Mastitis: cómo es el tratamiento de esta inflamación en el tejido mamario

“La mastitis es un proceso infeccioso del tejido intersticial y puede estar provocada como consecuencia del vaciamiento incompleto de las mamas, como por ejemplo cuando se pasa por alto alguna de las tomas habituales”, explica Andrea. Cuando se congestionan los conductos por donde circula la leche aparecen algunos síntomas claves para reconocerla: la mama se siente dura, inflamada, con calor, tiene color enrojecido (eritema localizado) y a veces provoca fiebre.

¿Cómo actuar frente a una mastitis? En primer lugar, hay que intentar masajear cada mama lo más posible (como si se amasara una naranja) en cada uno de sus laterales. “Es importante comenzar por ablandar las mamas para que el bebé se pueda prender al pezón, ya que cuando está dura eso se ve dificultado”, explica la experta. “Si continúa doliendo después de que el bebé haya tomado hasta saciarse, hay que seguir sacando leche con las manos y haciendo masajes y luego colocar frío local durante quince minutos. No más que eso porque el frío prolongado puede hacer que se congestione aún más”. Se puede repetir el mismo procedimiento cada 2 a 4 horas.

Qué no hacer: nunca hay que ponerse con las mamas congestionadas bajo el agua caliente. “Si bien el agua caliente al principio genera cierto alivio, después se congestiona peor", aclara Hernández.

Andrea hace especial hincapié en dos aspectos:

Por un lado, siempre que sea posible, hay que rotar al bebé en las distintas posiciones de amamantamiento para que los distintos conductos puedan ir vaciándose y evitar que haya obstrucciones.

Por otro, para sacar la leche cuando hay mastitis siempre es recomendable hacerlo de manera manual, con masajes y nunca con sacaleche ya que, en estos casos, como el sacaleche estimula la glándula que produce la leche el dolor aumenta.