Neuronas espejo: las emociones se contragian y te damos ejemplos

 

El contagio emocional es el proceso mediante el cual las emociones de una persona son transmitidas y adoptadas por otra. Esto puede suceder de manera consciente o inconsciente, y ocurre a través de diferentes canales como el lenguaje corporal, el tono de voz, las expresiones faciales y las palabras. Las emociones son, en esencia, energías que se transfieren de una persona a otra, creando una sincronía emocional.

Esto conlleva gran cantidad de beneficios. Por un lado al experimentar las emociones de otros podemos entender mejor sus experiencias y perspectivas, lo que fortalece nuestras relaciones. También, en momentos de estrés o tristeza, estar rodeados de personas que transmiten calma y apoyo puede ayudarnos a superar desafíos emocionales. Las emociones positivas como el entusiasmo y la alegría pueden motivarnos y darnos la energía necesaria para enfrentar el día a día. Por lo tanto, el contagio emocional nos genera empatía, conexión con un otro, motivación, energía y sentir el apoyo de otras personas.

 

Pero, así como tiene beneficios, tiene su otra cara de la moneda. Las emociones negativas como la ira, el estrés y la ansiedad pueden propagarse rápidamente, de modo de afectar el bienestar emocional de todos los involucrados. Absorber constantemente este tipo de emociones de otros puede llevar a un agotamiento emocional, también conocido como fatiga por compasión. 

Ser excesivamente susceptible al contagio emocional puede dificultar el mantenimiento de un estado emocional propio y equilibrado.

Para poder manejar el contagio emocional, te voy a sugerir algunas propuestas para que puedas implementarlo en tu día a día. Es esencial aprender a establecer límites emocionales para protegernos de la negatividad de los demás. Límites significa “hasta acá llega y más de acá no pasa”. Esto implica ser consciente de nuestras propias necesidades emocionales y comunicarnos de manera efectiva cuando necesitamos espacio o apoyo.

Esto lo podemos lograr reconociendo, en primera instancia, qué situaciones o personas tienden a desencadenar emociones negativas en nosotros. Aprender a comunicar nuestros límites de manera clara y respetuosa. Tomar tiempo para desconectar de situaciones y/o personas estresantes y recargar nuestras energías emocionales.

La energía también puede recargarse a través del contagio de las emociones. Participando en actividades grupales como clases de yoga, sesiones de baile o caminatas en grupo puede ser revitalizante. La energía y entusiasmo del grupo pueden contagiarse y darte un impulso de energía. Escuchar podcasts, ver conferencias o leer libros de autores inspiradores puede llenar tu mente de energía positiva.

Las emociones y el entusiasmo de los oradores o escritores pueden ser contagiosos y ayudarte a sentirte más activa. Pasar tiempo con personas enérgicas y motivadas puede ser una excelente manera de recargar tus baterías. Las conversaciones animadas y el intercambio de ideas pueden despertar tus propias reservas de energía. Crear un entorno que te motive puede ser igualmente efectivo. Decorar tu espacio con colores vibrantes, música alegre y objetos que te inspiren puede generar un ambiente cargado de energía positiva.

 

Aprovechar el contagio de emociones a través de las neuronas espejo es una estrategia poderosa para mejorar tu estado de ánimo y recargar energías. Recordá que nuestras emociones son influenciables y con las herramientas correctas podés transformar momentos de tristeza y cansancio en estados de alegría y vitalidad.

Las emociones son contagiosas, pero tenemos el poder de elegir qué emociones queremos compartir y recibir. Cultivar un entorno emocional saludable y consciente es un paso crucial hacia una vida más plena y equilibrada.