Belleza: qué alimentos le hacen bien a la piel
¿Observás tus hábitos alimenticios? Te ofrecemos una miniguía para transformar el ritual de skincare desde adentro hacia afuera.
14 de septiembre de 2022
Dime qué comes y te diré qué piel tienes - Créditos: Ilustración de Florencia Rigiroli
La piel es el órgano más grande del cuerpo, la barrera de protección que nos separa y, a la vez, nos conecta con el resto del mundo. También es uno de los canales de desintoxicación del organismo a través del cual drenamos toxinas. Durante mucho tiempo, estuvimos convencidas de que su cuidado era de afuera hacia adentro: una buena rutina de skincare y los mejores productos eran los pilares para una piel radiante.
Sin embargo, en muchos casos, gastar un montón de plata en mascarillas, cremas y tónicos no alcanza para lidiar con brotes, sequedad o exceso de grasitud, manchas, granitos. Es que el cuerpo habla a través de los síntomas, y las reacciones de la piel vienen a gritarnos que lo urgente es ocuparnos de lo que está pasando dentro de nosotras.
La alimentación define, en gran medida, la salud intestinal y la diversidad de la microbiota, el equilibrio de muchas hormonas, la presencia de nutrientes esenciales como vitaminas A y C, hierro y Omega 3 y una buena hidratación, claves para la salud de la piel. Entonces, cambió el paradigma de la rutina antiage: la nutrición y los hábitos –el descanso, la actividad física moderada, los momentos de placer, el contacto con la naturaleza– codifican el 70% de lo que le pasa a la piel, y los productos y las rutinas son sus complementos. La fórmula invita a volver a las bases: cuerpo sano, piel sana (y linda).
En esta nota, nuestros expertos consultados nos acompañaron a armar una miniguía práctica para que aprendas a observar en detalle tus hábitos alimentarios y transformar tu ritual de belleza desde adentro hacia afuera.
“Como muchos ultraprocesados”
Cómo influye en la piel comer muchos productos ultraprocesados: las dietas altas en sodio, aditivos artificiales, harinas y azúcares refinados están asociadas a problemas de salud como la resistencia a la insulina y, entre otros efectos, favorecen la tendencia al envejecimiento prematuro: un 25% mayor que el resto de las personas. Esto se traduce en una piel amarillenta, engrosada, opaca, con aspecto cansado y con tendencia a las arrugas. También pueden aparecer síntomas de inflamación, granitos, acné, grasitud y deshidratación.
Hábitos a incorporar: cambiá tu lugar de compra por mercados y ferias donde encuentres alimentos reales que son fuente natural de vitaminas, fitonutrientes, enzimas, fibras y minerales. Probá frutas y legumbres nuevas o desafiate a incorporar algo que hace mucho que no comés. Animate a los licuados vegetales.
Rutina de skincare básica: a la mañana, usá un gel o espuma de limpieza sin detergente, serum con ácido hialurónico y protector solar. De noche, repetí la limpieza y continuá tu ritual con un serum con niacinamida y una crema hidratante.
“Soy vegana o vegetariana”
Cómo influye en la piel si soy vegana o vegetariana: la alimentación basada en plantas activa un proceso de desintoxicación y regeneración del organismo que se refleja en la piel. Que en todas tus comidas haya multivitamínicos naturales, agua y antioxidantes favorece la regeneración celular y cicatrización, mejora la apariencia de manchas y heridas y genera un efecto glow natural. Eso sí, en una dieta desequilibrada, los desbalances nutricionales se dejan ver en pieles pálidas con tendencia a la laxitud.
Hábitos a incorporar: una alimentación completa evita un déficit nutricional. Tené en cuenta que no todo lo vegano o vegetariano es saludable, ¡ojo con los ultraprocesados veggie! Sumá grasas saludables, presentes en las semillas, frutos secos y paltas. Con tu médico y nutricionista, chequeá tus niveles de hierro y B12.
Rutina de skincare básica: a la mañana, usá una leche de limpieza, serum con niacinamida, crema hidratante y protector solar. De noche, entre la limpieza y la crema, sumá vitamina C para la síntesis de colágeno.
“Tomo más alcohol que agua”
Cómo influye en la piel si tomás mucho alcohol: ¿sabías que el alcohol produce un desgaste en la mitocondria, una estructura dentro de las células? Además del daño celular, el exceso de bebidas alcohólicas (nos referimos a más de un vaso por día) deshidrata, sobrecarga el funcionamiento del hígado –nuestro gran órgano depurador– y altera las hormonas. Esto se visibiliza en una piel fatigada, opaca, flácida, hinchada, con ojeras, y también en la pérdida de cabello. Como altera la microbiota, también puede potenciar otros síntomas como la piel rosácea o el acné.
Hábitos a incorporar: por cada vaso de bebida alcohólica, tomá uno de agua. A la siguiente comida, volvé a la práctica de incorporar más plantas. Experimentá recetas de cócteles con bebidas fermentadas como kéfir y kombucha, que son deliciosas, tienen algo de alcohol y ayudan a repoblar la microbiota. Todos los días intentá beber aproximadamente 2 litros de agua y comer frutas y vegetales para eliminar toxinas.
Rutina de skincare básica: todas las noches, no te olvides de la leche de limpieza, serum y crema, ambos con ácido hialurónico, para darle una buena hidratación a la piel. A la mañana repetí esta misma rutina y recordá sumar siempre el protector solar.
“Soy muy fan de los hidratos”
Cómo influye en la piel: es sabido que el consumo de harinas blancas está asociado a la aparición de sarpullidos, prurito, granitos, picazón en la piel de todo el cuerpo e irritación. Esto es más frecuente en casos de celiaquía, alergia o quienes tienen intolerancia al gluten, pero también puede aparecer en personas que consumen ese tipo de hidratos en exceso.
¿Sus efectos en nosotros? La tendencia es notoria: vamos a ver una piel más oleosa, de poros dilatados, y también pueden aparecer granitos en la zona del mentón y la mandíbula.
Hábitos a incorporar: es clave que puedas salir de la monodieta experimentando con otro tipo de harinas. Por ejemplo,
podés reemplazarlas por harinas integrales de arroz, trigo sarraceno, algarroba, quínoa, legumbres, coco o frutos secos. Todos ellos son aliados para preparar tus cookies, budines, tortas, masas de tartas o panes de masa madre. Además, al cambiar el cereal, grano o legumbre, estás sumando una variedad de nutrientes.
Rutina de skincare básica: de noche, luego de la limpieza con gel o espuma para pieles grasas o con tendencia al acné, una loción con ácido salicílico y crema matificante. A la mañana, luego de la limpieza, un serum con ácido hialurónico, crema matificante y protector solar.
“Consumo muchos lácteos y carnes”
Cómo influye en la piel: los productos de origen animal son muy inflamatorios e irritantes. Los lácteos concentran las hormonas del animal y los antibióticos que recibieron en su crianza. Su consumo está asociado al aumento de la mucosidad, alergias, acné, irritación, psoriasis y dermatitis. Las carnes tienen una digestión lenta que provoca inflamación, más trabajo para el hígado, constipación, y durante estos procesos se liberan toxinas que llegan a la piel y provocan rosácea, intolerancias, rojeces en las mejillas, alergias, irritación, picazón.
Hábitos a incorporar: probá bebidas y quesos vegetales a base de semillas y frutos secos, y observa qué pasa con tu piel, la mucosidad y la evacuación cuando consumís menos lácteos (los del súper son ultraprocesados, porque están llenos de conservantes, saborizantes y edulcorantes). Bajá la frecuencia del consumo de carnes –cuando las elijas, que sean de buena calidad– y sumá hongos, legumbres o tofu orgánico.
Rutina de skincare básica: usá leche de limpieza, agua termal y serum con niacinamida. También podés sumar algún lisado de bacterias como posbióticos y crema para piel sensible con ceramidas. A la mañana, repetí la rutina y sumá el protector solar.
Expertos consultados
Lucas Ponti: Médico dermatólogo. @lucasponti.
Rocío Runca: Lic. en Nutrición. @rocio.runca.
Romina Sánchez: Lic. en Nutrición y Autora del libro Nutrición con sentido. @nutricionistaromina.
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