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Paula Tomassoni: “Tengo una gran confianza en la mujer como género” 

La escritora publicó "Indeleble", una novela que aborda el duelo, la reinvención y la fuerza femenina frente a la crisis. Con mirada feminista, Paula Tomassoni reflexiona sobre los mandatos, los deseos y la potencia de las mujeres para transformarse. 


Paula Tomassoni, autora de "Indeleble", una novela que aborda el duelo, la reinvención y la fuerza femenina frente a la crisis.

Paula Tomassoni, autora de "Indeleble", una novela que aborda el duelo, la reinvención y la fuerza femenina frente a la crisis.  - Créditos: Prensa Corregidor



En Indeleble (Corregidor), Paula Tomassoni vuelve a poner el cuerpo y la palabra en el centro de la escena. La escritora platense, también autora de Enlutada, aborda una historia atravesada por el duelo, la pérdida y la necesidad de reinventarse. A partir del suicidio de un hombre en medio de una crisis económica, la novela sigue los pasos de Maine, su esposa, que debe reconstruirse después del colapso emocional y material. Pero más allá del dolor individual, Tomassoni abre una reflexión sobre la condición femenina y las estructuras patriarcales que aún persisten en lo íntimo y lo cotidiano. 

Con una mirada profundamente feminista, la autora ilumina la fuerza silenciosa de las mujeres frente a las crisis. En su escritura, la experiencia de Maine se convierte en una metáfora colectiva: mujeres que sostienen, que resisten, que hacen posible la vida incluso cuando todo parece desmoronarse. Desde esa sensibilidad, Tomassoni escribe una novela que no solo interroga el amor y la pérdida, sino también los mandatos, los deseos y la potencia transformadora de las mujeres cuando se animan a reescribir su propia historia. 

"Indeleble", una novela que aborda el duelo, la reinvención y la fuerza femenina frente a la crisis.

"Indeleble", una novela que aborda el duelo, la reinvención y la fuerza femenina frente a la crisis.  - Créditos: Prensa Corregidor

- ¿Cómo surge Indeleble? ¿Hay un disparador autobiográfico? 

- Indeleble surge a partir de una pequeña noticia publicada en tono de "curiosidad" acerca de un caso en España: un matrimonio que había comprado su vivienda a través de un crédito hipotecario fue notificado de que se ejecutarían las hipotecas que presentaran deudas. Ese era el caso de esa pareja y el hombre, ante lo extremo de esa situación, se quitó la vida.  Como había muchas personas y familias en similares condiciones, se organizaron manifestaciones y reclamos en contra de esa decisión, y finalmente, el gobierno fue atrás con la medida. El hombre (y ahí lo "curioso" de la noticia) se había suicidado por un problema que ya no existía. Al leerla, pensé primero en su destino triste, pero luego pensé en su mujer, que quedaba sola, presumiblemente sin casa y sin dinero. Me di cuenta de que esa era la historia que quería escribir. La historia de esa mujer.  

- Esta es una reedición y también Corregidor publicó Enlutada, de tu autoría. ¿Cómo trabajás el tema de la muerte, el duelo de manera literaria? ¿Por qué es un tema que te convoca?  

- La muerte es un tema que me convoca desde siempre. Tuve en mi vida pérdidas importantes y es una pregunta a la que vuelvo recurrentemente. Pienso también que, más allá de mis experiencias personales, la muerte, la conciencia de la muerte, nos pone frente a la condición humana. Nada nos dice más de la vida que la muerte. Narrar experiencias cercanas a la pérdida me permite pensar otros modos, menos estereotipados, menos obvios, de hacernos preguntas. Me gustan las historias que, ante la experiencia de la muerte, tuercen el lugar común, cuentan otra cosa.        

 

- En Indeleble la narración se da en dos tiempos: ¿por qué lo elegiste así? ¿hay una intención de contraste de la evolución de esa pareja o va por otro lado la estructura? Entiendo que también es lo que dota a la novela de tanto dinamismo... 

- La historia narrada en presente (que es en realidad el pasado del relato) viene a cuento de conocer cómo era la vida de Maine y Ricardo antes de su suicidio. De algún modo yo quería contar este matrimonio, como una pareja estándar, que comparte una sensación de felicidad sin sobresaltos. Una vida común, habitual. En ese marco el suicidio de Ricardo irrumpe como algo inesperado, inexplicable. Me interesa lo inexplicable en el relato literario: abre otras puertas al pensamiento, a la interpretación, a las sensaciones. Escribir en presente, además, me permite detener el tiempo, descomponer cada acción en sus partes mínimas. Ante el relato vertiginoso que surge a partir del suicidio, intercalar estas escenas del pasado de la historia, en tiempo presente, me abrió el ritmo de la demora, del detenimiento, como una posibilidad para la narración.  

- La novela se ubica en el contexto de crisis política/económica del 2001. ¿Por qué te interesó traerlo a la ficción? Sin dudas activa una memoria emotiva difícil...  

- La crisis del 2001 constituye la memoria cercana de nuestro país, nos recuerda (a veces, porque también la memoria se oxida si no se ejercita) quiénes somos, cuánto hemos perdido, qué necesitamos todavía aprender. Contar la historia de Maine en el marco de esa crisis me habilitó a revisitarla desde lo cotidiano, desde lo pequeño. Maine representa un modo de ser mujer de una generación que eligió o aceptó ser sostén de sus parejas masculinas, dar cuenta de un rol fijado. Al desaparecer Ricardo, Maine tiene que repensarse, en principio por necesidades fácticas, materiales (económicas) pero también porque descubre un modo de vivir sobre el que nunca se había preguntado.   

 

- ¿Qué podrías decirnos del espíritu del personaje principal, Maine, que tiene que reinventarse, redescubrir su deseo? 

- A lo largo de la novela Maine hace un recorrido, crece. Esa reinvención tiene que ver también con permitirse a sí misma descubrir quién es. Tarda en dejar de lado la mirada de Ricardo, en tratar de saber si él hubiera o no aprobado sus decisiones. De algún modo es él quien sigue diciendo cómo deben ser las cosas, aunque ya esté muerto. Creo que existe todavía, a pesar de las conquistas feministas que han sido muchas y muy importantes, una mirada patriarcal predominante en muchas estructuras familiares. Torcer ese mandato es, para Maine, parte de su crecimiento. El personaje, antes ocupado enteramente en hacer que funcione el mundo en el interior de ese departamento, se encuentra con que puede hacer otras cosas, desear a otros hombres, tomar riesgos. Vivir, en suma. 

- ¿Creés que hay una diferencia fundamental en el planteo de la vida de los hombres y las mujeres en tu novela? 

- Creo que la novela pone de manifiesto una confianza, tal vez personal, tal vez compartida, en la mujer. No fue a propósito, pero tampoco casual. Se apilan los relatos, los testimonios, de mujeres afrontando los tiempos de crisis, dando a comer a barrios enteros con lo que tienen a mano, criando, cuidando, resolviendo. Madres haciendo magia para que lo poco que hay se multiplique. Amigas tejiendo redes infranqueables. Si mirás nuestra historia: las Madres, contra viento y marea; las Abuelas, poquito a poco reconfigurando el mapa de nuestra identidad social. Mujeres, únicas y colectivas. Al empezar a escribir no sabía que iba a contar esto. Tenía al personaje, como dije, y empecé a conocerla, a seguir su recorrido, a verla en movimiento. No fue a propósito, insisto, pero tampoco casual. Tengo una gran confianza en la mujer como género. 

- Tenés experiencia en docencia universitaria y secundaria: ¿por qué dirías que hay que incentivar a nuestras adolescencias a leer? 

- Doy clases a jóvenes en el nivel secundario y en la universidad. La literatura me sigue pareciendo pura potencia, puro estallido. Es mi enorme deseo que las y los chicos atraviesen esa experiencia. Es hermoso verlos enojarse, reírse, conmoverse, hacerse preguntas. Probar el lenguaje, discutirlo. Hoy leíamos juntas/os, en una clase, el prólogo que hace Cervantes al Quijote. Me gusta pensarlo junto al que escribe Arlt para Los lanzallamas. Nos detuvimos en un adjetivo: "avellanado". Pensamos en una avellana. Acordamos estar atentos, para la próxima clase, a ver cuántas cosas "avellanadas" nos encontrábamos en estos días. Quiero que el lenguaje en toda su potencia las/os atraviese. Porque las palabras están ahí, con su sentido, con su sintaxis, con su música. Tan a mano. A través del lenguaje pensamos, somos, decimos y nos decimos. Quiero que esa experiencia rompa los límites de lo habitual, se abra, descubra un mundo, lo construya. Que la literatura suceda, les suceda. No pasa siempre, pero cuando pasa es una bomba, porque las pibas y los pibes saben ir más allá, saben tan hermosamente ir más allá. 

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Verónica Dema

Verónica Dema Editora de Actualidad en OHLALÁ! Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Especialista en Prácticas Redaccionales. Tiene un Máster en Periodismo por LN/Universidad Torcuato Di Tella. Dedicada a temas de géneros, cultura y sociedad.


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