
Ayuno intermitente: el error silencioso que puede sabotear tu salud después de los 40, según una experta
Después de los 40, los ayunos prolongados pueden alterar las hormonas y sumar estrés al organismo. La experta Carolina Winograd explica por qué el límite saludable está en las 12 horas y cuáles son sus beneficios reales.
23 de agosto de 2025

¿Cuándo es bueno el ayuno intermitente y cómo hacerlo bien? - Créditos: Getty
El ayuno intermitente es tendencia. Abundan en redes los relatos de quienes bajan kilos, ganan claridad mental y sienten más energía. Sin embargo, lo que funciona en los hombres no necesariamente tiene el mismo efecto en las mujeres, especialmente después de los 40. Y ahí es donde puede convertirse en un arma de doble filo.
“Con la llegada de la perimenopausia, los niveles de estrógeno y progesterona comienzan a descender, y con ellos cambia nuestra forma de regular el azúcar en sangre, metabolizar grasas y manejar el estrés. Si forzamos al cuerpo a ayunos demasiado largos, podemos activar una respuesta de ‘modo supervivencia’ que eleva el cortisol y produce el efecto contrario: más grasa abdominal, más inflamación, pérdida de masa muscular, ansiedad e insomnio”, explica la experta, autora del libro Vivir sin fecha de vencimiento (Planeta).
El impacto del ayuno prolongado

Carolina Winograd escribió Vivir sin fecha de vencimiento (Planeta) - Créditos: Prensa
Según Winograd, desde la perspectiva de la Medicina Tradicional China, los ayunos de 16 horas o más también consumen el Yin —esa energía interna nutritiva— y potencian síntomas frecuentes en la menopausia como sofocos, sequedad y nerviosismo.
Es decir, el mismo recurso que puede traer beneficios en otra etapa de la vida, después de los 40 puede debilitar todavía más al organismo.
Por qué 12 horas de ayuno es la medida justa
La clave está en la moderación. Un ayuno de 12 horas (por ejemplo, cenar a las 20 y desayunar a las 8) ofrece todos los beneficios de darle un descanso digestivo al cuerpo, sin ponerlo en jaque.
Los beneficios, según la especialista:
- Sin estrés metabólico: evita el aumento crónico de cortisol, que daña músculos, sistema digestivo, hormonas y sistema inmune.
- Apoya el equilibrio hormonal: mantiene estables los niveles de insulina y leptina, sin alterar el eje hormonal femenino.
- Favorece la desinflamación: permite que el sistema digestivo y linfático trabajen en calma.
- Respeta el ritmo circadiano: comer en las horas de luz y ayunar en las de oscuridad mejora el sueño y la reparación celular.
- Está respaldado por la ciencia: investigaciones muestran que 12 horas de ayuno son suficientes para activar mecanismos de reparación celular, mejorar la sensibilidad a la insulina y proteger la salud cardiovascular, sin los riesgos de los ayunos más prolongados.
Un hábito sostenible
“Lo mejor de este esquema es que se puede sostener toda la vida. No te exige una fuerza de voluntad extrema ni te desconecta de tu vida social. Y lo más importante: te conecta con lo que tu cuerpo realmente necesita. La salud femenina no se construye desde el sacrificio ni desde la moda del momento, sino desde la escucha y el respeto profundo por tus ritmos y sistemas”, señala Winograd.
Doce horas bien hechas pueden marcar la diferencia entre vivir agotada y vivir con energía, entre sentirte a merced de tus hormonas y sentir que están de tu lado. No se trata de comer menos por tendencia: se trata de vivir mejor, con fuerza, claridad y placer a cualquier edad.
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