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Alimentación: 15 consejos para que tus hijos coman mejor

La alimentación suele ser un tema preocupante con los hijos, tanto si comen mucho como si comen muy poco. Qué tener en cuenta, cuándo intervenir como adultos.


15 consejos para mejorar la alimentación de nuestros hijos.

15 consejos para mejorar la alimentación de nuestros hijos. - Créditos: Getty.



La alimentación de los chicos y chicas suele ser un tema en casa. Está la creencia generalizada de que un niño bien alimentado es aquel que se come todo lo que se le sirve en el plato. Pero en realidad no pasa por la cantidad, sino por la calidad de los alimentos que se comen. Eso sí es clave en la nutrición. Entonces, ¿cuándo se considera que los pequeños comen mal? ¿Cómo intervenir como adultos en esos casos?

Cuando hablamos con la nutricionista Romina Sánchez nos cuenta que el hecho de que los niños se coman todo no suele ser una recomendación saludable desde el punto de vista nutricional y de conducta alimentaria. Por lo tanto, veamos un primer concepto para calmar ciertos temores:

  • Apelemos a la autorregulación, porque los niños y niñas tienen un punto de equilibrio en edades pediátricas que les permite regular la cantidad y también la calidad nutricional. Sobre este tema, en su libro ‘Nutrición Con Sentido’ la experta cuenta sobre una experiencia que se hizo con varios niños que fueron adoptados en un orfanato y cada uno de estaba con diferentes deficiencias nutricionales, que fueron atendidas por especialistas. Pero al momento de la comida se les permitía elegir lo que quisieran de una mesa con 33 alimentos, armar su propio plato y comer lo que quisieran. Luego de un tiempo, al analizar médicamente a cada niño se detectó que cada uno armaba su plato de acuerdo con sus propias deficiencias nutricionales sin saberlo. Entonces, con este estudio empírico se demostró que el ser humano tiene esa posibilidad instintiva de elegir la cantidad y la calidad de los alimentos que necesita.

Así es que, si come mucho o come poco, pero el desarrollo va acorde a su edad no hay de qué preocuparse. No está bien abrirles la boca y obligarlos a comer, menos castigar cuando no se comen todo o premiar cuando sí lo hacen. Es muy válido permitirles elegir alimentos, no obligarlos a comer lo que queda en el plato, pero si pide más de uno de los alimentos, entonces ofrecerles más, pero poniendo límites o restricciones a los alimentos que les hacen daño (por ejemplo, los ultraprocesados). Nunca limitar una fruta, por ejemplo.

¿En qué punto de la alimentación deben intervenir los adultos?

Tanto comer en exceso como comer muy poco son condiciones que no se enmarcan en un correcto comportamiento alimenticio. Entonces aquí unas recomendaciones para lograr un equilibrio:

  1. 1

    Conocer el patrón de crecimiento: a partir de los controles pediátricos

  2. 2

    Si el nene come poco, pero crece en estatura, aumenta de peso, su neurodesarrollo es normal según su edad, entonces no te preocupes.

  3. 3

    Y comprobar signos visibles de alguna enfermedad, que se manifiesta a simple vista con síntomas claros.

Cuando no come, o cuando come mucho y hay características clínicas como bajar de peso a pesar de comer grandes cantidades, sed frecuente, no hay saciedad, se puede pensar incluso que estamos en presencia de una prediabetes o diabetes temprana. No obstante, quien puede diagnosticarlo es un especialista en salud. De allí la importancia de los controles periódicos.

Como padres debemos garantizar rutinas de alimentación, orden y cantidad de comidas que debe hacer diariamente:

  • Niño de seis meses: de dos a tres comidas al día.

  • Niño de un año o tres años: debe tener sus cinco comidas diarias.

Es importante que los aportes de carbohidratos, proteínas y demás nutrientes sean los que requiere y se vayan incrementando según su crecimiento.

Para ir siguiendo el proceso de alimentación de tus hijos estas son algunas preguntas que deberían incorporarse diariamente:

  • ¿Te gusta?

  • ¿No querés más?

  • ¿Tenés más hambre?

  • ¿Te sentís lleno?

  • ¿Querés comer más?

  • ¿Cuál fue tu alimento favorito del plato de hoy?

  • ¿Querés postre, o no?

  • ¿Tenés sed o hambre? ¡Eso suele confundirse muy frecuentemente sin saberlo!

Se consideran preescolares los niños de 2 a 6 años y escolares de 7 a los 10 años. La desaceleración del crecimiento en las etapas preescolares y escolares lleva a una disminución de la necesidad de energía y nutrientes.

La evidencia muestra que, a la edad preescolar, ajustan su ingesta de acuerdo con la densidad energética de cada comida. Además, hacen asociaciones entre el sabor de un alimento y las sensaciones que experimentan después de consumirlo, y sobre esto ajustan la ingesta posterior de otros alimentos. Regulan el consumo energético dentro de las 24 horas, por lo cual es importante respetar el hambre y la saciedad, sin forzar la alimentación.

Si bien el sabor dulce es la preferencia innata y la que se elige en el primer año de vida, luego en el segundo año entran en contacto con el sabor salado.

Problemas de alimentación

Muchos problemas alimentarios tienen su origen en etapas tempranas de la vida y se pueden prevenir. Varios trabajos muestran que los niños con más problemas alimentarios son hijos de mamás que estuvieron excesivamente pendientes de sus comidas. A esta edad consumen un poco más de variedad de alimentos, pero el volumen sigue siendo una limitante. Hay posibilidad de que hagan restricción en la selección de alimentos y caigan en la monotonía, con más riesgo de carencias. Identificar en cada niño de manera individual cuáles son sus nutrientes críticos de acuerdo con su consumo es importante. Y un dato más sobre esto: las experiencias tempranas de los niños/as con la comida, sobre todo las prácticas alimentarias de madres y padres, tienen importancia fundamental en el desarrollo de sus hábitos alimentarios.

Es importante destacar que un 50 % de los niños entre los dos y tres años sin patologías asociadas son considerados como ‘picky eaters’, o quisquillosos, o muy selectivos a la hora de comer.

¿A qué llamamos selectividad alimentaria? También conocida como ingesta restringida de poca variedad de alimentos (no solo la variedad, sino que también la calidad), consiste en el rechazo a la incorporación de nuevos alimentos. Esto puede traer aparejado dificultades nutricionales.

Cuando identifique que el niño no come determinado grupo de alimentos es necesario realizar una consulta para evitar un déficit nutricional, lo cual podría impactar en su salud, crecimiento y desarrollo.

15 consejos para niños que comen mal

1. No forzar a comer

2. Permitir que elija alimentos

3. Comer en familia

4. Permitir que manipule la comida

5. Ofrecer poca comida

6. Combinar alimentos que le gustan con aquellos que rechaza

7. Presentar los alimentos de manera atractiva o creativa

8. Según la edad, permitir que participe en el proceso de cocinar

9. Dar margen de tiempo para que coma

10. No ofrecer alimentos diferentes a los del menú del día

11. Evitar consumo excesivo de leche

12. Evitar castigar o premiar con comida

13. No usar aparatos digitales o TV al momento de comer

14. Evitar comidas a deshoras

15. Tratar de introducir alimentos de forma paulatina en el menú

Es importante generar intervenciones saludables desde todos los pilares de la medicina del estilo de vida en los niños y en toda la familia. Siempre es bueno recordar que es más simple enseñar desde la infancia sobre una buena alimentación e instalar hábitos saludables que, después, intentar que el cerebro cambie patrones incorporados desde los primeros años de vida.

Experta consultada: Romina Sánchez (IG @nutricionistaromina)

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