la “siembra” de ese futuro.  Luego, vendrán las sincronías: esas “casualidades” plenas de sentido que te llevan hacia la senda de tu realidad deseada. 

Por último y lo más importante de todo es entrar en tu centro interno, en tu propia paz interior, ya que desde ese lugar podrás escuchar a tu maga sagrada: la voz intuitiva que trae respuestas creativas y corazonadas que son un puro deleite. 

Se trata de salir de la reactividad o la supervivencia (estado egoíco) para entrar en el lenguaje del alma (creatividad \ plenitud \ evolución).  El amor propio es un viaje de ida donde notarás cambios que te producirán mucho bienestar a lo largo del camino: comenzaras a crear y a atraer mejores posibilidades, en todos los sentidos. 

Por Silvina Pizarro, gentileza para OHLALÁ! IG: @silvinapizarrotarot