
Joven, mendocina y científica: fue premiada por su trabajo en enfermedades sin cura
María Laura Mascotti, la científica mendocina que rompió barreras y fue premiada por la Fundación Bunge y Born por su aporte a la bioquímica evolutiva. "En el ámbito de la ciencia aún siguen existiendo asimetrías entre varones y mujeres", dice.
17 de septiembre de 2025 • 14:03

María Laura Mascotti, la científica mendocina que rompió barreras y fue premiada por la Fundación Bunge y Born por su aporte a la bioquímica evolutiva. - Créditos: Prensa
El techo de cristal también existe en la ciencia. Según el último informe de Unesco, el porcentaje de mujeres en la ciencia varía según la región y el campo de estudio, pero a nivel mundial, las mujeres representan alrededor de un tercio de los investigadores, con cifras que rondan el 30%. Aunque los números muestran cada vez más mujeres en laboratorios y universidades, aún son pocas las que logran ocupar puestos de liderazgo o recibir reconocimientos en igualdad de condiciones que sus pares varones.
La historia de la doctora María Laura Mascotti, investigadora mendocina especializada en bioquímica evolutiva y reciente ganadora del Premio Estímulo Fundación Bunge y Born 2025, es prueba de lo mucho que cuesta abrirse camino siendo mujer en un mundo todavía atravesado por asimetrías.
Mascotti estudió Biología Molecular y luego se doctoró en Biología en la Universidad Nacional de San Luis. Desde muy chica -cuenta para esta nota en OHLALÁ!- la ciencia la rodeaba como una mezcla de curiosidad y juego: “Recuerdo una colección de videos en VHS sobre el origen del hombre que miraba con mi hermano. Y un microscopio que me regalaron un Día del Niño. Tal vez no fue un único momento, sino muchos pequeños gestos que me empujaron a la ciencia”, dice.

María Laura Mascotti reconoce que para las mujeres es más difícil, pero invita a que se animen a sumarse a la investigación. - Créditos: Prensa
Su carrera la llevó a recorrer laboratorios de renombre mundial: desde la Universidad de Groningen, en Países Bajos, hasta el EBI en Reino Unido y la Universidad de Chicago, donde realizó parte de su posdoctorado con becas internacionales. Sin embargo, eligió volver a la Argentina y hoy es investigadora adjunta del CONICET en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM-UNCuyo), donde fundó el primer grupo de investigación en bioquímica evolutiva.
El foco de su trabajo está en el origen de la vida y en cómo evolucionó la maquinaria celular de la respiración. Investigaciones que, aunque parecen abstractas, tienen un fuerte impacto concreto: pueden abrir caminos para tratar enfermedades mitocondriales que hoy no tienen cura.

María Laura Mascotti, la científica mendocina que rompió barreras y fue premiada por la Fundación Bunge y Born por su aporte a la bioquímica evolutiva. - Créditos: Prensa
Pero su recorrido no fue lineal ni fácil. “Si bien hemos avanzado mucho en la igualdad de oportunidades, en el ámbito de la ciencia aún siguen existiendo muchísimas asimetrías entre varones y mujeres. El tema de las licencias por maternidad y paternidad es un ejemplo claro", dice. Las mujeres enfrentan estereotipos de género, prejuicios y una mayor dedicación a las tareas de cuidado, lo que dificulta su avance profesional.
"Quizás en mis primeros pasos fue más difícil, pero también avanzamos mucho con el movimiento de mujeres en los últimos diez años”, opina.
Mascotti reconoce que este premio es un estímulo enorme, pero también una forma de visibilizar a las mujeres científicas y sus luchas. “Es un verdadero honor. Estos reconocimientos ayudan a poner en valor nuestro trabajo en distintos ámbitos sociales y a mostrar que la ciencia no es un mundo lejano: atraviesa nuestra vida cotidiana y puede transformar realidades”, afirma.
Además de liderar un equipo de frontera en el interior del país, también se dedica a la docencia universitaria y a formar a nuevas generaciones de investigadoras e investigadores. Su mensaje para las jóvenes es claro: “Anímense. Vale la pena sin dudas. Aunque el camino no siempre sea fácil, el aporte de las mujeres a la ciencia es fundamental". Es un modo de construir un futuro más justo y diverso.
La trayectoria de Mascotti no solo es un reconocimiento personal. Es también un recordatorio de que, en cada premio, hay una historia de resistencia, esfuerzo y convicción. Y de que la ciencia, como la sociedad, necesita más mujeres que rompan barreras y marquen nuevos rumbos.
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