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Salud mental y burnout: ¿cómo detectar si estás quemada y necesitás reponer energías?

¿Te sentís agotada? ¿Pensás que no llegás a fin de año si seguís así? ¿Te está costando hacer pausas y descansar? Si la respuesta es sí, es probable que tengas burnout. Te damos algunas claves para mejorar tu salud.




Sí, está por empezar noviembre. No lo podemos creer, ¿no? No importa el cuándo, el cómo ni en qué nivel. Pero es muy probable que estés sintiendo que tu vida está en llamas y que tu respuesta casi en automática -ante cualquier cosa- pueda ser: "Estoy quemada". Así fue como esta frase se convirtió en una señal de alerta: a veces los "incendios" son personales, laborales... ¡o todo junto!

Si bien hoy en día se habla mucho del tema, ya en 2019, al incluirlo en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), fue la propia Organización Mundial de la Salud quien les dio entidad a estos sentimientos conocidos como el síndrome de burnout o del "trabajador quemado". Pero ¿qué significa esto? De acuerdo con el organismo, es un trastorno mental asociado al empleo y desempleo que se da "por un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito". Básicamente, es cuando entramos en un estado de agotamiento físico y emocional causado por un alto y prolongado estrés: es decir, la sensación de que estamos sobrepasadas y de que ya no es posible atender todo. Al principio, la mayoría de las consecuencias de este síndrome nos afectan a nivel personal: sentimos agotamiento emocional, tenemos una actitud anímica negativa, perdemos simpatía y empatía en el trabajo, nos sentimos desinteresadas o ineficaces en lo que estamos haciendo. Luego, el malestar se transforma en pérdida de rendimiento en el terreno laboral.

¿QUÉ PROFESIONES LO SUFREN MÁS?

Burnout: ¿cómo cuidarnos para evitarlo?

Burnout: ¿cómo cuidarnos para evitarlo? - Créditos: Getty

Si bien es algo que nos puede afectar a todos por igual, ya que, como dicen los especialistas, no distingue cargos, existe un grupo de profesiones en las que el riesgo de burnout es alto. Por ejemplo, los médicos, enfermeros, rescatistas y personas que atienden quejas y reclamos de usuarios. Todas ellas son personas que están sometidas a altos niveles de estrés y que podrían verse más afectadas. Más aún si son mujeres. En ese sentido, el informe de la Universidad Siglo 21 reveló que las mujeres reportan mayor estrés crónico. También son más susceptibles a padecerlo personas sin pareja o con poco apoyo familiar.

¿CÓMO SABER SI TE QUEDASTE SIN PILAS?

Estos son los síntomas principales de quienes lo padecen:

  1. 1

    Dificultad para concentrarse. Pasás de una tarea a otra, pero todas te quedan a mitad de camino. Cuando un trabajo es monótono o caótico, se necesita una triple dosis de energía para mantener la concentración, lo que puede provocar fatiga y agotamiento.

  2. 2

    Agotamiento físico y mental, con un descenso drástico de energía. Una cosa es estar cansada porque dormiste pésimo o te la pasaste en el gimnasio y otra es ese cansancio que aumenta a medida que la jornada laboral avanza y te pide frenar.

  3. 3

    Estado permanente de nerviosismo e irritabilidad. Desde ese informe que no lograron entregar a tiempo o el compañero que no para de hablar de su fin de semana… ¡Hasta el ruido de la cafetera! Constantemente sentís que hasta lo más mínimo puede convertirse en una guerra.

  4. 4

    Baja o nula autoeficacia y ausencia de realización personal. ¿Intentás controlar todas las tareas y acciones, incluso las de otros equipos? La sensación de falta de satisfacción personal es otro de los aspectos clave y puede ser el resultado de un intento de asumir más responsabilidades de las que deberías... Y de las que podés.

  5. 5

    Falta de motivación y desapego con respecto al trabajo. Nada alcanza ni vuelve a encender esa adrenalina intensa que sentías cada día o cuando hablabas de tu trabajo: ya no te motiva el aumento prometido, ni un ascenso de cargo, ni la satisfacción personal de ser buena en lo que hacés.

ALGUNAS CLAVES PARA EVITARLO

Si no lo padecemos, pero sentimos que estamos "al límite", ¿qué podemos hacer para que no aparezca y aliviar el estrés crónico laboral mucho antes? El primer paso es volver a conectarnos con esas cosas que sabemos que nos gustan, con lo que disfrutamos, o duplicar la dosis de eso que nos genera placer, tanto dentro como fuera del espacio laboral. Por ejemplo, si ya estamos trabajando de manera presencial, dejar un espacio de la jornada para tomar un café con una compañera, para charlar y hablar de otros temas que no son estrictamente laborales. Esto nos va a ayudar a recordar qué cosas del trabajo nos gustan o esas que en algún momento nos convocaron a estar ahí. Es clave prestar atención a nuestras ganas, a nuestro entusiasmo. También es importante estar atentas al feedback tanto de jefes como de compañeros de trabajo o amigos y familiares que nos cuidan y pueden ver algo que nosotros, en medio de las llamas, no logramos percibir.

ESTANCAMIENTO VS. ENTUSIASMO

Diversos estudios demuestran que el burnout afecta más a las mujeres que a los hombres. ¿Cuál puede ser el motivo? Nos cuesta más balancear la vida laboral con la personal (y eso lo sufrimos), sumado al estancamiento profesional que se genera en muchos casos por el todavía existente techo de cristal. El 80% de quienes renuncian a sus trabajos lo hacen por falta de reconocimiento y, en gran parte, se trata de mujeres a las que no les permitieron crecer. El burnout es una condición multifactorial y también existen muchas maneras para revertirlo. Pero hay una palabra que hoy está muy de moda por las métricas de las redes sociales y que también tiene su importancia al momento de apagar los incendios laborales: el engagement (compromiso). En un artículo de Harvard Business Review, Harry Levinson menciona que la mejor cura para el burnout es la prevención, y considera que la mejor forma de hacerlo es creando un estado de compromiso y satisfacción. Para esto hay que generar incentivos desde la empresa, pero también es importante que una esté en modo entusiasmo: buscando esas cosas que nos empoderan y nos dan ganas de seguir trabajando.

6 HERRAMIENTAS PARA NO QUEMARTE

La Argentina registró un aumento interanual del 5% del agotamiento por burnout en comparación con el año pasado.

La Argentina registró un aumento interanual del 5% del agotamiento por burnout en comparación con el año pasado. - Créditos: Ilustraciones de Lucila Perini.

  • Buscá ayuda. Si sentís que ya "no das más", es clave la ayuda de un profesional, puede ser un psicólogo o coach laboral, para ver dónde estás parada, cuáles son los problemas y cambiar la perspectiva a tiempo.

  • Detectá qué es lo que te genera disfrute. Bailar, cantar, correr, dibujar... Pensá qué te hace feliz más allá del trabajo y buscá el equilibrio entre esos momentos y lo laboral.

  • Reconectate con los demás. Pasar tiempo con amigos, la familia e incluso conocer gente nueva nos recuerda que somos personas valiosas más allá de la vida laboral. Dale espacio al tiempo social de calidad.

  • Querete y cuidate. Recordá que una buena alimentación, ocho horas de descanso y hacer actividad física son los grandes pilares para estar bien con vos. Sumar el hábito de la meditación a tu día a día, aunque sea 10 minutos, también puede ayudar.

  • Organizate de otra manera. ¿Respondés mails de madrugada? ¿Resignás la hora de yoga para entregar un informe? La organización personal, más allá de la impuesta por la compañía, y establecer prioridades son fundamentales para poder con todo, pero de manera sana.

  • Replanteate las metas. ¡Olvidate de querer bajar la luna! Apuntar a metas masivamente ambiciosas para tu carrera o compañía no es bueno: genera muchísima presión y, si no llegás a cumplirlas, desmotivación y frustración. Caminá a paso firme, pero real.

¿Y SI YA ESTAMOS QUEMADAS?

Una vez que este síndrome se instaló, la clave para poder salir fortalecidas del incendio es pensar el burnout como algo que puede servir como un GPS para encontrar, o reencontrar, el deseo en el plano laboral. Para eso, los especialistas afirman que primero es importante intensificar esas actividades que a una le gustan y la despejan de lo relacionado con el trabajo.

Pero ojo: hablamos de despejarse, no de aislarse. Cuidado porque, además del agotamiento, el estrés crónico genera el mencionado "cinismo" frente a las tareas laborales: un estado psicológico que se caracteriza por no querer saber nada –pero absolutamente nada– con el trabajo. Es por eso que los especialistas remarcan que, para finalmente reconectarse con el deseo, es importante primero buscar un equilibrio entre las actividades que nos gustan y el trabajo.

Y si llegamos al caso extremo en que no se logra esa tan ansiada conexión, es hora de hacer una consulta profesional; buscar una ayuda externa puede ser definitorio al momento de desarrollar un plan saludable para salir de la situación que te agobia. Son ellos quienes te van a dar las herramientas para replantear el escenario laboral y personal y poder tener un panorama de 360 grados. No te asustes: quizás el incendio no era tan grande como se creía y solo era cuestión de dar ese pequeño giro o volantazo a tiempo.•

Expertos consultados: Alejandro Melamed. Coach ejecutivo y consultor de recursos humanos (@melamedale). Alejandro Audino. Licenciado en Psicología (@equiposursm). Datos: Universidad Siglo 21, Bumeran, Gympass y Adecco Argentina.

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