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Ludopatía infantil digital: 3 testimonios reveladores sobre la adicción al juego

Hay una alerta por la "nueva droga" que afecta a los adolescentes e infancias: la ludopatía digital. Testimonios que preocupan e invitan a tomar consciencia y que demandan la regulación estatal.


Nicolás Cayetano Cajg

Nicolás Cayetano Cajg, periodista y conductor que narró su adicción al juego. - Créditos: Archivo LN



La ludopatía (adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar) está en la agenda pública. Ya se la considera  "la nueva droga" entre adolescentes y hasta infancias.

Familias y escuelas observan con preocupación cómo se expande el uso de apps de apuestas en niños y adolescentes, lo que provoca trastornos de salud mental y adicción. Esto requiere un abordaje integral entre gobiernos, colegios, ONG, clubes y familias.

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Para atacar este problema, se comenzaron a implementar diversas regulaciones, se están discutiendo varios proyectos de ley y algunos bancos empezaron a limitar el acceso de las cuentas de menores a estos sitios. Además, el gobierno porteño intimó a influencers y famosos que promocionan este tipo de plataformas, usualmente deportivas. 

Todo hace pensar que llegó el momento de proteger a los más chicos y ponerle un freno a esta adicción silenciosa. Como un modo de mostrar el avance de esta adicción, te compartimos 3 testimonios que dan cuenta de esta realidad.

Ludopatía: 3 testimonios sobre esta adicción

Ludopatía digital.

Ludopatía digital, una adicción que crece. - Créditos: Archivo LN

"La ludopatía no se resuelve solo hablando: es una adicción y es difícil salir”

Por Nicolás “Cayetano” Cajg. Periodista y conductor (@nicocayeta). 

“Creo que la adicción al juego en los chicos es muy preocupante, como nunca en la historia. Principalmente porque el acceso que tienen hoy a través de los celulares o de las computadoras es algo que no había existido jamás. Siempre a los menores de edad les fue difícil poder apostar; ir al casino, al bingo o al hipódromo era prácticamente imposible para alguien con cara de nene o DNI de menos de 18 años.

En cambio, ahora es muy fácil acceder y, además, la gran cantidad de publicidad permanente invitándolos a apostar, vendiéndoles que su vida va a cambiar favorablemente, más la trampa de que en Argentina todos creemos que sabemos de fútbol y que vamos a poder acertar cuándo gana Boca o River, es una combinación muy peligrosa. En este último tiempo fui a dar charlas a varias escuelas y me sorprendió la respuesta de los chicos. Prestan atención, se interesan por el tema y, sobre el final, al darles lugar, preguntan con mucho interés y conocimiento.

Yo creo que a un chico hay que explicarle de qué se trata la ludopatía, los adolescentes no saben bien qué es. Explicarles, darles ejemplos, hablar con ellos, generar un canal de diálogo donde puedan contar lo que les está pasando vinculado con este tema. Si la situación se está convirtiendo en algo grave, hay que acudir a profesionales, a psicólogos especializados en adicciones. Es importante saber que la ludopatía no se resuelve solo hablando y con voluntad. Se trata de una adicción de la cual es difícil salir”.

"Este comportamiento me condujo directo hacia la cárcel"

Mateo | 24 años. Adicto al juego en recuperación

“Mi relación con el juego comenzó desde muy pequeño. Mi familia lo sufrió en carne propia, ya que mi padre tiene problemas con el juego desde que tengo memoria. Aun así, lo que tanto sufrí de chico me fue consumiendo desde mis primeros años de la adolescencia. Comencé a jugar a la ruleta a los 15 años y al principio era solo un juego, una diversión, pero al transcurrir los años y con mi temprana inserción en el mundo laboral, mi juego se fue intensificando cada vez más. 

Al tener más ingresos, eran más los deseos de generar más y más dinero, y así comenzó un ciclo que parecía no tener fin: el juego se había apoderado de mi vida por completo, las mentiras, los fraudes, las estafas, los robos se volvieron la manera más práctica de solventar mi adicción. Así, vivía en una carrera de juego totalmente fuera de control, llena de excesos y de compulsiones. Este comportamiento me condujo directo hacia la cárcel. 

 

Ya casi diez años después de haberme iniciado en el juego, hoy llevo un poco más de un año sin apostar. Gracias al programa de Jugadores Anónimos, soy un agradecido total de la vida que llevo, sin pensar en jugar y con mi mente en paz, trabajando en mi reconstrucción. Hoy me doy cuenta de que mi personalidad impulsiva y compulsiva fue la que me llevó a desembocar en la ludopatía. Mi egocentrismo de no querer aceptar las pérdidas me llevó a una batalla contra el juego, se convirtió en un círculo en el cual yo solo podía concebir ganar.

En Jugadores Anónimos encontré una nueva oportunidad, saber que día a día se puede salir adelante. Lo que más me ayuda cotidianamente es el apoyo de sus miembros y de mi familia, son quienes me brindan contención y comprensión. A los chicos que están empezando a jugar o que ya tienen problemas con el juego, les diría que se dejen ayudar. A mí me costó mucho pedir ayuda, pero desde que llegué al grupo me siento seguro, sé que es mi lugar para salir adelante y trabajar en mi recuperación”. 

"Como mamá, te da culpa, llorás, no entendés qué hiciste mal"

Marcela. mamá  de un joven de 22 años adicto al juego en recuperación.

“Mi hijo trabaja desde los 17 años. Siempre estuvo enfocado en progresar, estaba en pareja, tenía su auto, sus ahorros y muchos proyectos. Hasta que un día, en noviembre de 2023, me llamó llorando y me contó cómo empezó esta pesadilla. Fue a una salida con amigos a una sala de juego y ganaron, fueron de nuevo y perdieron, y él quiso recuperar lo perdido y así arrancó a apostar cada vez más fuerte. Me contó que había perdido todos sus ahorros, que había pedido plata a prestamistas.

Y yo me endeudé para pagar sus deudas. Ahí empezó a ir a Jugadores Anónimos, pero solo iba para conformarme a mí y a su novia. A los dos meses de su primer pedido de ayuda, volvió a pedir plata al prestamista. Sentí que estaba en el infierno.

Como mamá, te da culpa, llorás, no entendés qué hiciste mal, te desespera querer ayudarlo a devolver la plata. Él se negaba a volver a JA, decía que lo iba a poder controlar solo. Después de dos meses sin jugar, tuvo una recaída muy fuerte. Desapareció un fin de semana, no comía, mentía todo el tiempo. Fue desesperante, pero entendía que solo él tenía el poder de cambiar, que no podía hacer más que estar ahí para ayudarlo cuando tocara fondo y quisiera cambiar su realidad. Y ese día llegó. Vino llorando, angustiado, diciendo que no podía parar de jugar, que estaba lleno de deudas, que vivía un infierno, que creyó que podía solo pero no y que había pensado en suicidarse. Hoy, hace cinco meses que está internado en un centro de rehabilitación de adicciones.

El “solo por hoy” le cambió la vida. Está mejor, sanando, con ganas de salir adelante. Cuando salga, tendrá que trabajar y devolver el dinero que debe. Mi contención fundamental fue y es Jug-anon (el grupo de familiares de jugadores). Ahí encuentro las palabras, me entienden y me ayudan a aceptar que me tocó un hijo enfermo. Es una enfermedad que nos va a acompañar toda la vida, pero se puede controlar y vivir con ella. Es un día a la vez”.

 

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