
¿Las nuevas generaciones ya no toman alcohol?: quiénes son los neoabstemios
Neoabstemios: cómo los nuevos hábitos de consumo y autocuidado en la Gen Z están formateando la vida nocturna y la industria de las bebidas.
16 de junio de 2025

Los jóvenes de la gen Z encuentran nuevos modos de divertirse. - Créditos: Getty
Una revolución silenciosa pero progresiva viene ganando adeptos en los últimos años, al ritmo de un cambio en los hábitos de autocuidado y consumo de los más jóvenes: la idea de que no solo es posible, sino también deseable, reducir el consumo de alcohol, y hasta en ocasiones prescindir de este. Así, la Gen Z (nacida entre 1997 y 2012) parece más preocupada en cuidar su salud, optimizar el día y salir cada vez menos que en beber y divertirse. Fenómeno a su vez enmarcado en un acortamiento de la noche y un cambio global en las rutinas nocturnas pospandemia.
Los especialistas también se refieren a esta generación como la “Gen ZZZZ”, como explican desde El País, ya que “no fuma, apenas bebe alcohol, no come azúcar ni carbohidratos de absorción rápida, sale poco y madruga para hacer burpees y flexiones”. Bromas a un lado, lo cierto es que ya sea por una fobia temprana al envejecimiento o por haber salido al mercado laboral en un momento hipercompetitivo y de contracción económica, muchos jóvenes hoy están consumiendo y gastando menos en alcohol.
Una generación más consciente
Es real que esta es una de las generaciones mejor informadas si hablamos de nutrición y efectos nocivos del alcohol, lo cual, acoplado a otras tendencias (autocuidado, exigencias estéticas y productivas, cambios en las dinámicas sociales y de la noche), da como resultado el surgimiento de los “neoabstemios”, llamados así por una idea de flexibilidad a la hora del consumo en la que se pueden alternar distintos tipos de hábitos en torno al alcohol, incluyendo espacios de menor consumo, detox periódicos (como el Dry January) o períodos de sobriedad. Esta flexibilidad también permite que se sientan menos juzgados.
En este sentido, cabe destacar un estudio comisionado por Heineken que lleva a cabo su iniciativa “Enjoy Heineken Responsibly” desde 2004, promoviendo el consumo consciente y con moderación como parte de un estilo de vida, que habla de las actitudes y prejuicios en torno a la bebida: el 21% de los jóvenes de entre 18 y 26 años se sintieron juzgados por su elección de bebidas sin alcohol y más de un tercio declara haber sentido presión para beber alcohol en ciertas situaciones sociales. Es decir, aunque crece la aceptación de la sobriedad, las generaciones más jóvenes siguen enfrentando estigmas y presiones sociales en torno a sus elecciones de bebidas.
La tendencia en números
A su vez, según un informe global encargado por empresas como Ikea, Visa y WWF International, a medida que la edad baja, crecen las horas dedicadas al gimnasio, y la preocupación por la salud mental y la gestión del estrés es algo central para las nuevas generaciones. Es por esto que no sorprende ver una caída en el consumo de bebidas alcohólicas, empezando por Europa, donde solo el 8% de los jóvenes consume alcohol semanalmente (HBSC-OMS), cuando hace dos décadas lo hacía el 25%, y en donde la categoría de bebidas sin alcohol viene creciendo a pasos agigantados con España como uno de los mercados más pujantes (un crecimiento de 18% anual). Por su lado, en EE. UU., según Statista, mientras que los boomers, la Generación X y los millennials gastaron entre US$23.000 y US$25.000 millones en alcohol en 2022, el gasto de la Generación Z ascendió a solo US$3000 millones.
Por acá, el 75% de los jóvenes argentinos se plantea reducir su consumo de alcohol, y 6 de cada 10 personas de entre 18 y 25 años consideran interesante elegir bebidas con bajo contenido alcohólico o sin alcohol. Entre lo más popular tanto afuera como localmente, crece la demanda de bebidas low abv (con un bajo contenido de alcohol en volumen), en particular de la familia de los aperitivos y los vinos blancos, rosados y espumantes, cerveza sin alcohol y hasta destilados que se están produciendo con menos alcohol, o bien cócteles que, en la práctica, emplean menos o nada de alcohol (mocktails).
La cerveza sin alcohol, cada vez más popular
Hace unos años, entrar a un supermercado y encontrar, con suerte, una marca de cerveza sin alcohol era toda una hazaña. Hoy, las principales marcas de cerveza, desde Corona hasta Stella, pasando por Heineken, Guinness o Quilmes, tiene sus variantes 0%, y además invierten en investigación y desarrollo de estos productos perfeccionando su tomabilidad. “Hoy, el mito de que ‘la cerveza sin alcohol no es cerveza’ está desterrado. La gente comprobó que el sabor, el aroma, el cuerpo, son iguales a los de sus cervezas preferidas. Las cervezas sin alcohol ofrecen una gran opción para aquellos momentos en los que las personas prefieren evitar el alcohol pero siguen buscando la experiencia social y el sabor que les ofrece una cerveza”, explica Eugenio “Cucu” Raffo, VP de Marketing de Cervecería y Maltería Quilmes.
La categoría sin alcohol no solo es una realidad, sino que el paladar argentino está cada vez más acostumbrado, al punto de que, según la sommelier Sol Cravello, se consigue un perfil sensorial tan similar al de una cerveza con alcohol que en la degustación a ciegas la gente realmente no suele distinguir del todo la versión sin alcohol de la con alcohol. ¿Otro dato? La marca también lanzó la primera cerveza sin gluten, es decir, apta para celíacos, pensando en tener alternativas para todas las personas. Es bajo la marca global Michelob Ultra que se produce acá en Argentina en la Cervecería Acheral (pcia. de Tucumán), y se trata de una cerveza sin gluten, refrescante, ultraliviana, con bajas calorías.
Celebrar sin desbordarse: ¿por qué las nuevas generaciones están dejando el alcohol?
Por Ximena Díaz Alarcón. CEO y cofundadora de Youniversal. @ximena_diaz_alarcon.
En el radar global de tendencias de consumo, un fenómeno empieza a consolidarse con fuerza: las nuevas generaciones, en particular la Gen Z, están redefiniendo su vínculo con el alcohol.
Si bien el alcohol sigue siendo un rito de pasaje hacia la adultez y está presente en muchas ocasiones de consumo, crece un perfil joven que quiere cuidarse en todo sentido. Cuidar su cuerpo y evitar excesos, cuidar su salud mental y evitar desbordes y cuidar su reputación digital y evitar quedar escrachado: saben que cada decisión, cada exceso, puede quedar registrado y compartido en redes, para siempre.
En nuestros estudios regionales, desde el TREND LAB de Youniversal, vemos que para la Gen Z el bienestar no es solo físico, sino que es integral: mental, emocional y social. 8 de cada 10 así lo consideran en América Latina. El alcohol, asociado a la pérdida de control, empieza a chocar con esta lógica. Además, la ansiedad y los problemas de salud mental son reconocidos y visibilizados por esta generación como nunca antes, y muchos identifican que reducir o eliminar el alcohol es una manera concreta de cuidar su equilibrio emocional. Como perfil de consumo, encontramos más mujeres que hombres, ya que los varones cargan en mayor medida con la necesidad de ser “cancheros” y consumir alcohol.
A nivel global, aparecen movimientos como el sober curious –ser curioso sobre la vida sin alcohol– y crecen las propuestas de bebidas sin alcohol o de bajo contenido alcohólico (las llamadas no/low). Del lado de los productores, marcas líderes están respondiendo a la tendencia lanzando cervezas, vinos y destilados que permiten participar del ritual de compartir con amigos sin sacrificar estas búsquedas y deseos personales.
Si bien el abandono total del alcohol aún es minoritario en América Latina, vemos un cambio en la frecuencia, la cantidad y el motivo de consumo. Así, aparece un perfil que ya no bebe para encajar, sino cuando realmente lo desea y buscando no resignar salud, control ni equilibrio emocional.
Las marcas que quieran conectarse con la Gen Z deben entender que no es solo cuestión de ofrecer versiones sin o light. Es reconocer este cambio cultural y acompañarlo desde la empatía y la innovación. Las experiencias que promuevan el disfrute sin presión, que celebren la autenticidad y que cuiden la salud mental sin desbordes ni excesos serán las que logren resonar. Y en esa nueva narrativa, el bienestar, la inclusión y la autenticidad son los nuevos brindis.
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