Cuándo es necesario usar tapones para los oídos
Nos preguntamos sobre los tapones en los oídos después de un concierto y la respuesta de un especialista nos sorprendió tanto que te contamos en esta nota cuándo es necesario que te protejas.
12 de noviembre de 2022
El daño auditivo - Créditos: Getty
Aunque no nos gusta hablar de la postpandemia, es cierto que todo lo que vivimos nos dejó varias lecciones súper importantes. Una de ellas, ser conscientes de que tenemos que cuidar nuestro cuerpo y estar atentos a cómo -por medio de diferentes síntomas- nos habla sobre lo que nos está pasando. En esa línea, la alimentación consciente fue quizás uno de los primeros pasos, el cuidado de la piel (no solo en rutinas sino sobre todo en la determinación del uso de los protectores y pantallas solares) es otro. Y uno nuevo que viene ganando adeptos es el cuidado de nuestros oídos.
Posiblemente nunca hayamos usado tanto los auriculares como en la época en la que teníamos una veintena de reuniones de Zoom por día. El silbido que nos quedaba en los oídos se hizo costumbre, luego molestia y un día problema.
Cuando nos propusimos encarar una nota sobre los tapones protectores y el volumen pensamos, en primer lugar, en el maremoto de conciertos, eventos y recitales que nos azotaron en los últimos tiempos, pero charlando con un especialista nos enteramos de cosas mucho más interesantes. ¿La primera? El cuidado de los oídos debería ser regla diaria y no excepción.
Eduardo Bergallo es un ingeniero argentino de grabación, mezcla y mastering de discos y de conciertos que conocés, escuchaste, viste en vivo. Desde Soda Stereo hasta El mató a un policía motorizado, un centenar de músicos lo eligen para mezclar sus shows desde 1988, así que imaginate en cuántos conciertos pudo comprobar todo lo que nos cuenta hoy.
Puede ser que la primera pregunta que le hicimos fuera demasiado genérica. Pero quisimos saber cuál es el límite de volumen que puede dañar nuestros oídos. Así, nos enteramos de que no se trata solamente del volumen: es una mezcla entre el volumen y la cantidad de tiempo en que estamos expuestos a ese volumen: 83 decibeles más o menos es un volumen que podemos estar escuchando todo el día que no nos va a hacer nada.
En un concierto, por ejemplo, hay muchos volúmenes distintos, además, depende del espacio: al aire libre existen determinados limitadores para que el volumen no se exceda, pero que igualmente no están pensados para protegernos los oídos si no para no molestar a los vecinos. A pesar de eso, sirve esa limitación porque implica que no va a hacernos daño.
Pero en un espacio cerrado, en el que cuando se trata de un concierto podemos permanecer más o menos dos horas y media a más de 90 decibeles, todo se complica porque tenemos la conjunción de mucho volumen y mucho tiempo. Todavía más peligroso es pasar la tarde entera en un Festival, porque claramente el tiempo de exposición es mayor.
Bajen el volumen
Ahora bien, no solo se trata de conciertos o festivales: en la vida cotidiana, tenemos muchas situaciones en las que estamos expuestos al ruido. Si trazáramos un mapa de ruido de la ciudad de Buenos Aires, en una avenida se superan los 90 decibeles. Eso es un llamado de atención. Por eso es que se recomienda el uso de tapones. Para protegernos a diario de algo que no podemos controlar.
Hay tapones de muchos tipos de protecciones y varían según el lugar o la ocasión en que los vas a usar. Por ejemplo, los músicos usan un tipo de protección que evita que se deforme la música. Algunos auriculares de los que usamos todos los días permiten cancelar el ruido externo y eso consigue no solo protegernos del volumen del afuera, sino de escuchar solamente lo que queremos escuchar a un volumen mucho más bajo.
El daño auditivo
¿Qué tipo de daño puede causarnos en la audición la exposición en exceso de volumen y tiempo? Acá viene lo interesante: estamos acostumbrados a que algunas partes de nuestros cuerpos si se rompen, se reparan: te quebrás y el hueso se suelda; te cortás la piel y tarde o temprano, cicatriza. Hay un montón de situaciones en las que el cuerpo se regenera bien.
Con la audición, la diferencia es que lo que se quemó, se quemó para siempre y es tremendo, porque no se recupera. Por eso es tan importante tomar cuidados preventivos: porque cuando hay daño es irreversible.
¿Viste cuando salís de un recital o de una discoteca y sentís un zumbido en los oídos? Eso es una alarma, es un signo de que hay algo que no estuvo bien. Por eso a partir de ahora, pensá dos veces si agarraste los tapones, auriculares o cascos: lo importante es que estés atenta y no te expongas de más.
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