Nunca más es ahora: esto siento con el ataque terrorista de Hamas a Israel
Ini es licenciada en Economía, pero en esta columna habla como judía: "El pueblo judío está viviendo los días más oscuros desde el Holocausto", reflexiona. Habla de la angustia de saber a su familia y amistades en medio del horror.
20 de octubre de 2023 • 14:40
Ini Hajnal es judía y habla de un pueblo históricamente castigado. - Créditos: Gentileza
Desde el sábado 7 de octubre, el pueblo judío está viviendo los días más oscuros desde el Holocausto. Terroristas barbáricos de Hamas invadieron nuestra tierra. Masacraron niños en sus camas, exterminaron familias enteras, mataron hijos delante de sus padres y a padres y madres delante de sus hijos. Ellos empezaron una guerra, que es una masacre, no una guerra.
Israel atraviesa su 11/9, aunque proporcionalmente esta atrocidad fue 10 veces más grande que el atentado a las Torres Gemelas de 2001. Estamos atravesando nuestro momento “nunca más” que, ni en nuestras peores pesadillas, hubiésemos imaginado.
Somos un pueblo resiliente que encuentra fuerzas en los peores momentos. Siempre defendiendo nuestra tierra. Los judíos estamos más unidos que nunca, y el mundo libre está unido con Israel para combatir las fuerzas del mal. Es la única forma de lograr vivir en paz.
Yo soy parte de esa historia y mi emocionalidad me agobia con dolor y bronca. Soy segunda generación argentina: mis abuelos paternos llegaron a la Argentina escapando del nazismo. La mayoría de sus familias, mis ancestros, fueron asesinados en la Shoá (el Holocausto).
"Murieron solo por ser judíos"
Los abuelos de mi madre vinieron de Rusia, Polonia y Ucrania a principios del siglo XX, porque sufrieron los “progroms” que eran incursiones de soldados y civiles en los barrios y casas judías para masacrarlos, violar a las mujeres, robar, destruir sus casas y hasta quemarlos vivos encerrados en sus sinagogas. Eso es exactamente lo que vimos nuevamente este fin de semana en el sur de Israel, en los kibutzim (colonias agrícolas): la gente estaba durmiendo en sus casas en shabat (día festivo) y los terroristas entraron ametrallando a mansalva y prendiendo fuego las casas para que salgan de sus refugios. Muchos murieron calcinados solo por ser judíos.
Esto no fue hace 100 años, fue hace solo unos días. Como si la historia no hubiera servido de nada. El mundo occidental y libre mira perplejo estas atrocidades, que parecen salidas de una película de terror anacrónica, pero son espantosamente reales y actuales. Nunca más es ahora.
Una de las argentinas asesinadas, de 80 años, murió así, quemada viva en su kibbutz. Las escenas de la barbarie de Hamas no pueden más que remitirnos a ese pasado tremendo, que sucedió hace poco más de 80 años. Una herida abierta, ahora sangrando. Un recuerdo colectivo que se aviva a cada rato con cada una de las noticias e imágenes que estamos viendo en esta masacre (porque no se la puede llamar guerra, se han roto todos los códigos de guerra) contra el pueblo de Israel. Una masacre sin precedentes, que estamos siguiendo en tiempo casi real a través de las redes sociales. Sin poder creer, entender, asimilar lo que nuestros ojos ven.
En Israel tengo amigos, familia y primos de todas las edades, todos muy cercanos, ellos o sus hijos o yernos están siendo llamados como reservistas. Viven el futuro con angustia y temor, ansían la paz con toda el alma, quieren vivir tranquilos en su tierra. Hoy, mi prima en Tel Aviv, está corriendo dos o tres veces por día al refugio. Tiene 90 segundos entre que suena la alarma y cae el misil. Tiraron en 3 días cerca de 5 mil misiles. En el conflicto del 2021 Hamas tiró 4300 misiles en 11 días.
El ataque terrorista de Hamas
El ataque de Hamas es el de un grupo terrorista, de una banda asesina de barras bravas fanáticos, llenos de odio y sedientos de sangre, no solo judía, porque sus disparos no discriminan, matan a cualquiera sin distinguir credo, nacionaldad o edad. Utilizan a su propia población palestina como escudo humano. Los palestinos también son víctimas y rehenes de Hamás.
Es muy importante entender que ellos no representan a los palestinos, ellos están divididos y con una “grieta” tremenda. Básicamente hay dos grandes grupos: los movimientos palestinos Fatah y Hamás - son rivales irreconciliables desde la batalla en Gaza, de junio de 2007 -, que se odian a muerte.
Ese año tuvieron una guerra civil entre ellos, con más de 500 muertos. Varias veces suscribieron a acuerdos de unidad, de cogobierno y reconciliación que nunca funcionaron. Fatah, que administra a Cisjordania, esto es el llamado "Margen Occidental" y Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, están -por años- en veredas opuestas. No sólo respecto de Israel, sino –más aún- con relación al camino que pueda conducir a una paz permanente. Fatah ha mantenido una actitud moderada, más bien flexible y negociadora. No son fundamentalistas y la paz con Israel luce posible.
Hamas, sostenido por Irán, en cambio, no reconoce al Estado de Israel, proclama su destrucción, y no ha renunciado jamás a la violencia.
Hay que entender que Hamas no representa al pueblo palestino, en cambio, la ANP (Autoridad Nacional Palestina), liderada por Fatah, son los representantes legítimos y reconocidos de los palestinos.
Keren Schem, madre de Mia Schem, una joven israelí que fue secuestrada por milicianos de Hamas y llevada a la Franja de Gaza, en conferencia de prensa en Tel Aviv el 7 de octubre de 2023. - Créditos: AP/Ohad Zwigenberg (archivo LA NACION)
La OLP (Organización de LIberación de Palestina) del cual Fatah es el grupo principal que fundó Yasser Arafat, fueron los interlocutores de los Acuerdos de Oslo y de Camp David que le dieron entidad y reconocimiento internacional a las pretensiones palestinas de lograr su propio estado a través de negociaciones directas con Israel y con mediadores como EEUU.
Ellos, la OLP, fueron un grupo terrorista que se transformó en la década del ’90 o antes y lograron una autonomía en la Cisjordania que todavía no pudo concluir en una soberanía plena.
Entonces, me aflige leer y escuchar que hay gente que defiende a Hamas como si fueran los verdaderos defensores de la liberación del pueblo palestino. Son un grupo completamente terrorista como lo estamos viendo hoy, que lo único que quiere es matar a todos los judíos del mundo. No tiene intención de ninguna paz, ni reclamo territorial. Es impactante que una parte de la sociedad, aunque minoritaria, aquí y afuera, los defienda y apoye, solo porque creen que apoyan la causa palestina. ¿Cómo puede apoyar la causa palestina si jamás cuida a sus civiles, de hecho no solo los usa como escudos humanos, sino que usa de bunkers sus escuelas, hospitales, edificio públicos?
Los pueblos se apoyan, pero Hamas alienta la inestabilidad
En Israel hay una gran proporción de la población que también apoya la causa palestina, promoviendo la “solución de dos estados”. De hecho, hay más de 2 millones de israelíes palestinos conviviendo en democracia, paz y armonía en territorio israelí.
En Palestina también, una mayoría quiere la paz y el reconocimiento de Israel a existir, pero Hamas busca inestabilidad en la región e interferir en cualquier proceso de paz. Lo lograron con las diferentes Intifadas (rebeliones) que implicaron ataques suicidas con asesinatos masivos y lluvias de misiles desde Gaza sobre la población civil que frenaron avances en las negociaciones.
Muchos otros estados de la región reconocen que Israel no es su enemigo. Reconocen que Israel puede ser su aliado. Es que tienen enemigos comunes como ser Irán, ISIS (Estado Islámico), Hezbolá en Líbano y Hamas en Gaza. Lo mismo para la ANP (Autoridad Nacional Palestina) en Ramala.
Por esto surgieron los nuevos acuerdos de Abraham, de paz con los Emiratos Árabes, y otros. Justo cuando se está esbozando, con ayuda de EEUU, un acuerdo de reconocimiento de Arabia Saudita (pueblo sunita), que disputa con Irán (pueblo shiita) la supremacía en el mundo musulmán, es que estalla este furioso y rabioso ataque despiadado.
Con Hamas no se trata de desinformación, son hechos concretos, es barbarismo puro inexplicable con palabras más que salvajismo, perversión, falta de moralidad y de humanidad. Y con respecto a Israel duele profundamente que siempre haya en el mundo una doble moral, que es sumamente difícil y angustiante de digerir. Pronto va a aparecer la “desproporción” de la represalia israelí y las condenas hasta en la ONU.
Es lo que todos los judíos sabemos que va a pasar. Siempre sucede. No se olviden de las imágenes de bebés degollados en bolsas de plásticos, de huérfanos, de padres que vieron a sus hijos ser secuestrados y de quienes no tienen aun noticias de sus amigos y familiares. De quienes despertaron al grito de sirenas y cohetes en el día más sagrado de la semana, el shabat 7 de octubre 2023 que también era jag (fiesta) de Simjat Tora, y asi, despertaron en su peor pesadilla. Jamás pensada. Ni un guion de película se anima a tanta crueldad. Nuestros ojos, nuestra alma, están casi rotas.
La fortaleza del pueblo judío: "Somos resilientes"
Digo casi porque el pueblo judío tiene una fortaleza única, difícil de explicar, donde en los momentos más horrorosos y difíciles de su existencia, ha brotado de donde no sabían que podrían. En momentos como este, es cuando los judíos más unidos nos sentimos. La solidaridad es inmensa. Somos resilientes. Traspasa fronteras, acapara todos los canales y nos devuelve inmediatamente la esperanza en que vamos a salir de esta. Sin dudas con un dolor indescriptible, inmemorable, impensado.
Equiparar a una organización terrorista con Israel da vergüenza y duele. El único país democrático en todo medio oriente.
Cuesta creer la hipocresía de que haya gente y autoridades nuestras que se llenan la boca de derechos humanos y de democracia, que sostienen estos regímenes autocráticos y teocráticos, que consideran a las mujeres como cuasi cosas, donde las mujeres infieles son lapidadas y las que no usan velo están presas o son asesinadas. Fatah o la OLP no son fundamentalistas, entonces ¿qué ejercicio intelectual hay que hacer para no condenar al terrorismo? Genera mucha angustia.
Nadie apoyó a Al Qaeda el 9/11 con el atentado a las Torres Gemelas. El mundo entero al instante condenó el terrorismo. Nadie apoyó a ISIS (Estado Islámico) cuando atacaron Paris o Madrid (Atocha) o Barcelona (La Rambla) o cuando quemaban vivos a otros musulmanes o a cristianos o judíos en la Irak y Siria ocupada. ¿Por qué hoy hay gente apoya a Hamas cuando asesinan a civiles israelíes?¿Violar, asesinar y desfilar mujeres como un trofeo, que es lo que están haciendo, es “resistencia”? Su objetivo es el odio, es la destrucción, la violación de todos los derechos de los humanos, y destruir a cada uno de los judíos del mundo entero.
Cancillería confirmó que ya son 8 argentinos muertos en Israel desde el ataque de Hamas. Además, la cifra de desaparecidos se elevó a 15. ¿No hay empatía ni por nuestros compatriotas? Por suerte, hay una gran mayoría de la sociedad que condena este ataque terrorista y eso alivia un poco el corazón en estos momentos tan duros y horrorosos.
Esperemos, aunque hoy parezca una utopía, que asome pronto un horizonte político que conduzca a negociaciones por una solución de dos estados, donde prime la convivencia, la paz y la armonía. Es la única forma de resolver este conflicto.