
Triple femicidio en Argentina: no queremos más excusas ni violencia naturalizada
Tras un nuevo triple femicidio, los reclamos se multiplican: basta de justificar lo injustificable y de naturalizar la violencia machista en discursos, medios y redes.
25 de septiembre de 2025 • 13:38

Triple femicidio - Créditos: Archivo LN
Ayer ocurrió un triple femicidio en Argentina. Y otra vez, como tantas veces, volvemos a sacudirnos, a preguntarnos hasta cuándo, a exigir lo obvio: el derecho a vivir una vida sin violencia.
Pienso en las críticas que escuchamos seguido: “se pasan de pueblo”, “son demasiado críticas”, “exageran”. Pero venimos de una semana en la que tuvimos que salir a marcar límites uno tras otro: nos enojamos porque le brindan una plataforma a un tipo que justifica que algunas mujeres necesitan ser violadas y abusar de pibas de 15 porque “se lo buscan”; a otro que amenaza con vender fotos íntimas de sus novias. ¿Y resulta que las sensibles somos nosotras? Se viraliza un video en el que un grupo de personas, entre risas, naturaliza la violencia: “me hartaste con tus pedidos de marketing, te meto en una caja o bolsa, te pego y te tiro”.
Y vemos que eso pasa en la vida real: no es un chiste, es un reflejo brutal de lo que nos atraviesa como sociedad.
No importa quiénes eran esas mujeres, qué hacían, si fueron los “narcos” o no. Lo que nos importa es que no queremos más excusas. No queremos ser moneda de cambio, ni objeto de justificación, ni espectáculo.
La realidad que duele: los números
En lo que va de 2025, hasta agosto, se registraron 164 femicidios en Argentina (Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven): una mujer asesinada cada 36 horas. En 2024 fueron 255 femicidios (Mumalá). La mayoría, a manos de parejas o exparejas, en las propias casas de las víctimas. Detrás de cada cifra hay familias destruidas, hijos e hijas huérfanos/as, comunidades quebradas.
Y, sin embargo, los medios, en vez de sensibilizar, exhiben los detalles de la autopsia, convierten la muerte en espectáculo, publican intimidades como si allí pudieran hallar una justificación. ¿Por qué no asumen con el mismo supuesto dolor la crítica hacia quienes se pasan de la raya? ¿Por qué no se quejan de la falta de aplicación de la legislación?
Un derecho que parece obvio, pero no lo fue
Muchos creen que vivir una vida sin violencia es un derecho básico, de los primeros conquistados. Pero no: es uno de los últimos derechos adquiridos por las mujeres.
En Argentina, recién en 2009 se sancionó la Ley 26.485, que define la violencia de género como toda acción u omisión basada en razones de género que afecte la vida, la libertad, la dignidad, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial de las mujeres. Recién allí se reconoció de manera integral algo que debería haber sido evidente desde siempre: que las mujeres tenemos derecho a vivir libres de violencia.
Antes de esa norma, las respuestas eran parciales, fragmentadas, insuficientes. Fue necesario un siglo entero de luchas, denuncias y movimientos para que se escribiera en papel lo que debería ser incuestionable.
No naturalizar nunca más
Por eso, cuando alguien dice que exageramos, que ya está, que no hay nada más que reclamar, lo que están haciendo es desconocer la realidad:
- seguimos contando más de un femicidio por día,
- la violencia persiste y se naturaliza en discursos cotidianos,
- las medidas de protección muchas veces no llegan a tiempo,
- y todavía se busca justificar lo injustificable.
No queremos más excusas. No queremos más violencia naturalizada en chistes, en canciones, en posteos virales. No queremos que la intimidad de las víctimas sea puesta en debate como si allí residiera la culpa.
Un recordatorio que no se borra
En palabras de Las Tesis, ese himno que se cantó en las calles de todo el mundo:
“Y la culpa no era mía,
ni dónde estaba,
ni cómo vestía.”
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