
Estudio Veneno: dos amigas, una mirada sustentable y mucho poder creativo
Rocío Bongiovanni y Luz Cavanna son las creadoras de Estudio Veneno, un proyecto de diseño que transforma materiales descartados en objetos únicos. Con una mirada feminista y colaborativa, reivindican el poder de la amistad, la experimentación y la creatividad como motores de cambio.
7 de octubre de 2025 • 10:59

Rocío Bongiovanni y Luz Cavanna son las creadoras de Estudio Veneno, un proyecto de diseño que transforma materiales descartados en objetos únicos. - Créditos: Gentileza Veneno
Hay amistades que crecen con los años y se convierten en algo más grande: una forma de crear juntas, de imaginar y de transformar. Así nació Estudio Veneno, el emprendimiento de Rocío Bongiovanni y Luz Cavanna, amigas desde el jardín de infantes que unieron su amor por el diseño y la experimentación para dar vida a un espacio donde la creatividad y la sustentabilidad se encuentran.
Desde chicas, pasaban las tardes tejiendo, construyendo casas con cajas de cartón o haciendo collares para vender, sin saber que esos juegos serían la semilla de un proyecto que hoy las une profesionalmente. En 2024, después de recorrer caminos académicos distintos pero paralelos en la FADU-UBA, crearon Estudio Veneno, un taller de experimentación matérica donde cada objeto tiene una historia, una reflexión y una segunda oportunidad.
“Para nosotras, Estudio Veneno es un espacio para crear y compartir lo que nos apasiona hacer, atravesado por nuestra amistad de tantos años y por la emoción de seguir creciendo juntas”, cuentan a OHLALÁ! Rocío y Luz.

Rocío Bongiovanni y Luz Cavanna, amigas desde el jardín de infantes, crearon Veneno. - Créditos: Gentileza Veneno
Diseñar con conciencia

Lámpara, de la colección Río de la Plata - Créditos: Gentileza Veneno
Su primera colección, “Río de la Plata”, combina luminarias, marroquinería e indumentaria creadas a partir de velas de kitesurf en desuso. Recuperan y transforman cada material —telas traslúcidas, resistentes o cuerdas— para resignificar su origen y convertirlo en un objeto contemporáneo, útil y bello.
El nombre del estudio no es casual. “Veneno” alude a la conciencia sobre los efectos del consumo masivo y la sobreproducción: “Queríamos un nombre con fuerza, que hiciera visible ese veneno que genera el descarte industrial, y a la vez, reivindicar el poder de transformar desde otro lugar”, explican.

Riñonera, de la colección Río de la Plata - Créditos: Gentileza Veneno

Riñonera, de la colección Río de la Plata - Créditos: Gentileza Veneno
Creatividad como forma de resistencia

Detrás de cada pieza hay horas de trabajo manual, exploración y aprendizaje compartido. - Créditos: Gentileza Veneno
Detrás de cada pieza hay horas de trabajo manual, exploración y aprendizaje compartido. Rocío, diseñadora industrial y docente en la FADU, viene de una formación donde el hacer, el probar y el experimentar fueron siempre parte del proceso creativo. Luz, diseñadora de indumentaria y también docente, se formó en la costura desde la infancia, inspirada por su abuela.
“Creemos que el valor de la creatividad es altísimo, no solo en lo artístico, sino en cualquier ámbito. Es lo que permite reinventarse, evitar la monotonía y sostener la pasión por lo que hacemos”, coinciden.
Un proyecto con mirada feminista y colectiva

Ro, en plena tarea. Tal como cuentan en Estudio Veneno entienden el trabajo de modo cooperativo. - Créditos: Gentileza Veneno
Estudio Veneno también nació de una forma de trabajo que cuestiona la lógica individualista y competitiva. Ellas lo entienden como un laboratorio colaborativo, donde se potencia la alianza entre mujeres y se busca un diseño más consciente, humano y poético.
“Emprender implica convivir con la incertidumbre, pero también con la satisfacción de ver cómo crecen las ideas que una ama”, dicen. “Hay que empezar de a poco, conectar con lo que realmente se quiere hacer y tener paciencia. Y sobre todo, celebrar cada paso.”

Su próxima colección, “Fuego”, inspirada en un viaje a Japón, marca una nueva etapa: la lámpara “Tori”, inspirada en los templos y puertas sagradas japonesas, traduce esa simbología en forma y luz. - Créditos: Gentileza Veneno
Su próxima colección, “Fuego”, inspirada en un viaje a Japón, marca una nueva etapa. La lámpara “Tori”, inspirada en los templos y puertas sagradas japonesas, traduce esa simbología en forma y luz. Un recordatorio de que crear también puede ser un acto espiritual.
Mientras sueñan con abrir el estudio a colaboraciones y nuevos materiales, Rocío y Luz siguen apostando a un diseño que nace del vínculo y la emoción. Porque cuando la amistad y la materia se combinan, el resultado tiene algo de alquimia: una belleza que transforma.
Conocé más en @es_veneno y en www.estudioveneno.ar
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