
La Paternal: los lugares que tenés que conocer de este barrio de Buenos Aires
Con su impronta bien de barrio, hoy crece gracias al pulso artístico y foodie que desembarcó en sus callecitas tranquilas.
19 de marzo de 2023

Café de los patriotas: bar, cooperativa y mucho más en el corazón de Paternal. - Créditos: Cecilia Longar
Te damos la bienvenida a una isla que parece fuera del caos porteño, pero está inmersa en él. Un lugar donde el tiempo corre diferente; los espacios son más amplios y la gente parece moverse a su propio ritmo. No hay embotellamientos, calles colapsadas de autos, lugares llenos de gente esperando para entrar a comer. Afortunadamente, en este pedazo de tierra en Paternal, se da una especie de pausa. Poco a poco la fueron descubriendo y eligiendo artistas que se encontraban con antiguos talleres y fábricas abandonadas y decidían reinventarlas para volverlas un atelier o espacio de vida, y hoy, su taller de arte compartido. Lo mismo pasó con muchos gastronómicos que descubrieron lugares que habían quedado suspendidos en una época y los recuperaron para darles una nueva impronta. Hoy son cada vez más los enamorados de esta zona, por eso te invitamos a descubrir todo lo que pasa en esta isla de amor.

El patio de Mabel, parrilla como en casa. - Créditos: Cecilia Longar
El patio de Mabel – comidas a puertas cerradas
Luciano te abre las puertas de la casa donde se crió y te recibe con un asado –ojo, también hay opción vegetariana–. Siempre soñó con tener un proyecto gastronómico con sus padres. Mabel era su madre, dueña de la casona. Cuando falleció, Lucho dejó su trabajo en el banco para seguir su sueño y homenajearla por siempre; así es como transformó ese jardín en un lugar donde recibe a conocidos y desconocidos a comer. En cada rincón podés encontrarte con historias, y él siempre está dispuesto a contarlas mientras se dispone a asar al fondo, donde armó una cocina y una parrilla digna de las 65 personas que suele recibir por noche. Podés festejar cumples y civiles como si fuera tu propia casa.
El dato: un jueves al mes hay noche de tapeo y vermú. A veces se arma guitarreada.
Lo mejor: deambular por el jardín y tomarte algo a los pies de la pileta.
Cuánto: el menú de pasos está entre $4100 y $4700.
Cuándo: viernes y sábados a las 21. Sábados y domingos abre al mediodía.
Café de los patriotas – café y pizzería
En este bar no hay dueños. Es una cooperativa que funciona desde 2013, en la que trabajan desde un chef oriundo de Italia, Peter, hoy encargado, que todavía mezcla su español con términos italianos como “prego”, hasta locutores y diseñadores. Porque además del restaurante funcionan una gráfica, una radio y también una constructora de viviendas sociales. Todo eso puede verse en el espíritu amiguero del lugar. La estética tiene reminiscencias al universo peronista y también a hitos del barrio como Maradona: podés encontrarte, por ejemplo, con un individual con la foto antigua de la formación de los Cebollitas. Para comer, su especialidad son las pizzas al horno de barro.
El dato: todos los sándwiches salen en pan de pizza y son otra de las especialidades de la casa.
Lo mejor: la música que pasan te da ganas de sentarte un buen rato en su vereda. Los viernes es el mejor día para ir.
Cuánto: las pizzas a la piedra están entre $1800 y $3000.
Cuándo: de lunes a lunes, de 17 a 1.
Dónde: Nicasio Oroño 2200, esquina Cucha Cucha. IG: @cafedelospatriotas.

Santa Inés, una antigua panadería devenida en restaurante lleno de sorpresas. - Créditos: Cecilia Longar
MN Santa Inés – restaurante
Un mostrador de vidrio con obras de arte y vajilla antigua es la antesala de esta panadería devenida en un restaurante que es una caja de sorpresas. Jazmín Marturet y Agustina Roveta le dieron nueva vida a este laberinto donde vas a perderte para encontrar algo inesperado en cada espacio: la cuadra con un horno gigante, un jardín donde se esconde el atelier de arte de Pablo, el padre de Jazmín, y más. Lalo López es el jefe de cocina y todas las semanas cambia la carta de acuerdo a lo que tanto él como su equipo “sienten que quieren comer”. Siempre hay algo tradicional, a veces italiano, asiático o latinoamericano, por ejemplo, unas pakoras con chutney de mango verde y menta o la pavlova (el postre estrella de la casa). No venden pan, pero hacen una focaccia que hace alucinar a quien la pruebe.
El dato: las obras de arte que exponen cambian constantemente.
Lo mejor: sentarte a comer en su mágico jardín.
Cuánto: platos de aproximadamente $2500.
Cuándo: de martes a domingo, desde las 12:30. Los fines de semana hay que reservar.
Dónde: Ávalos 360. IG: @mnsantaines.
Stern ba – restaurante & café
Uno de los espacios de la emblemática ex droguería La Estrella fue copado por este mágico café, que es el centro neurálgico de quienes trabajan y tienen allá sus oficinas, atelieres o depósitos. Con estética y arquitectura minimalistas, acá podés desayunar, almorzar y brunchear como los dioses. Tienen una panadería y pastelería de elaboración propia y platos a base de productos muy frescos y orgánicos.
El dato: hacen muestras de arte y eventos.
Lo mejor: el espacio también funciona como coworking.
Cuánto: precios baratos en general, es bastante power y abundante.
Cuándo: lunes a viernes, a partir de las 7.
Dónde: Avenida de los Constituyentes 2985. IG: @stern_ba.

Paz Soldán, un taller de arte repleto de magia. - Créditos: Cecilia Longar
Isla flotante – bodegón
Tres amigos del colegio, ninguno es gastronómico: un abogado, un artista y un politólogo. Desde hacía ocho años tenían un grupo de WhatsApp con la idea de armar algo. Sabían que querían tener un lugar con buenos sándwiches y vinos, y se encontraron con Lo de Jesús, un viejo bodegón que estuvo abierto durante ochenta años. Abrieron las persianas, desempolvaron varios de los objetos del lugar –incluso restauraron una Berkel antigua para cortar fiambre–, le sumaron su impronta y lo transformaron en esta especie de isla, a tan solo dos cuadras de donde inicia el barrio. Su carta tiene desde sándwiches de pastrón hasta tacos de kimchi o un tostón con tomates cherry y frutilla.
El dato: venden vinos de pequeños productores para llevar.
Lo mejor: el flan es un viaje de ida.
Cuánto: comés por $2500.
Cuándo: de lunes a viernes, de 18 a 1. Sábados, de 12 a 2. Domingos, de 12 a 1.
Dónde: Beláustegui 396. IG: @islaflotante.comidas.
Paz Soldán – taller de arte
En esta ex metalúrgica hoy se explora no solo con metal. Hay papeles, pomos de pintura, alambres, cuadros, cuadritos, colores, cables y más colores, todo en una perfecta armonía. Porque Ornela Pocetti y Celina Baldaserre transformaron una fábrica en una especie de palacio de artistas. En cada cuarto podés encontrar a un artista en pleno proceso de trabajo, y al mismo tiempo conocer sus obras. Hoy hay 29 talleres de diferentes disciplinas: pintores, escultores, arte digital, joyería, marcos. Próximamente van a hacer una muestra abierta de cerámica para dar a conocer diferentes objetos únicos.
El dato: la joyería de autor tiene el showroom en el lugar. Todo es divino.
Lo mejor: la ecléctica mezcla de artistas.
Cuánto: obras de arte a partir de 100 dólares.
Cuándo: anuncian por Instagram cuando hay eventos y muestras abiertas.
Dónde: Paz Soldán 4950. IG: @tallerpazsoldan.
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