Newsletter
Newsletter

Sharon Ponce de León: de llenar botellitas en una fábrica a programar y abrir caminos para más mujeres en tecnología

Cordobesa, hija de trabajadores y la primera generación de su familia en acceder a estudios superiores, Sharon está a punto de recibirse de técnica en desarrollo de software. De la costura y la fábrica al aula y al mundo tech, su historia es una inspiración para quienes sueñan con transformar su vida a través de la educación.


Sharon Ponce de León: de llenar botellitas en una fábrica a programar y abrir caminos para más mujeres en tecnología

Sharon Ponce de León: de llenar botellitas en una fábrica a programar y abrir caminos para más mujeres en tecnología - Créditos: Gentileza Sharon Ponce de León y MeT



A Sharon Ponce de León le brillan los ojos, le canta la voz de alegría cuando habla del estudio. “Nunca pensé que iba a poder estar donde estoy hoy. Pero me lo prometí: no sabía cuándo ni cómo, pero sabía que iba a pasar”, dice. Tiene 37 años, nació en Córdoba Capital y creció en la zona sur de la ciudad, en un barrio cercano a Villa El Libertador, donde, durante mucho tiempo, el acceso a la educación superior parecía un privilegio lejano.

“Somos la primera generación de mi familia con la posibilidad de estudiar. Mi mamá fue empleada doméstica y mi papá siempre trabajó en oficios, sin estabilidad. Mi abuela era costurera. Venimos de una historia de mucho esfuerzo".

Sharon cuenta que es la tercera de su familia que pudo estudiar: dos de sus hermanos se recibieron de enfermeros, cursaron también en una escuela del barrio que presta las aulas para cursar a la noche.

Antes de llegar al mundo tecnológico, Sharon fue costurera durante seis años. "Empecé a fabricar almohadones emojis, luego de hacer un curso de corte y confección, donde aprendi a coser. Ese fue el primer producto de mi emprendimiento, y después me expandí a accesorios y organizadores", cuenta. Los fines de semana iba a ferias a vender lo que producía en sus ratos libres en la semana. Después, con la venta de una cadenita que le había regalado su abuela, compró su primera máquina de coser profesional. Pero sabía que lo suyo no era coser, que quería descubrir su vocación para desarrollarse.

Sharon con su máquina de coser, herencia de su abuela.

Sharon con su máquina de coser, herencia de su abuela. - Créditos: Gentileza Sharon Ponce de León y MeT

Sharon en una feria de Córdoba

Sharon cosía y los fines de semana vendía en una feria en Córdoba: en la conversación con OHLALÁ! repara en que sus almohadones tenían motivos techi: le encantaban los motivos de emoticones. - Créditos: Gentileza Sharon Ponce de León y MeT

Así fue que su curiosidad la llevó a tomar un nuevo rumbo en 2018, cuando participó del programa Crece con Google. Allí escuchó por primera vez hablar de la brecha de género en tecnología. “Contaron que en el mundo tech las mujeres éramos pocas y que hacía falta nuestra mirada. Me impactó muchísimo. Sentí que tenía que ser parte de eso, aunque no entendía nada de programación.”

La idea quedó dando vueltas hasta que, en plena pandemia, se enteró de que en la escuela técnica de su barrio se dictaba una Tecnicatura Superior en Desarrollo de Software, pública y gratuita. No lo dudó: se inscribió. “El primer día fue como abrir una puerta a otro mundo. No entendía los códigos, los comandos, nada, pero me encantó. Lo más lindo fue encontrar docentes que entendían nuestras realidades: madres, padres, trabajadores. Gente que después de su jornada laboral se sentaba a estudiar porque quería un futuro mejor.”

En 2018, cuando participó del programa Crece con Google, escuchó por primera vez hablar de la brecha de género en tecnología.

En 2018, cuando participó del programa Crece con Google, escuchó por primera vez hablar de la brecha de género en tecnología: eso empezó a cambiar el rumbo de su vida. - Créditos: Gentileza Sharon Ponce de León y MeT

Durante los primeros años, Sharon compaginó sus estudios con un trabajo en una fábrica alimenticia. “Estuve más de diez años en la línea de producción: llenaba botellitas, ponía tapas, etiquetaba". Era la única mujer entre hombres. Ella sentía la necesidad de desarrollarse como profesional en otros espacios. Por eso estudiar le daba esperanza. Sentía que estaba apostando por otra vida.

Esa apuesta empezó a dar frutos en 2023, cuando se sumó al equipo de Mujeres en Tecnología (MeT), una organización cordobesa que trabaja para reducir la brecha de género en el sector. “Fue mi primer trabajo tech y una experiencia transformadora. Pasé de estar rodeada de hombres en una fábrica a trabajar con un grupo de mujeres que me inspiraba todos los días, hablando de innovación, de comunidad y de derechos. En MeT entendí que no solo había espacio para mí, sino que además podía abrir espacio para otras.”

Sharon con el equipo de MeT (Mujeres en Tecología), que fue su primera oportunidad laboral techi.

Soledad Salas, Aurelia Olmedo, Natalia Bortagaray, Yana Dominguez, Irene Marrone, Sharon y Gabriela Oliva, el grupo de MeT que fue su primera oportunidad laboral techi. - Créditos: Gentileza MeT

Allí empezó a participar en mentorías, talleres y charlas sobre inclusión digital, y a acompañar a mujeres que estaban dando sus primeros pasos en tecnología. “Cuando una mujer entra a este mundo, no entra sola. Siempre hay una red que la sostiene, y eso cambia todo. Yo tuve la suerte de tenerla, y ahora quiero ser parte de esa red para las que vienen atrás.”

Durante la carrera también se involucró en temas de género dentro de la facultad, donde fue testigo de situaciones de violencia y discriminación. Con un grupo de compañeras impulsó un protocolo de actuación frente a la violencia de género. “No me quiero ir de la facultad sin dejar una herramienta para que ninguna otra chica tenga que pasar por lo que vivimos nosotras. Estudiar no puede ser una experiencia dolorosa.”

Sharon Ponce de León trabaja para que cada vez más mujeres se sumen al mundo de la tecnología.

Sharon Ponce de León trabaja para que cada vez más mujeres se sumen al mundo de la tecnología.  - Créditos: Gentileza Sharon Ponce de León y MeT

Hoy, Sharon está a punto de rendir la última materia de su tecnicatura —la fecha es simbólica: 4 de noviembre, un día antes de su cumpleaños— y ya trabaja en una empresa de tecnología. Su escritorio, donde antes había hilos, telas y moldes, hoy está ocupado por una notebook, auriculares y una taza de café. “Me costó años imaginarme acá. Pero cada paso valió la pena. No fue rápido ni fácil, pero fue real.”

Su historia es una de esas que iluminan el camino de otras mujeres que buscan reinventarse. “La tecnología cambió mi vida. Me dio independencia, autoestima, propósito. Yo pensaba que no tenía lugar en este mundo, y ahora quiero que otras sepan que sí lo tienen. Porque hay un lugar para todas.”

MeT en su página se presenta así: Construimos comunidad en tecnología: somos una organización comprometida con impulsar la inclusión y diversidad de género en el ecosistema tecnológico. Podés conocerlas más en este LINK, que es su página web: mujeresentecnologia.org, o en su Ig: @comunidadmet

Las más leídas

Te contamos cuáles son las notas con más vistas esta semana.

¡Compartilo!


Verónica Dema

Verónica Dema Editora de Actualidad en OHLALÁ! Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Especialista en Prácticas Redaccionales. Tiene un Máster en Periodismo por LN/Universidad Torcuato Di Tella. Dedicada a temas de géneros, cultura y sociedad.


En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

La Aldi Vega: moda sustentable argentina que conquista la escena del trap

La Aldi Vega: moda sustentable argentina que conquista la escena del trap


por Verónica Dema

Dani Buján creó Auroria, una plataforma de IA pedagógica: cómo usarla

Dani Buján creó Auroria, una plataforma de IA pedagógica: cómo usarla


por Verónica Dema

Tapa de OHLALÁ! octubre con Jimena Barón

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP