5 rasgos de alguien que superó el autodesprecio y logró el amor propio

Como te mencionamos en varias oportunidades, el amor propio reside en esos pensamientos y actitudes positivas que tenemos hacia lo que somos, lo que hacemos, cómo nos vemos y lo que sentimos. Es el polo contrario al autodesprecio.

El amor propio puede entenderse como aquella aceptación, respeto y valor positivo hacia nuestro ser. Este no invalida u olvida aquellos rasgos negativos. Sin embargo, no considera a estos como parte principal de una persona. De hecho, los toma como un área que se debe trabajar y mejorar. 

Por eso, cuando lográs deshacerte del autodesprecio mirás de una manera más compasiva todas aquellas “cosas malas” de tu personalidad: en vez de condenarte por eso, son el motor para mejorar.

A continuación te detallamos 5 características que indican que estás pasando del desprecio al amor propio.

Cuando lográs dejar de criticar cada uno de tus errores, por más pequeño que sea, estás logrando salir de la sombra del autodesprecio. En aquellos casos, suelen lamentarlo tan fuertemente que casi nunca se perdonan, provocando que una serie de pensamientos negativos las invadan por completo.

También suelen mostrarse arrepentidas por errores del pasado ante cosas que hicieron mal o por oportunidades que dejaron escapar.

Si ya no estás intentando satisfacer las demandas o expectativas de los demás, ajustando tu forma de ser y de sentir para complacer lo que se espera de vos, estás logrando soltar la idea de “encajar”. Y eso, está claramente del lado del “amor propio”. El valor que tenés no lo definen desde afuera, ese es tu mayor desafío (y potencialidad).

Esto no implica desoír críticas o dejar de tomar en cuenta lo que digan las personas cercanas, sobre todo, en aquellas en las que confiás. En cambio, requiere de una escucha activa, pero selectiva: las críticas como los cumplidos pueden ser agradables o no, pero no deberían destruirte, ni tampoco salvarte.  

Enumerar fortalezas (que primero hay que tomarse el trabajo de aprender a reconocer) es un punto a favor del amor propio. La percepción de insuficiencia que en el pasado te tomó por completo puede cambiar si hacés el ejercicio de revisar las palabras de castigo con las que te tratabas cuando no lograbas alcanzar eso que deseabas.

Por supuesto que no se logra de un día para el otro: es un trabajo cotidiano que implica mejorar el diálogo interno, volverlo fluido y compasivo, para que te permita poner luz sobre tus habilidades y virtudes. Cuando las lográs ver, el paso que sigue es tomarlas y empoderarte con ellas.

Al reconocer que es imposible sostenerte en los extremos, creyendo que “todo es bueno” o que “todo es malo”, estás más cerca de aceptarte como un ser imperfecto, capaz de lograr lo que te propongas siempre y cuando tomes en cuenta que la meta es alcanzar el equilibrio, ese bendito punto medio: no todo se trata de fallas o de triunfos. En el medio está la vida, los proceso, la posibilidad de divertirse y disfrutar de las cosas simples.

Para poder sanar todos aquellos pensamientos de baja autoestima que se potenciaron en el pasado (y que muchas veces vuelven en tu presente) existen herramientas cotidianas que te ayudan a validarte sin necesariamente depender del esfuerzo externo.

Te compartimos algunas que consideramos importantes:

Fuente consultada: Ellis, A. (2014). Usted puede ser feliz: Terapia racional emotiva conductual para superar la ansiedad y la depresión. Barcelona: Ediciones Paidós.