Nostalgia migratoria: qué es y cómo abordarla si te vas del país
En tiempos de crisis, una gran cantidad de personas decide emigrar en búsqueda de un mejor porvenir. Suele aparecer la nostalgia migratoria: ¿cómo afrontarla?
5 de agosto de 2024
Nostalgia migratoria: ¿qué es? - Créditos: Getty
En tiempos de crisis como los que estamos transitando, una gran cantidad de personas decide emigrar en búsqueda de un mejor porvenir. Toman una decisión trascendental en pos de dejar atrás todo lo que genera malestar o inseguridad.
Al decidir “saltar el charco” se suele atravesar un sentimiento de esperanza, ilusión y entusiasmo, en ocasiones silenciando las posibles dificultades, los cambios a atravesar y el proceso de adaptación a un “mundo” nuevo, que conlleva tomar consciencia sobre la cultura, costumbres y vida cotidiana disímiles.
Cuando se decide emigrar, con todo lo que eso implica, con frecuencia se transita un cambio radical: otra lengua, sabores, aromas y clima, nuevos espacios, cambios laborales. Al comienzo se coloca el foco en dar luz a lo novedoso, con el tiempo se puede comenzar a extrañar los vínculos, la cercanía y el día a día, el sentido de pertenencia, aquí puede tomar protagonismo la nostalgia.
Nostalgia migratoria: ¿qué es?
El término “nostalgia” deriva del griego nostein = regreso, y algia = dolor. Implica un deseo doloroso de regresar o añorar.
La nostalgia migratoria es una emoción compleja, un recuerdo ambivalente de regresar a un momento, situación o lugar del pasado considerado significativo, podríamos decir, que reúne un recuerdo teñido de dolor por la añoranza.
Decía Freud que todo recuerdo es un recuerdo “encubridor” que tiende a ser idealizado y además la significación singular también exhibe modos diversos de percibir el tiempo, esto de que “todo tiempo o lugar fue mejor” es un modo de idealizar el pasado.
Cabe destacar que la migración no es fácil para nadie, sabemos que migrar a un país donde hay una cultura diferente y pérdida de contacto físico y emocional con el grupo de pertenencia, requiere de un proceso de duelo y aceptar el displacer, dado que siempre algo se pierde en el proceso.
El duelo migratorio
Es necesario hacer un duelo migratorio, cuando uno de muda de país. - Créditos: Getty
Aunque sea una decisión consciente y elaborada, el mudarse a otro destino requerirá atravesar un “duelo migratorio", es decir, la adaptación a un nuevo entorno, que necesita de tiempo, paciencia y aceptación.
Otra situación mucho más conflictiva será una migración forzada, la cual deja secuelas profundas y duraderas, porque no es una elección analizada, sino un desplazamiento “a la fuerza” que lleva un desarraigo doloroso e involuntario. En este punto podemos mencionar al “Síndrome de Ulises” cuyos síntomas son sentimientos de desesperanza, de desolación y de agotamiento físico y psíquico, cuando el malestar se convierte en permanente o impide realizar actividades que realizaba con normalidad y la persona deja de ser funcional más allá de los avances tales como conseguir un lugar para vivir, tener trabajo y formar una pequeña red de apoyo.
Es un momento oportuno para recurrir a una consulta profesional de la salud mental para ser evaluado y contar con un tratamiento específico.
La “nostalgia migratoria”, en cambio, es un tipo particular de nostalgia y puede ser tomada como una “maestra” para reivindicar el origen, construir la propia historia, recordar las raíces como un legado y convertirla en una memoria fructífera, sin desestimar el presente y el camino por recorrer en el país o ciudad de “acogida”.
Un buen punto a tener en cuenta será intentar escoger dónde refugiarse y cómo mantener los lazos importantes sin cerrarse a lo desconocido, a su vez, mantener un equilibrio entre la tristeza por renunciar a las tradiciones, cultura, y el camino por recorrer, siempre buscando la construcción de redes de apoyo y vínculos interpersonales que generen bienestar, sin olvidar la patria.
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