
5 libros de cuentos editados en 2025: lecturas para no perderse
De Samanta Schweblin a Zelda Fitzgerald: una selección de cinco libros de cuentos escritos por mujeres y publicados en 2025, ideales para leer de a ratos o dejarse llevar por completo.
21 de diciembre de 2025

5 libros de cuentos para llevarte a la playa. - Créditos: Getty
En tiempos de lecturas fragmentadas y agendas apretadas, los libros de cuentos conservan un encanto particular: se pueden abrir al azar, leer de a poco, dejar y retomar. Pero también —cuando la escritura lo logra— tienen esa potencia que no suelta, que empuja a seguir, cuento tras cuento. En esta selección elegimos cinco libros de relatos escritos por mujeres, publicados en 2025 por distintas editoriales, que dialogan entre sí desde la diversidad de estilos, generaciones y temas.
Hay autoras consagradas y otras menos transitadas, voces contemporáneas y rescates imprescindibles. Todas comparten algo: la maestría para construir mundos intensos en pocas páginas. Una invitación a emprender un viaje literario ideal para estas vacaciones, con lecturas que acompañan, interpelan y permanecen.
El buen mal, de Samanta Schweblin; La familia de las cosas, de Elsa Drucaroff; La niña que no vio los besos, de Canela; Sin noticias de los jíbaros, de Liliana Paolinelli; y Chicas, de Zelda Fitzgerald, son obras cuentísticas elegidas de la inmensidad literaria que nos dejó 2025.
1. El buen mal, de Samanta Schweblin (Random House)

El buen mal fue elegido por The New Yorker como uno de los libros esenciales del año y aclamado en reseñas de The New York Times. - Créditos: Prensa
Con un epígrafe de Silvina Ocampo —“Lo raro siempre es más cierto”—, El buen mal reafirma uno de los compromisos centrales de la literatura de Samanta Schweblin: mirar lo cotidiano hasta volverlo extraño. La portada, con un conejo de dos cabezas, remite al primer cuento del libro, “Bienvenida a la comunidad”, y anticipa ese universo inquietante donde lo familiar se desacomoda.
Es considerada una de las grandes maestras del cuento contemporáneo latinoamericano. En particular El buen mal fue elegido por The New Yorker como uno de los libros esenciales de 2025 y aclamado en reseñas de The New York Times.
Fiel a su estilo, Schweblin regresa con un libro magnético e irresistible. En cada relato, el lector es abducido a una dimensión donde el contacto con los personajes es íntimo y perturbador. Encandilados por la inminencia de la tragedia, atravesados por la culpa, el dolor o la incertidumbre, sus protagonistas se enfrentan a aquello que irrumpe y lo transforma todo. Difícil predecir tramas y desenlaces; la autora desconcierta con sus giros.
Schweblin intuye el punto exacto del quiebre, la intensidad de un temblor previo al derrumbe, la distancia que impone incluso la ternura. Cada cuento oscurece e ilumina el día a día de nuestra época y el alma de quienes la habitan, con una prosa afilada, sensible, humana.
2. La familia de las cosas, de Elsa Drucaroff (Interzona)

La familia de las cosas, de Elsa Drucaroff (Interzona) - Créditos: Prensa
Escrito en gran parte durante la pandemia, La familia de las cosas es un libro de cuentos donde los objetos ocupan un lugar central: paraguas, camisas, celulares, papeles, relojes. Cosas aparentemente menores que, en estos relatos, condensan deseos, miedos y emociones que los personajes no logran verbalizar. Es a través de ellas que algo se revela.
Tal como cuenta Elsa Drucaroff, escritora, docente y crítica literaria, el origen del libro está atravesado por el tiempo y la concentración que trajo el encierro. Más que inspiración, la pandemia le ofreció horas para escribir y revisar, en paralelo a otros proyectos. El eje —las cosas— apareció desde los primeros cuentos y luego encontró su forma definitiva.
El libro se organiza en tres partes: Las cosas del desear, Las cosas hacia dentro y Las cosas en el tiempo. La estructura llegó después de que los relatos estuvieran escritos y permite leerlos en clave erótica, introspectiva o vinculada al paso del tiempo y la memoria. La dictadura aparece, sí, como parte inevitable de una experiencia vital, pero no como único centro: también están el presente, la vida doméstica, el amor, el deseo y la urgencia de lo cotidiano.
Con una mirada feminista que no baja línea, sino que atraviesa la escritura desde la experiencia y la sensibilidad, Drucaroff construye cuentos socarrones, a veces ácidos, siempre precisos. La literatura, parece decirnos, es también un modo de encontrar —aunque sea de manera incómoda o perturbadora— nuestro lugar en esa vasta y compleja familia de las cosas.
3. La niña que no vio los besos, de Canela (Edhasa)
Autobiográfico y profundamente conmovedor, La niña que no vio los besos reconstruye la infancia de Canela —Giggliola Zegghin— en una Italia atravesada por la guerra y la pobreza, narrada desde la voz de la niña que fue. El libro se abre con dos epígrafes que funcionan como claves de lectura: Cesare Pavese (“La vida está hecha de recuerdos olvidados”) y Natalia Ginzburg (“La memoria es una trampa, pero es la única que tenemos”).
La historia avanza desde Europa hasta América, hasta la Argentina donde esa niña se convertirá en Canela. El texto está hilvanado con frases en dialecto véneto, que no se traducen: un pacto con el lector, que comprende aun sin entender del todo. En uno de los relatos más duros, “La niña sucia”, la autora narra un abuso sufrido en la infancia, el silencio posterior y la escena final en la que su madre llega pedaleando a buscarla. “Nunca dije nada. Hasta ahora”, escribe.
Entre los agradecimientos, Canela menciona a María Teresa Andruetto, con quien dialogó largamente sobre este libro, en un cruce de memorias y escrituras atravesadas por la experiencia inmigrante. “En estas páginas —cierra la autora— reencontré a la niña que fui y encontré a la mujer que soy”. Un libro de una honestidad desgarradora y una belleza austera, que deja huella.
4. Sin noticias de los jíbaros, de Liliana Paolinelli (Trapezoide ediciones)

Sin noticias de los jíbaros, de Liliana Paolinelli (Trapezoide ediciones) - Créditos: Prensa
“La abuela me había contado que tenía una cabeza de jíbaro”. Así comienza el cuento que da título a este libro y que abre un universo familiar donde las historias circulan, se transforman y perduran más allá de la muerte. Desde ese primer relato, Sin noticias de los jíbaros despliega una serie de escenas reconocibles, cotidianas, que esconden capas de profundidad inesperadas.
Los catorce cuentos que integran el volumen están protagonizados por personajes que viajan para atravesar duelos, se jubilan, discuten con vecinos, se vinculan a través de gatos o chicos, guardan objetos extraños en sus casas o escriben cartas. Todo sucede en escenarios cercanos, pero los diálogos —a veces incluso con animales— tienen un filo desconcertante.
Con una escritura precisa y minuciosa, sin estridencias ni excesos, Liliana Paolinelli logra que cada relato sea una pequeña revelación. En esas breves piezas se intuyen la enfermedad, la fragilidad del cuerpo, la ruina de ciertos vínculos, el deseo, el amor y lo impredecible. Un libro que atrapa desde la primera línea y confirma que, en el cuento, la sutileza también puede ser profundamente poderosa.
5. Chicas, de Zelda Fitzgerald (Trapezoide ediciones, colección nomeolvides)

Chicas, de Zelda Fitzgerald (Trapezoide ediciones, colección nomeolvides) - Créditos: Prensa
Chicas inaugura la colección nomeolvides, un proyecto editorial dedicado a rescatar autoras silenciadas u olvidadas, traerlas al presente y volver a leerlas desde su propia voz. El libro reúne seis cuentos de Zelda Fitzgerald, traducidos por Jimena González Lebrero, protagonizados por mujeres que encarnan distintos modelos de femineidad en los años veinte.
Zelda Sayre Fitzgerald fue una figura central de su época: flapper, escritora, bailarina y pintora, símbolo de una generación que desafió normas y expectativas. Sin embargo, muchos de estos textos fueron publicados en revistas bajo la firma de su marido, Francis Scott Fitzgerald, quien además tomó fragmentos de sus diarios y de su novela Resérvame el vals para sus propias obras.
Los cuentos —Nuestra reina del cine, La auténtica chica de revista, La chica sureña, La chica que conquistó al príncipe, La chica talentosa y La chica de un millonario— dialogan con los mandatos, los deseos y las contradicciones de las mujeres de su tiempo. El volumen se completa con un posfacio de Soledad Hessel, editora y directora editorial, que recorre la vida y la obra de Zelda, una escritora víctima del machismo de su época, cuya literatura hoy vuelve a ocupar el lugar que merece.

Verónica Dema Editora de Actualidad en OHLALÁ! Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Especialista en Prácticas Redaccionales. Tiene un Máster en Periodismo por LN/Universidad Torcuato Di Tella. Dedicada a temas de géneros, cultura y sociedad.
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