Esther Sanz: "Generamos un impacto en la vida de otra persona"

Esther Sanz nació en Barcelona, tiene 42 años y es licenciada en periodismo. Trabajó para varias revistas femeninas hasta que, en un seminario de crecimiento personal que cubría para una nota, descubrió que ser escritora era su sueño. A la semana la llamó un ex jefe para ofrecerle trabajar en su editorial. Desde ese dia no paró: se hizo editora y al poco tiempo, empezó a escribir novelas hasta convertirse en referente del género young adult en España. Por estos días está en Argentina invitada por VR YA Editoras para participar de la Feria del Libro y conversamos con ella para descubrir su mundo mágico.

Si el amor es una isla, una historia que combina el amor con el misterio, es el primer título de la bilogía Silence Hill, cuya segunda entrega, Si el amor es un canto de sirena, se está presentando por primera vez en Buenos Aires. Entre otros títulos, también es autora de la exitosa trilogía El Bosque.

- No. porque esto fue más una inspiración que un retelling, que es cuando cuentas la misma historia desde otra versión o desde otra visión. Patrick puede recordar al fantasma de la ópera y ella puede recordar a Bella en el sentido de la curiosidad y de no poder acercarse al ala oeste (N.R.: del castillo de Silence Hill en la isla de Sark) pero a mí me sirvió más en el sentido de metáfora o de ejemplo para reforzar la historia. Entonces me sentía muy tranquila porque no tenía el compromiso de explicar estas historias de nuevo.

- Pero es que el adolescente es así, ¿no? Yo cuando conecto con esa etapa de mi vida recuerdo ese momento como de mucha curiosidad por empezar a conocer el mundo adulto. La adolescencia es una época de mucha osadía, de mucho atrevimiento, en que nos pensamos inmortales. Luego lo vamos perdiendo.

- Yo creo que es una novela iniciática, el paso de la adolescencia a la madurez y todo lo que comporta esa etapa de tu vida, si bien ella debe ser responsable por la situación del padre tiene esa dualidad, ella se siente en algunos aspectos que es una niña.

- Tengo muy presente esa etapa de mi vida, me conecto mucho con mi parte adolescente, quizá por las vivencias y por los libros que me marcaron.

- Los libros que leí en mi adolescencia me marcaron. Yo veo a mi hija que lee libros que yo leía cuando tenía su edad. Por ejemplo la historia interminable. O en España, los libros de Enid Blyton, una autora muy británica muy clásica, que se han reeditado y los jóvenes de ahora los leen mucho,

- Vivo con mis hijas y con mi marido en un pueblo cerca de Barcelona. Mi hija mayor tiene 10 años y la más pequeña 6, me apetece escribir algo para cuando ellas sean mayores. A ellas les ha gustado mucho Mujercitas.

- Muchas madres me han dicho que los compran y los leen para ver si son para sus hijas. Y después les gusta y los comparten con ella. Como tú dices, son libros para chicas jóvenes, pero también estoy escribiendo libros para middle age, donde las protagonistas son mis propias hijas.

- Sí, porque yo creo que que el sexo forma parte de sus vidas y que se puede incluir de una forma bonita, elegante. Ese fue un reto para mí.

- Sinceramente, no soy muy de recomendar libros porque pienso que cada uno tiene que llegar a sus propias lecturas por distintos caminos. Además a los jóvenes, solo por rebeldía los consejos los alejan en lugar de acercarlos.

- Me encanta Santa Montefiore una escritora británica, uno de los últimos es El amor puede fallar de Mathiew Quick, y Lori Nelson Spielman, americana Ministra de deseos, me gusta mucho a novela romántica y el womens fiction.

- Yo trabajaba como free lance para revistas femeninas. Escribía también sobre temas de autoayuda y un fin de semana me enviaron a entrevistar a un gurú estadounidense que había llegado a Barcelona y el daba un seminario a personas que habían pagado para asistir. A hacer este curso con él y fue muy mágico lo que ocurrió a partir de esa vivencia.

- John de Martini y el curso es el Proceso de colapso cuántico. Y yo fui con mis notas y con mi grabadora para hacer una entrevista y me infiltré en el curso como una participante más. Fue muy mágico. Llenábamos muchos formularios y hacíamos una revisión de nuestras vidas. Una de las preguntas era a que te quieres dedicar y tenía que responder automáticamente. Y yo respondí que quería estar en el mundo de los libros, que quería escribir. Esa fue la primera vez que yo tomé consciencia, recordé que de pequeña, a los 7 años, gané un concurso en el colegio y cuando me preguntaban qué iba a ser cuando fuera mayor decía "escritora". Luego me olvidé y pasó eso que pasa cuando maduras, piensas "a quien le va a interesar lo que yo escriba".

- Tomé consciencia de que era un sueño olvidado, enterrado. Y lo más curioso es que no tuve que hacer absolutamente nada porque una semana después me llamaron de una editorial. Un antiguo jefe que yo había tenido en una revista necesitaba alguien que le ayudara. Así empecé a trabajar: primero, en el mundo de la edición, y luego, poco a poco, al tener contacto con escritores, a escribir. Fue un amigo escritor quien me dijo "Tú escribes muy bien, tus mails parecen cuentos cortos, ¿por qué no escribes? Entonces me atreví a hacerlo y acá estamos.

-Totalmente, y en mis novelas también siempre hablo un poco de esta faceta mágica de la vida … Además, fue muy curioso, este gurú nos dijo "No os asustéis si en este mes os pasan cosas, porque hemos movido mucha energía y pueden suceder". Imagina mi sorpresa cuando me llamó este ex jefe, que ni siquiera tenía mi teléfono, tuvo que buscarlo, y me dijo "soy tal persona te llamo de esta editorial y me gustaría que trabajes conmigo". No lo podía creer.

- Escribir libros es una carrera de fondo donde tienes que ser muy disciplinada y constante, eso es lo que me cuesta más.

-No, escribo en cualquier sitio. No soy nada disciplinada escribiendo porque mi vida no es ordenada. Cuando no tenía a mis hijas yo era de las que necesitaba silencio, al punto que cerraba las ventanas con cinta adhesiva porque el sonido del viento me molestaba. Era fanática.Ahora me he acostumbrado a escribir con la tele alta, en un bar. Tal vez cuando salgo de trabajar, antes de buscar a las niñas, me meto en una cafetería y escribo. Siempre estoy con mi portátil encima. O por la noche, cuando puedo. Siempre encuentro este ratito de desconexión y de traspasar la barrera a a otro mundo.

- Volviendo a cuando me preguntabas qué libros recomiendo, hay uno que sí me atrevo a aconsejar. Por 13 razones, de Jay Asher, también del sello VRYA, cuando mis hijas sean mayores se los voy a pasar. Porque contiene un mensaje muy bonito: que tengamos cuidado con el impacto que tenemos en la vida de los demás, que seamos amables con todo el mundo, que seamos muy cuidadosos y buenas personas. Es algo de lo que no somos muy conscientes a veces; los jóvenes por las propias inseguridades tienden a maltratarse unos a otros, pero más allá del que hace acoso está el que no se da cuenta. Como el protagonista de la novela que lo único o que hace o no hace es no actuar, no darse cuenta a tiempo de que una palabra amable, un cómo estas, te entiendo o te apoyo, puede cambiar el destino de una persona. Tenemos que ser conscientes de que hay que ser amable con todo el mundo. Tenemos que propagar amor.