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 • Historias

Creó una editorial para chicos con dislexia

Después de diez años de trabajar como librera y ante la falta de oferta en el mercado Fabiana Nolla Portillo decidió crear una editorial inclusiva. Gerbera Ediciones publica sus libros con tipografía amigable para disléxicos y en tinta-braille.


Fabiana Nolla Portillo creó la editorial inclusiva Gerbera.

Fabiana Nolla Portillo creó la editorial inclusiva Gerbera.



Después de la crisis de 2001, Fabiana Nolla Portillo buscó trabajo durante dos años. Oriunda de Uruguay, había estudiado Comunicación Social en Misiones y ejercido como periodista. Fue en noviembre de 2002 que la contrataron en la cadena de librerías Yenny. "Estuve diez años como librera. Ahí nació el amor definitivo por los libros. Me gastaba la mitad del sueldo en ellos. El día que me enteré que estaba embarazada compré mi primer libro para niños y ya no paré", recuerda.

Mientras Fabiana avanzaba su carrera en la librería, pasaba horas en el sector infantil. Notó que había un nicho que no estaba explorado y que era muy solicitado: libros de tela para bebés. En ese momento, solo se conseguían unos de plástico, importados de China, con tintas de dudosa procedencia. Entonces, decidió empezar a fabricarlos ella. 

Durante tres años, sostuvo su trabajo de librera y su pequeño emprendimiento. "Saqué dos libros más que se llamaban Palabras y colores en cartoné. Fueron los primeros que se hicieron en Argentina de una editorial independiente. Pero llegó un momento en el que no podía seguir con las dos cosas. Quise meterle ficha a la editorial, tirándome a una pileta completamente vacía. Renuncié y me puse a hacer libros", cuenta.

Contemplar la diversidad

Desde chica, Fabiana conoce las dificultades de "ser diferente". Su hermano mayor tiene Síndrome de Down y toda la vida luchó por la inclusión. "Él siempre fue mi norte en esta lucha. Tenía que defenderlo todo el tiempo. Siempre tuve esa cosa adentro de la no inclusión, del sufrir la discriminación en todo sentido", explica.

Si bien sí lo contemplaba en las temáticas, en un primer momento no pensaba que el diseño de los libros podía dejar de lado a algunos niños. Por eso, se sorprendió cuando una compañera de la escuela de su hijo no lo quiso invitar a su cumpleaños porque él siempre regalaba libros. "¿Qué podía tener de malo regalar un libro?", se preguntó Fabiana preocupada. Cuando habló con la madre de la nena, entendió: ella era disléxica y los libros que publicaban las diferentes editoriales en ese momento le resultaban imposibles de leer.  

"Había escuchado esa palabra, pero no sabía bien qué era. Ahí descubrí que, en un aula de treinta niños, tres tenían problemas de lecto escritura y de aprendizaje por dislexia. Empecé a buscar mucha información, a empaparme, y no había nadie que hiciera nada relativo a lectores con dislexia. Con una de las autoras nos pusimos a buscar y ella encontró la tipografía que usaban en Estados Unidos, la Opendyslexic, e hicimos una prueba piloto para el libro que estaba a punto de salir. La semana siguiente entraba a la imprenta y lo rediseñamos, lo hicimos con esta letra", relata. 

Así fue que llegaron con su hijo al cumpleaños con el nuevo libro bajo el brazo. Ella estaba reticente al principio, pero cuando Fabiana le explicó que se lo habían hecho especialmente para ella decidió intentarlo. "Cuando empieza la primera página se le abren bien los ojos y la nena empieza a leer de corrido. Fue como una película, se arrodilló en el piso con el libro abierto y todos los nenes hicieron una ronda, se sentaron y la nena ocupó 45 minutos (de las dos horas del cumpleaños) para leer el libro. Todos se quedaron escuchándola. Nunca la habían escuchado leer.  Todo el mundo lloraba. A partir de ese momento tomé la decisión de hacer absolutamente todos los libros con esa tipografía", cuenta. 

Gerbera Ediciones en la Feria del Libro con stand propio.

Gerbera Ediciones en la Feria del Libro con stand propio.

Libros inclusivos

"Antes no lo sabía, pero desde que tomé consciencia no podía ignorarlo y hacer libros para un público específico y dejar una gran cantidad de niños y niñas por fuera. Les pongo demasiado amor a los libros que hago y no me cabe en la cabeza que haya tanta cantidad de nenes que no puedan leer porque tienen una tipografía común. Por eso empecé a hacer libros con tipografía para lectores con dislexia", señala convencida Fabiana. Por eso se unió a DIFAM, la Asociación de Dislexia y Familia en Argentina, que utilizan sus libros en los consultorios. 

Pero no quedó solo en eso. Luego de la presentación de un libro, donde los chicos leían fragmentos del mismo, descubrió a una maestra que había pasado el libro a braille para una alumna no vidente. Allí Fabiana se dio cuenta de que tenía que ampliar su campo de inclusión. Se asoció con Tiflonexos, que pasa los libros a braille. Hoy, el catálogo de Gerbera Ediciones incluye casi cien libros con tipografía amigable para disléxicos, además varios en tinta braille con audiolibro (que incluye explicaciones de las imágenes, tapa y contratapa). 

Además, los libros buscan la inclusión desde la temática. "Me gusta que incluyan la mayor cantidad de personas posibles. Por eso son libros transgresores y que te dejan pensando. Porque son cosas que les pasan a los niños y niñas habitualmente, más allá de que no se hable de eso. Pero en todo sentido, no solamente en la discapacidad en sí, sino en temas que están relacionados a la niñez, en general, como el bullying, el rechazo, las diferencias de lecto escritura. Son muchos temas que no están tratados en otras editoriales y acá sí nos gusta tocar", confiesa. 

Fabiana publica libros inclusivos para que puedan ser leídos por chicos con dislexia y dificultades visuales.

Fabiana publica libros inclusivos para que puedan ser leídos por chicos con dislexia y dificultades visuales.

Abrir camino para la inclusión

Hace quince años, era la única editorial que lo hacía. Si bien hoy hay otras que incorporaron OpenDyslexic, Gerbera fue el puntapié inicial para abrir el camino. "Me parece genial que lo incluyan, porque no todos toman esa decisión. Lo importante es que le permita a un montón de nenes y nenas acceder a eso", asegura. 

Fabiana dice que no le gusta ser catalogada como "la editorial para chicos con dislexia". Su voluntad es la inclusión y no la diferenciación. "Es tratar de hacerles entender que no son libros 'para', son libros que incluyen a los lectores con dislexia y son libros que incluyen a los niños y niñas ciegos, o a los adultos ciegos que les quieren leer a su hijo que es vidente", explica.

 

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