Comer como Dios manda

Abierto hace ya más de tres años, el restaurante cuenta con una estrella Michelin y está emplazado en la Abadia Retuerta. El chef a cargo es Marc Segarra que le gusta jugar con las tradiciones y platos típicos de la zona. Hay dos sectores más para comer, la vinoteca en el sótano y el jardín del claustro en donde se ofrece un tipo de cocina más simple, al aire libre. El lugar es también un hotel, por lo que se puede pasar la noche.

Dentro de una capilla neoclásica de 1930, está este restaurante manejado por el chef Benjamin Tan que armó un menú con comida tradicional de todos los tiempos. El nombre está inspirado en Alicia en el país de las maravillas y por eso tiene una decoración muy fantasiosa. El menú de es de cuatro o cinco pasos y sirven comida francesa e italiana. También sirven desayunos, almuerzos y brunchs. Tienen un bar y mesitas afuera, mucha gente hace sus fiestas de casamiento ahí.

Este restaurante queda en una vieja iglesia y tiene dos estrellas Michelin. El chef es Sergio Herman que siguió con el restaurante familiar llamado Oud Sluis y ganó tres estrellas Michelin. Luego, él solo con su sous chef, Nick Bril, abrió The Jane y sirven dos opciones de menú degustación . Hay que reservar tres meses antes, si no, se puede ir al bar que es más accesible, en donde sirven tragos y platos más pequeños. La decoración del lugar es impresionante, a cargo del estudio de diseño Piet Boon. El altar está intacto y ahí está la cocina vidriada al salón, arriba cuelga una instalación moderna de luces.

El restaurante todavía conserva los frescos en el techo y las ventanas originales del edificio del siglo XV. Actualmente es un hotel de diseño en el centro histórico de la ciudad. El restaurante está decorado con unos móviles ovalados que cuelgan del techo. Se puede comer desayuno, almuerzo y cena. Todo el menú está ideado partir de alimentos holandeses y una carta de vinos internacionales.

Anteriormente era una iglesia católica, fue construida en 1856 y en 2009 abrieron el restaurante, luego de comprarlo a la congregación. El edificio, además, estuvo a cargo de Charles Alexander que es un arquitecto muy popular de aquella época. Obviamente, lo reformaron, pero dejaron algunas cosas autóctonas como el púlpito y los bancos. El tipo de comida es de bar con comida clásica sirven ensaladas, carnes y pizza. Como el lugar es tan lindo hay que reservar con tiempo.