Newsletter
Newsletter

“Me cuesta acabar”: qué pasa cuando el orgasmo parece esquivo

Podés disfrutar, podés sentir placer, pero el clímax no aparece. ¿Qué hay detrás de la dificultad para llegar al orgasmo y cómo empezar a reconectar con tu cuerpo y tu deseo?


mujer teniendo un orgasmo

“Me cuesta acabar”: cómo lograrlo. - Créditos: Getty



Llegar al orgasmo es una respuesta fisiológica que, dice la leyenda, puede lograr todo el mundo. De hecho, a juzgar por las pelis, las canciones y los testimonios, muchas mujeres lo logran siempre, rapidísimo ¡e incluso múltiples veces en una noche! Pero para vos, es solo algo que les pasa a otros. El sexo puede gustarte, encantarte, de hecho. Y sí, es real cuando decís que la pasás fenomenal, solo que el resultado cúlmine, la cerecita del pastel, no aparece. ¿Qué puede estar pasando? Vamos a darte algunas ideas para que empieces a entender mejor tu cuerpo y tu cabeza. 

¿No era que el orgasmo no era el fin? 

Eyaculación femenina, orgasmo, squirt... ¿por qué nos exigimos tanto?

Orgasmo femenino: mitos a derribar. - Créditos: Getty

Antes de empezar a darte técnicas para mejorar tus posibilidades de tener un orgasmo, es justo aclarar algo. Si hace siglos que decimos que no corras tras un orgasmo porque el orgasmo no debe ser el fin..., ¿por qué ponerle tanto esmero a esta cuestión? Básicamente, porque el orgasmo debería ser parte de tu menú libre de placer y estar al alcance de tu mano de una forma relativamente simple. Si conseguirlo es un laburazo, es probable que te sea más cómodo convencerte de que en realidad elegís no tenerlo.  

¿Por dónde empezamos? 

Para arrancar, hacete estas tres preguntas clave: 

  1. ¿Te cuesta acompañada o te cuesta incluso sola? 

Estar demasiado pendiente de la mirada de otro, de las caras que hacés, de cómo se ve tu cuerpo o de si el otro está disfrutando es un mambo bastante clásico que nos “distrae” y nos desconecta de nuestras propias sensaciones. Por temor a hacer el ridículo o verte “fea”, podrías estar evitando posiciones, gestos, ruidos, respiraciones que podrían llevarte a tu climax pero no te parecen atractivas. Esto es clave para entender por qué “sola sí, en compañía casi nunca”. Buscar truquitos como apagar la luz para gesticular lo que quieras, intentar desarrollar vínculos con más confianza y perderle el miedo a la vulnerabilidad son los faros que pueden guiarte si este es tu caso. Pero si lo tuyo es simplemente no llegar nunca, estamos hablando de algo un poquito más complejo que probablemente obligue a abrir una “caja de Pandora” junto con un experto en sexualidad, un encare más profundo que tal vez tome un poco más de tiempo y te obligue a mirar tu historia personal. Suena tedioso, pero vale la pena.  

  1. ¿Te cuesta ahora o te costó siempre? 

Perder el orgasmo en una etapa de la vida no es lo mismo que haber tenido dificultades con él siempre. Esto es algo que definitivamente va a impactar en el enfoque que debas darle a la solución. Algunas personas pueden tener malformaciones o problemas orgánicos y no saberlo (sí, en serio), y otras pueden tener dificultades psicológicas muy arraigadas, con bases más complejas, por ejemplo, traumas por agresiones sexuales o entornos represivos. En estos casos, la forma de buscarles luz a estos temas debería empezar por conseguir alguien que te tome la mano en la oscuridad y te muestre un poco el camino: los sexólogos y psicólogos van a ser tus aliados. 

  1. ¿Sabés en qué anda tu cuerpo? 

El sexo es, antes que nada, cuerpo. Por eso, cualquier experto en sexualidad que quiera ayudarte a entenderte primero va a mirar qué está pasando a nivel clínico. Hay muchas cosas que pueden obstaculizar tu respuesta sexual: medicación, pastillas anticonceptivas, desequilibrios hormonales naturales (como la perimenopausia o el posparto) y trastornos más puntuales que requieren un diagnóstico médico. De nada sirve que estés repasando tus creencias y mambos si en realidad lo que tenés es la hormona del estrés por las nubes, por ejemplo. En estos casos, tu cuerpo puede responder mejor cuando se arregla químicamente, y ningún experto en sexualidad te va a hacer chequear tus creencias y tu relación con vos misma y tu entorno si lo que tenés es un desbalance o un mal funcionamiento vascular, por ejemplo (sí, el sistema circulatorio tiene todo que ver con el orgasmo). 

Algunas otras razones para tener orgasmos random 

Mientras respondés estas preguntas, es interesante que mires algunas claves usuales que nos muestran por qué a tantas mujeres nos cuesta bastante llegar al orgasmo. Chequealas en tu interior y fijate qué tanto podrían impactar en tu respuesta sexual random. 

Estás mirándote de afuera 

Cuando queremos impresionar mucho a la otra persona, cuando tenemos muchos traumas con nuestro cuerpo y cuando solo pensamos en hacer feliz a quien comparte ese momento con nosotras, es usual que ni nos preguntemos qué tenemos que hacer para llegar a nuestro climax. Tranqui, esto es normal cuando alguien te encanta y se te va un poco el eje. 

Ejercicio: si sentís que este puede ser tu caso, intentá salir un poco de la fascinación y pensar en vos. Animate a hacer eso que sabés que funciona para vos: esa posición que pensás que no te hace lucir tan bien, esa cara que no te gusta, ese ruidito que te parece ridículo. Date a vos misma lo que necesitás. 

No conocés tanto tu cuerpo 

¿Sabés dónde está tu clítoris? ¿Seguro? ¿Te pusiste a explorar tus pliegues, agujeritos, fluidos y texturas? Si no lo hiciste, manos a la obra, literal. Y no hablamos necesariamente de teoría. Está OK saber de tu cuerpo en los papeles, pero en este caso, también necesitás saber de vos a nivel sensorial, ubicarte y reconocerte. En este punto, algunas chicas descubren que ellas mismas se dan asco, rechazo o impresión. Si ese es el problema, considerá hablar con un experto porque ahí sí hay algo para trabajar a nivel psico. 

Ejercicio: si esto no te pasa, simplemente permitite tocarte y pasarla bien sin buscar resultados. Siguiendo esa senda, el orgasmo tarde o temprano va a llegar. 

No te das tiempo para el ocio y el placer 

Muchísimas mujeres no tendrían sexo si alguien más no lo pidiera, simplemente porque no se hacen lugar en su agenda para vivir en paz, para estar panza arriba, para no pensar en nada y conectarse con sensaciones. Estas personalidades, que suelen crecer en entornos estrictos, no se conectan con el placer porque sienten que es una pérdida de tiempo, que no es productivo y les da culpa. Esta creencia de base impide el autoconocimiento y refuerza la idea de que el sexo es algo que se hace cuando lo pide otro, es decir, para complacer. ¡Y voilá! Ya tenemos la receta para el perfecto matete. 

Ejercicio: ejercitá no hacer nada, pero nada. Dejate horas libres a solas, aprendé a ir a un ritmo más natural y empezá a ver qué desafío eso te representa. 

Quedaste atascada en un comportamiento rígido 

La mayoría de nosotras estamos años y años –es decir, ¡décadas!– llegando al orgasmo de la misma forma, en la misma posición, con la misma fórmula. Eso hace que cuando cambian un poco las variables no sepamos responder. Hay chicas que se frotan con una almohada, por ejemplo. Casi ninguna mujer se anima en pleno acto sexual a frotarse con un objeto inanimado en pleno encuentro con otro. Otras se acostumbran demasiado a juguetes que les dan un estímulo imposible de igualar por un humano y eso se vuelve bastante fatal. Por último, un clásico: las que se acostumbran a estar mirando escenas de mega alto voltaje pornográfico mientras se tocan. Es lógico, entonces, que en el sexo con un/a compañero/a no encuentren el disparador de orgasmo que encuentran en la pornografía. 

Ejercicio: llegó la hora de ser creativa. Tocate parada, boca abajo, boca arriba, mirando la pared, con los ojos cerrados, abiertos, y así. Cuantas más formas tengas de llegar al orgasmo sola, más chances hay de que lo logres con otro más seguido y de que entiendas lo que te funciona mejor. 

Ahora que tenés algunas pistas, podés hacer un poco de introspección y pensar qué te está pasando. Con un poco de autoconocimiento, ganas y algunas preguntas clave, puede que mejores tu respuesta y, lo que es aún mejor, tu conocimiento sobre vos misma.  

Experta consultada: Silvina Valente. Sexóloga y especialista en medicina sexual y terapia de pareja. @consexuar. 

Cuando la excusa es que “no importa tanto”, por Silvina Valente

Muchas mujeres sienten que el sexo no es tan importante para ser felices. Y está perfecto si es una elección consciente. El tema es que muchas veces se llega a esa idea sin haber tenido experiencias realmente buenas. También pasa que, aunque el sexo te guste, podés pensar que el orgasmo no es tan relevante. Ir al sexólogo o trabajar en ampliar tu placer puede parecer un esfuerzo innecesario, algo incómodo o costoso.

Pero lo que pocas saben es que muchas veces las terapias son breves, accesibles y súper efectivas. Lo que ganás no es menor: convertirte en la dueña de tu propio placer. En un mundo que nos exige todo el tiempo, es lógico no querer sumar “tareas”. Pero si mirás todas las cosas que hacés por los demás, tal vez te des cuenta de lo valioso que es hacer algo que sea solo para vos. Preguntate esto: si en solo unas semanas pudieras disfrutar más y mejor, ¿seguirías creyendo que no vale la pena? 

Sexóloga

 

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

¿Es recomendable tener sexo en la misma habitación donde duermen tus hijos?

¿Es recomendable tener sexo en la misma habitación donde duermen tus hijos?


por Mariana Kersz


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP