Risotto de langostinos: la receta cremosa que nunca falla

• Arroz carnaroli

• Langostinos frescos

• Azafrán

• Cebolla en brunoise

• Vino blanco

• Fumet de pescado

• Manteca

• Queso parmesano

• Ciboulette picado

• Aceite de oliva, sal

1. Sellar los langostinos. En una sartén con un poco de aceite, dorarlos y reservar.
    
2. Sofrito aromático. En la misma sartén, tostar levemente el azafrán, sumar la cebolla con una pizca de sal y cocinar hasta que esté transparente.
    
3. Nacarar el arroz. Agregar el arroz carnaroli y cocinar hasta que quede translúcido.
    
4. Desglasar. Incorporar un chorrito de vino blanco y dejar evaporar.
    
5. Cocinar con paciencia. Ir agregando de a poco fumet de pescado mientras se revuelve constantemente. A mitad de cocción, reincorporar los langostinos (reservar algunos para la decoración).
    
6. El toque final. Cuando el arroz esté al dente, sumar una nuez de manteca y queso parmesano rallado. Mezclar enérgicamente para lograr la textura cremosa.

• Servir el risotto en un plato hondo, coronar con los langostinos reservados y decorar con ciboulette fresco picado.
   
• El resultado: un risotto de langostinos lleno de sabor, cremoso y elegante, perfecto para lucirse en la cocina.

Además de ser delicioso, este risotto tiene un perfil nutricional interesante:

• Langostinos: son una fuente de proteínas magras, bajos en grasas y ricos en minerales como zinc, fósforo y yodo. También aportan omega-3, clave para la salud cardiovascular.
   
• Arroz carnaroli: brinda energía de liberación sostenida gracias a sus carbohidratos complejos y es una buena base para recetas que requieren saciedad.
   
• Azafrán: aporta antioxidantes que ayudan a reducir el estrés oxidativo y dar un plus de sabor sin calorías extras.
   
• Parmesano y manteca: suman cremosidad y calcio, aunque conviene consumirlos en moderación si se busca un plato más liviano.
   
• Cebolla y ciboulette: refuerzan el perfil antioxidante y aportan vitaminas del grupo C y K.