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La misión imposible de dejar acostado a tu bebé: ¿por qué ocurre?

Dejar acostado a tu bebé recién nacido parece misión imposible. Detrás de tener a tu bebé en brazos hay una necesidad fisiológica real del pequeño. Hablemos de exterogestación.


La misión imposible de dejar acostado a tu bebé: ¿por qué ocurre?

La misión imposible de dejar acostado a tu bebé: ¿por qué ocurre? - Créditos: Getty



Dejar acostado a tu bebé recién nacido parece misión imposible ¡Ni Tom Cruise se atrevió a tanto! Y de repente la cuna, el cochecito y la mecedora quedan de adorno mientras que lo único que parece funcionar son tus brazos. Sí, sí ¡los tuyos!  

¡¿Pero cómo?! Seguramente hayas visto publicidades de bebés durmiendo plácidamente en sus cunitas, y nunca faltan los consejos que nos sugieren que tenerlos tanto tiempo a upa los malcría. Pero lo cierto es que detrás de esto hay una necesidad fisiológica real.  

Por eso hoy vamos a hablar de exterogestación, y la próxima vez que recibas un comentario ¡vas a estar muy tranquila con tu bebé en brazos! 

Pero, ¿qué es la exterogestación?  

Los bebés humanos, a diferencia de los bebés de otras especies, nacen inmaduros y completan su desarrollo fuera del útero. Es por eso que la exterogestación podría definirse como la capacidad de brindarle al bebé un ambiente externo similar a la vida intrauterina, para que así puedan completar su desarrollo.  

Mientras muchas otras crías de mamíferos apenas nacen ya pueden caminar y seguir a su madre desde el nacimiento, un recién nacido es un ser totalmente indefenso durante largo tiempo. Por lo general se estima que la exterogestación lleva al menos los primeros 9 a 12 meses de vida, momento en el que el bebé empieza a gatear y podría ‘alejarse del peligro’ por sus propios medios (hablando en términos evolutivos).  

Si bien el nacimiento se puede interpretar como una separación de la madre y del recién nacido, los primeros meses son claves para completar su gestación. La voz familiar, el contacto y el movimiento son herramientas imprescindibles para proporcionar un ambiente similar a esos nueve meses en los que estuvo dentro.  

No es un capricho 

No, no es un capricho. Los bebés necesitan contacto continuo, por eso buscan brazos.  Sostenerlos y brindarles contacto los regula y les da seguridad. Así que no tengan miedo, tenerlos a upa no los malcría y no es un ‘mal hábito’, por el contrario, es la mejor manera de mantener su fisiología en armonía.  

Como pediatra me interesa explicar las razones que hay detrás de necesidades tan básicas de un recién nacido. Entender esto cambia nuestra perspectiva y nos ayuda a criar con mayor confianza. 

Los dos cambios evolutivos 

Y para las que se preguntan ¿pero por qué los humanos nacemos inmaduros? Sin ánimos de hacer este artículo enciclopédico, acá les comparto las principales razones. 

El ser humano experimentó dos grandes cambios a nivel evolutivo: por un lado pasamos de caminar en cuatro pies a hacerlo en los dos inferiores, lo que se conoce como bipedestación. Esto redujo significativamente el tamaño de nuestras caderas.  

Por otro lado, la encefalización hizo aumentar la medida de nuestra cabeza, producto del crecimiento de nuestro cerebro.  

 

Así que, sin tener que hacer cálculos, no nos quedaban muchas alternativas. Con caderas más pequeñas y cabezas más grandes, nuestra gestación se vio reducida como respuesta evolutiva para permitir el parto y así sobrevivir como especie.  

Nacemos sin estar del todo listos: esos primeros meses pueden ser agotadores, pero no tengan miedo de malcriar. El contacto, el apego, el abrazo no sólo no malcría, sino que construye bases sólidas. Nacemos sin estar del todo listos y es por eso que necesitamos tanto amor desde el principio.  

Dra. Pilar Fortes @handprimerodías, gentileza para OHLALÁ! 

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Pilar Fortes

Pilar Fortes Pilar Fortes es médica pediatra especialista en terapia intensiva del Hospital Garrahan.


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