10 enseñanzas de Bluey para ayudar a los padres con la crianza

10 consejos de crianza de Bluey para madres y padres

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   "A veces las mamás necesitan 20 minutos". Bluey y Bingo piden la atención de su mamá, hasta que ella pierde la paciencia y pide 20 minutos en los que nadie la moleste. Bluey piensa que hizo algo mal y va a pedirle perdón a su mamá. Y ahí viene el discurso de Chilli que todas atesoramos: "No hiciste nada que me molestara. Es muy difícil cuidar niños. A veces las mamás necesitamos veinte minutos". El valor del autocuidado y del tiempo personal para la salud mental materna se ponen en evidencia en esta serie infantil y nos dan una valiosa lección. 

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   "No sos como el papá de".  Ya sabemos que el pasto del vecino siempre se ve mejor, pero si algo nos enseña Bluey es a no comparar a nuestros hijos, ni a compararnos con otros padres. La atención que le damos a nuestros hijos cuando se comunican y juegan con nosotros (como en el episodio “Pulpo”, donde la amiguita de Bluey le pide a su papá que juegue como Bandit, pero él no sabe hacerlo), la disponibilidad que tenemos para compartir un tiempo de calidad junto a ellos y el amor representado a través del afecto físico son claves en la serie y un gran ejemplo a seguir. 

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   "Esperá. Vamos a ver qué pasa". A veces, como adultos, nos cuesta no salir corriendo a resolver los problemas de nuestros hijos, aunque no sea más que atarles los cordones. Pero esto, en muchas ocasiones, puede ir en contra de su desarrollo y autonomía. En el capítulo “La bici”, Bandit le hace entender a Bluey la importancia de dar los tiempos que necesitan los cachorros cuando se enfrentan a alguna dificultad y que, solitos, son capaces de salir de ella. El padre le (y nos) enseña la mejor lección de todas: la paciencia, la observación y la perseverancia. Tres valores claves para conseguir lo que nos proponemos, ya sea andar en bici, escalar un juego o ponerse la mochila. Y sin quererlo, todas y cada una de las familias que veamos este capítulo, recibimos una valiosísima lección: tené paciencia, dale tiempo y apoyalo si lo necesita, siempre que lo pida. 

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   "Los papás también se equivocan". En "Hadas", Bluey tiene que apaciguar unas hadas que invadieron la casa. Poner la atención en la invasión de las hadas sugiere que eso sucede algunas veces, cuando los papás se centran en algo más que en los problemas importantes: problemas de comportamiento infantil, una mala racha de pareja, etc. Al final, la lección que deja este magnífico capítulo de Bluey es que todos los papás cometen errores y, como hace Bandit como Bingo, siempre pueden pedir perdón y reparar el error. 

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   "Tengo 5 minutos, juguemos". Más de una se va a sentir identificada con el capítulo “Conducir” de la temporada 3, que comienza con Chilli resolviendo la comida, mientras responde una llamada de trabajo, a la vez que Bandit le pregunta dónde está algo y Bingo le pide insistentemente jugar. Primero, le dice que está ocupada, pero luego le da cinco minutos para jugar a manejar en el living. Aunque el día a día nos coma, la importancia de la conexión es fundamental. La mal entendida, “llamada de atención” de sus hijas, lo único que deja claro es que con 5 minutos que puede dedicarle Chilli a su hija, cubre la necesidad afectiva y atencional que le pedía. 5 minutos de atención plena, con un cronómetro que pone en marcha Bluey, y que acepta, cuando suena al final.

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   "Lo estás haciendo bien". Qué importante es contar con una tribu para criar. El capítulo de Bluey “Carrera de bebés” debería de ser casi obligatorio que lo vean las mamás primerizas. Cuando Bluey era bebé, Bandit veía que los otros cachorros del grupo de madres, hacían todo antes. Pero luego, al charlar con otra mamá, ella le cuenta que ese no era su primer bebé y estaba más "relajad" con ciertos hitos. El capítulo pone en escena la presión que sentimos en la comparación de lo que hace o deja de hacer nuestro bebé y cómo querer que simplemente alguien nos diga que lo estamos haciendo bien. 

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   "Queremos pasar tiempo juntos". En "Escape", Chilli y Bandit llegan a las chicas a la casa de la abuela para pasar tiempo juntos. Y el viaje en auto que se convierte en una apología al poder de la imaginación y a lo que una familia debería ser: un equipo. Chili y Bandit comienzan al plantear la idea de una aventura que consiste en escapar de Bluey y Bingo. Cada una de las parejas va respondiendo ideas, todo al ritmo de una animación que pareciera plasmada en papel. El momento más hilarante: la casa móvil de ensueño. La conclusión, los adultos también necesitamos nuestro tiempo y no está mal contárselo a nuestros hijos. 

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   "No hay otra oportunidad de volver a ser joven". ¿A quién más le aterran las esperas con niños y niñas? "Takeaway", un capítulo de la primera temporada es digno de un Oscar. Una simple espera de cinco minutos afuera de un restaurante oriental en espera de la comida para llevar desata una caótica reacción en cadena de acontecimientos que incluye charcos sucios, ir a hacer pis en el arbusto, una cena completamente destruida y un padre completamente agotado. Es divertidísimo y muy cercano, pero es el final de las galletas de la suerte con un mensaje iluminador que nos recuerda apreciar la infancia y es lo que eleva este episodio a otro nivel.

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   "Ahora es tiempo de calidad". En "De excursión", episodio de la segunda temporada, Bingo y Bluey viajan en auto junto a sus padres a unas vacaciones. Por supuesto, se encuentran con un embotellamiento antes de llegar a su destino. La desesperación de las cachorras comienza a manifestarse en la necesidad de tener sus tablets para ver algo que los distraiga para soportar el tedio. ¿Te suena la escena? ¿La viviste alguna vez? Entonces acá viene el dilema existencial que todo adulto debe enfrentar: entrego tecnología en el auto, ya sea tablet o un celular al chico para que salga del soponcio o como se hacía cuando nosotras éramos chicas, juegos de ruta como contar autos azules o rojos o leer los letreros camineros. Bandit y Chilli van por la segunda opción y encuentran nuevas formas de encontrarse como familia, en el aquí y ahora. 

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    "Te enseño un truco por si estás molesta y enojada". La crianza respetuosa parte desde la validación y conexión emocional. Y Bluey es un gran ejemplo de ello. En un capítulo Bluey le enseña a su hermanita Bingo cómo nombrar una emoción, cómo ubicarla en su cuerpo, y luego cómo expresar esa emoción. Ya con la emoción fuera del cuerpo, le pregunta: ¿qué querés hacer con esa emoción? para así hacerse cargo de su propio proceso emocional. Y esto no solo le enseña a los niños y niñas, sino también a las y los adultos, que fuimos criados con otros paradigmas y no siempre tenemos registro de nuestras emociones.